ROSARIO DE NUESTRA MADRE SANTÍSIMA DE LOS DOLORES.
PROPIO DE CUARESMA Y PARTICULARMENTE DEL VIERNES DE DOLORES
(Texto de la Orden de los Siervos de María)
D: Ave María Purísima…etc.
TODOS: Por la Señal de la Santa Cruz...etc.
D: Señor, abre mis labios.
R: Y mi boca proclamará tu alabanza.
D: Dios mío ven en mi auxilio.
R: Señor, date prisa en socorrerme.
D: Gloria al Padre…etc.
TODOS: Señor mío Jesucristo…etc.
D: Recemos 1 Padre nuestro, 3 Ave Marías y 1 Gloria al Padre; por las necesidades e intenciones del Santo Padre N...N, y por el eterno descanso de las Almas del Purgatorio.
PRIMER DOLOR
El primer Dolor lo experimentó la Santísima Madre en la Presentación de su Divino Hijo al Templo, en compañía de su Castísimo Esposo San José, pues de labios del Santo Simeón escuchó la profecía de la muerte futura del Señor.
(San Lucas 2, 35)
1 Padre nuestro, 7 Ave Marías, 1 Gloria, y las siguientes jaculatorias:
TODOS: "¡Oh Virgen, por tus Dolores!, haced que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos, por tus manos al Señor.
Madre llena de Dolores, acuérdate que en la Cruz, te nombró tu Hijo Jesús, Madre de los pecadores"SEGUNDO DOLOR
El segundo Dolor lo experimentó el Corazón Inmaculado de María, nuestra Madre, en la huída a Egipto en compañía de su Sacratísimo
TERCER DOLOR
El tercer Dolor lo sufrió nuestra Dolorosa Madre, en compañía de nuestro Padre San José, cuando perdió, sin culpa alguna, a su Divino Hijo en el Templo por tres días.
(San Lucas 2, 48)
CUARTO DOLOR
El cuarto Dolor lo padeció el Corazón Adolorido de nuestra Madre, cuando encontró por la calle de la Amargura a su Divino Hijo Jesús, cargado con la Santa Cruz; sufriente y todo herido.
(Lamentaciones 3, 49)
QUINTO DOLOR
El quinto Dolor lo soportó la Madre de Dios y nuestra al ver morir de un modo afrentoso a su Divino Hijo Jesús en el suplicio de la Cruz.
(San Juan 19, 25-27)
SEXTO DOLOR
El sexto Dolor que llenó de amargura a la Madre Santísima fue la descensión del Cuerpo sin Vida de su Sacratísimo Hijo Jesús, y el recibirlo entre sus Maternos brazos.
SEPTIMO DOLOR
El séptimo Dolor lo sintió María Santísima, nuestra Madre en la Sepultura de su Hijo y Dios nuestro Jesucristo, y en su Amarga Soledad.
(Lamentaciones 1, 12)
D: Nuestra Madre Santísima necesitó de alguien que le ayudase a bajar de la Cruz el cuerpo sin vida de su Santísimo Hijo.
AVE MARÍA
D: Nuestra Madre Santísima necesitó de un Sudario en qué envolver el Cuerpo de su Santísimo Hijo.
AVE MARÍA
D: Nuestra Madre Santísima necesitó de un sepulcro dónde enterrar a su Sacratísimo Hijo.
AVE MARIA
RECEMOS LA "SALVE" EN HONOR DE LA SOLEDAD DE NUESTRA MADRE SANTÍSIMA
HIMNO STABAT MATER
La Madre Dolorosa estaba llorosa junto a la Cruz, de donde pendía su Hijo.
Cuya alma que gemía de tristeza y dolor llena, atravesó cruel espada.
¡Oh, cuán afligida y triste, estuvo Aquella Bendita Madre de su Unigénito!
Se dolía y entristecía, Madre piadosa al mirar, las penas de su Hijo Amado.
¿Y cuál hombre no llorara, al ver de Cristo a la Madre, en tan tremendo suplicio?
¿Quién sin contristarse puede, contemplar a ésta Madre, llena de Dolor con su Hijo?
¡Por pecados de su pueblo, vio a Jesús en los tormentos y sujeto a los azotes!
Vio a su Dulcísimo Hijo, moribundo y desolado, cuando entregaba su Espíritu.
Ea Madre, de amor fuente, del dolor sienta la fuerza para que llore Contigo.
Haz que arda mi corazón en amor a Jesucristo, para que en mí se complazca.
Esposo, nuestro Padre San José, y de su Divino Hijo Jesús. (San Mateo 2, 13)
Hagas esto, Santa Madre, que imprimas hondas las Llagas de Cristo en mi Corazón. Dame parte de las penas que tu vulnerado Hijo, por mí se dignó sufrir. Haz que mientras yo viviere, pio te acompañe en llanto, y al crucifijo en Dolor. Mi deseo es mantenerme Contigo junto a la Cruz y acompañarte en las lágrimas. Virgen Preclara entre vírgenes, me es amargo tu Dolor, mientras no llore Contigo. Porte la muerte de Cristo, en Pasión consorte sea; y me acuerde de sus Llagas. Haz que me llaguen sus Llagas y me embriague con la Cruz y la Sangre de tu Hijo. Para no ser condenado, ¡oh Virgen!, Tú me defiendas en el día del Juicio. ¡Al llegar mi muerte, Cristo, concédeme por tu Madre, la palma de la Victoria! Cuando el cuerpo se disuelva, haz que se dé a mi alma, la Gloria del Paraíso. Amén
ORACIÓN FINAL
Dios nuestro, que quisiste que la Madre de tu Hijo, compartiera con Él, de pie junto a la Cruz, sus sufrimientos; haz que todos nosotros, asociados con la Virgen en la Pasión de Cristo, participemos también en la Gloria de la Resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
ORACIÓN A MARÍA, REINA DEL PURGATORIO Dios misericordioso, que nos perdonas y quieres la salvación de todos los hombres, imploramos tu clemencia para que, por la intercesión de María Santísima y de todos los santos, concedas a las almas de nuestros padres, hermanos, parientes, amigos y bienhechores, que han salido de este mundo, la gracia de llegar a la reunión de la eterna felicidad. Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio; vengo a depositar en tu Corazón Inmaculado una oración en favor de las almas benditas que sufren en el lugar de expiación. Dignate escucharla, clementísima Señora, si es ésta tu voluntad y la de tu misericordioso Hijo. Amén. María, Reina del Purgatorio: te ruego por las almas más abandonadas y olvidadas y a las cuales nadie recuerda; tú, Madre, que te acuerdas de ellas, aplícales los méritos de la Pasión de Jesús, tus méritos y los de los santos, y alcancen así el eterno descanso. Dios te salve María... Da les, Señor, el descanso eterno. Y luzca para ellas la luz perpetua. Descansen en paz. Así sea. María, Reina del Purgatorio: te ruego por aquellas almas que han de salir más pronto de aquel lugar de sufrimientos, para que cuanto antes vayan a cantar en tu compañía las eternas misericordias del Señor. Dios te salve María... Dales, Señor, el descanso eterno. Y luzca para ellas la luz perpetua. Descansen en paz. Así sea. María, Reina del Purgatorio: te ruego de una manera especial por aquellas almas que han de estar más tiempo padeciendo y satisfaciendo a la divina Justicia. Ten compasión de ellas, ya que no pueden merecer sino sólo padecer; abrevia sus penas y derrama sobre estas almas el bálsamo de tu consuelo. Dios te salve María... Da les, Señor, el descanso eterno. Y luzca para ellas la luz perpetua. Descansen en paz. Así sea. María, Reina del Purgatorio: te ruego de modo especial por aquellas almas que más padecen. Es verdad que todas sufren con resignación, pero sus penas son atroces y no podemos imaginarlas siquiera. Intercede Madre nuestra por ellas, y Dios escuchará tu oración. Da les, Señor, el descanso eterno. Y luzca para ellas la luz perpetua. Descansen en paz. Así sea. Amén. Virgen Santísima, te pido que, así como me acuerdo de las benditas ánimas del Purgatorio, se acuerden de mí los demás, si he de ir allá a satisfacer por mis pecados. En ti, Madre mía, pongo toda mi confianza de hijo, y sé que no he de quedar defraudado. Amén Cerrar anuncio
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