viernes, 31 de agosto de 2012

Pdcast sobre el libro Diálogo con los Protestantes

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Curso interesantísimo en audio dado por el Padre Flaviano Amatulli y los Apóstoles de la Palabra sobre apologética, basado en su libro Diálogo con los Protestantes. Para escucharlo, haz click AQUÍ

¿Yahvé o Jehová?

Autor: P. Paulo Dierckx y P. Miguel Jordá

Fuente: Para dar razón de nuestra Esperanza, sepa defender su Fe

Lo que nos importa es hablar de Dios como Jesús hablaba de El. Jesús vino a aclarar el misterio más profundo que hay en el Ser Divino: «Dios es amor»




En las Biblias evangélicas encontramos que a Dios se lo nombra como a «Jehová» y en las Biblias católicas le damos el nombre de «Yahvé». Muchos cristianos se preguntan: ¿por qué esta diferencia en el nombre de Dios? ¿qué debemos pensar de esto?



En el fondo no sirve de nada discutir por el nombre antiguo de Dios. Nosotros vivimos ahora en el Nuevo Testamento y lo que nos importa es hablar de Dios como Jesús hablaba de El. Jesús vino a aclarar el misterio más profundo que hay en el Ser Divino: «Dios es amor». Dios es un «Padre» que ama a todas sus creaturas y los hombres son sus hijos queridos. Jesús mismo nos enseñó que debemos invocar a Dios como «nuestro Padre» (Mt. 6, 9).



Para los estudiosos de la Biblia quiero aclarar en esta carta el nombre antiguo de Dios, aquel nombre que los israelitas del Antiguo Testamento usaban con profundo respeto. La explicación es un poco difícil, porque debemos comprender algo del idioma hebreo, la lengua en la cual Dios se manifestó a Moisés.



Los nombres de Dios en el Antiguo Testamento

Los israelitas del Antiguo Testamento empleaban muchos nombres para referirse a Dios. Todos estos nombres expresaban una relación íntima de Dios con el mundo y con los hombres.

En esta carta quiero indicar solamente los nombres más importantes, por ejemplo:



En Ex. 6, 7 encontramos en el texto hebreo el nombre «Elohim», que en castellano significa: «El Dios fuerte y Poderoso».

En el Salmo 94 encontramos «Adonay» o «Edonay», que en castellano es «El Señor».

En Gén. 17, 1 se habla de Dios como «Shadday» que quiere decir el Dios de la montaña.

El profeta Isaías (7, 14) habla de «Emmanuel» que significa «Dios con nosotros».

Y hay muchos nombres más en el A. T., como por ejemplo: Dios Poderoso, el Dios Vivo, el Santo de Israel, el Altísimo, Dios Eterno, El Dios de la Justicia, etc.

Pero el nombre más empleado en aquellos tiempos era «Yahvé» que significa en castellano: «Yo soy» o «El que es».

Leemos en Éxodo Cap. 3 que Dios se apareció a Moisés en una zarza ardiente y lo mandó al Faraón a hablar de su parte. Moisés le preguntó a Dios: «Pero si los israelitas me preguntan cuál es tu nombre, ¿qué voy a contestarles?». Y Dios dijo a Moisés: «YO SOY EL QUE SOY». Así les dirás a los israelitas: YO SOY me manda a ustedes. Esto les dirás a ellos: YO SOY, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob me manda a ustedes. Este es mi nombre para siempre» (Ex. 3, 13-15).


¿De dónde viene la palabra «Yahvé»?


Esta palabra es una palabra hebrea, el hebreo es el idioma de los israelitas o judíos del Antiguo Testamento. En este idioma no se escribían las vocales de una palabra sino únicamente las consonantes. Era bastante difícil leerlo correctamente, porque al leer un texto hebreo, uno mismo debía saber de memoria qué vocales tenía que pronunciar en medio de las consonantes. El nombre de Dios: «YO SOY» se escribía con estas cuatro consonantes: Y H V H que los judíos pronunciaban así «Yahvé», y en castellano se escribe YAVE. La pronunciación «Yahvé» es sin duda la pronunciación más correcta del hebreo original para indicar a Dios como «Yo soy el que soy» (Los judíos del A.T. nunca dijeron Jehová).

¿De dónde viene la palabra Jehová?

Los israelitas del A.T. tenían un profundo respeto por el nombre de Dios: «Yahvé». Era el nombre más sagrado de Dios, porque Dios mismo se había dado este nombre.

Con el tiempo los israelitas, por respeto al nombre propio de Dios, dejaron de pronunciar el nombre de «Yahvé» y cuando ellos leían en la Biblia el nombre de «Yahvé», en vez de decir «Yahvé» dijeron otro nombre de Dios: «Edonai» (el Señor). Resultó que después de cien años los israelitas se olvidaron por completo de la pronunciación original (Y H V H, Yahvé) porque siempre decían «Adonay» (el Señor).

En la Edad Media (1.000 a 1.500 años después de Cristo) los hebraístas (que estudiaban el idioma hebreo antiguo) empezaron a poner vocales entre las consonantes del idioma hebreo. Y cuando les tocó colocar vocales en la palabra hebrea Y H V H (el nombre antiguo de Dios) encontraron muchas dificultades.

Por no conocer la pronunciación original de las cuatro consonantes que en las letras castellanas corresponden a YHVH y en letras latinas a JHVH, y para recordar al lector que por respeto debía decir: «Edonay» en vez de «Yahvé», pusieron las tres vocales (e, o, a) de la palabra Edonay; y resultó Jehová en latín. Es decir: tomaron las 4 consonantes de una palabra (J H V H) y metieron simplemente 3 vocales de otra palabra (Edonay) y formaron así una nueva palabra: Jehová. Está claro que la palabra «Jehová» es un arreglo de dos palabras en una. Por supuesto la palabra «Jehová» nunca ha existido en hebreo; es decir, que la pronunciación «Jehová» es una pronunciación defectuosa del nombre de «Yahvé».

En los años 1600 comenzaron a traducir la Biblia a todas las lenguas, y como encontraron en todos los textos bíblicos de la Edad Media la palabra «Jehová» como nombre propio de Dios, copiaron este nombre «Jehová» literalmente en los distintos idiomas (castellano, alemán, inglés...). Y desde aquel tiempo empezaron a pronunciar los católicos y los evangélicos como nombre propio de Dios del Antiguo Testamento la palabra «Jehová» en castellano.

Ahora bien, aun las Biblias católicas usan el nombre de «Yahvé» y no el de «Jehová».¿Está bien? Está bien porque todos los hebraístas modernos (los que estudian el idioma hebreo) están de acuerdo que la manera original y primitiva de pronunciar el nombre de Dios debía haber sido «Yahvé» y no «Jehová».

«Yahvé» es una forma del verbo «havah» (ser, existir) y significa: «Yo soy el que es» y «Jehová» no es ninguna forma del verbo «ser», como lo hemos explicado más arriba. Por eso la Iglesia Católica tomó la decisión de usar la pronunciación original «Yahvé» en vez de «Jehová» y porque los israelitas del tiempo de Moisés nunca dijeron «Jehová».

¿Cuál es el sentido profundo del nombre de «Yahvé»?

Ya sabemos que «Yahvé» significa: «Yo soy.» Pero ¿qué sentido profundo tiene este nombre?

Para comprenderlo debemos pensar que todos los pueblos de aquel tiempo eran politeístas, es decir, pensaban que había muchos dioses. Según ellos, cada nación, cada ciudad y cada tribu tenía su propio Dios o sus propios dioses. Al decir Dios a Moisés: «YO SOY EL QUE SOY» El quiere decir: «Yo soy el que existe: el Dios que existe; y los otros dioses no existen, los dioses de los egipcios, de los asirios, de los babilonios no existen. Yo soy el único Dios que existe».

Dios, dándose el nombre de YAVE (YO SOY), quería inculcar a los judíos el monoteísmo (un solo Dios), y rechazar de plano todo politeísmo (muchos dioses) y la idolatría de otros pueblos.

El Dios de los judíos (Yahvé) es un Dios celoso, no soporta a ningún otro dios a su lado. El dice: «No tendrás otro Dios fuera de mí» (Ex. 20, 3). «Yo soy Yahvé, tu Dios celoso» (Deut. 4, 35 y 32, 39).

El profeta Isaías explica bien el sentido del nombre de Dios. Dice Dios por medio del profeta: «YO SOY YAVE, y ningún otro». «¿No soy yo Yahvé el único y nadie mejor que yo?» (Is. 45, 18).

La conclusión es: La palabra «Yahvé» significa que «El es el UNICO DIOS», el único y verdadero Dios, y que todos los otros dioses y sus ídolos no son nada, no existen y no pueden hacer nada.

El nombre de Dios en el Nuevo Testamento

Más importante para nosotros, que vivimos en el Nuevo Testamento, es saber cómo Jesús hablaba del misterio de Dios. Jesús y sus apóstoles, según la costumbre judía de aquel tiempo, nunca pronunciaban el nombre «Yahvé» o «Jehová». Siempre leían la Biblia diciendo: «Edonay» -el Señor- para indicar el nombre propio de Dios.

Todo el Nuevo Testamento fue escrito en griego, por eso encontramos en el Nuevo Testamento la palabra Kyrios (el Señor) que es la traducción de «Edonay».

Pero Jesús introdujo también una novedad en las costumbres religiosas y nombró a Dios «Padre»: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra». «Mi Padre sigue actuando y yo también actúo». «Por eso los judíos tenían ganas de matarlo: porque El llamaba a Dios Padre suyo haciéndose igual a Dios» (Jn. 5, 17-18).

Además Jesús enseñó a sus seguidores a hacer lo mismo: «Por eso, oren ustedes así: Padre Nuestro, que estás en los cielos» (Mt. 6, 9). Ahora, el nombre más hermoso que nosotros podemos dar a Dios es el de: «Padre nuestro».

¿Es verdad que en las Biblias de los Testigos de Jehová aparece el nombre Jehová en el Nuevo Testamento?

Así es. Los Testigos de Jehová hacen aparecer en el Nuevo Testamento 237 veces la palabra «Jehová», pero eso no es correcto. Cuando en el Nuevo Testamento se habla de Dios con el nombre «Señor» (Kyrios en griego, Edonay en hebreo) ellos lo traducen como Jehová, pero esto es claramente una adulteración de los textos bíblicos.

El Nuevo Testamento habla de Dios como «Padre» o «Señor», pero nunca como «Jehová». Una vez más desconocen la gran revelación de Jesucristo que fue la de anunciarnos a Dios como Padre.


¿Qué es lo mejor para nosotros?


Lo mejor es hablar de Dios como Jesús hablaba de El. Meditando los distintos nombres de Dios que aparecen en la Biblia, nos damos cuenta de que hay una lenta evolución acerca del misterio de Dios, y cada nombre revela algo de este gran misterio divino:

1) Dios se manifestó a Moisés como el único Dios que existe, significando esto que los otros dioses no existen. Es lo que significa la palabra «Yahvé».

2) Luego ese único Dios se manifestó a los profetas como el Dios de la Justicia.

3) Finalmente en Jesucristo, Dios se manifestó como un Padre que ama a todos sus hijos. Dios es amor y nosotros tenemos esta gran vocación a vivir en el amor. La oración del Padre Nuestro es la mejor experiencia de fraternidad universal.

¿Qué hay que hacer cuando los Testigos de Jehová, los Mormones y los seguidores de otras sectas llegan a la casa de uno para entablar una conversación?

«En primer lugar hay que precisar cuál es la verdadera intención de su visita. Por lo general ellos dicen que quieren hablar de la Biblia y conversar acerca de Dios y de la religión.

Pero su verdadera intención no es ésta, sino la de arrebatar la fe a los católicos. Eso y nada más es lo que quieren. Quitar a los fieles su fe católica. Hablar de la Biblia o de Dios es sólo el pretexto para llegar a este final que es quitar la fe a los católicos.

Y los hechos comprueban esta afirmación, porque sabemos de algunos buenos católicos que por cortesía, buena educación, o por otras razones, aceptaron conversar con ellos sobre la Biblia o sobre Dios, y se pasaron a ser Testigos de Jehová, Mormones o de otras sectas y abominaron después contra su antigua fe católica.

Es decir, hay que tener claro que esta visita de los Testigos de Jehová, de los Mormones o de otras sectas a las casas y familias católicas no tiene otra intención ni otro propósito que arrebatarles su fe católica.

Conociendo esta realidad, la respuesta es obvia: ¿Quiere usted conservar y defender su fe católica? No los reciba. ¿Quiere usted poner en peligro su fe católica? Piense mejor lo que debe hacer».

Cuestionario

¿Es correcto nombrar hoy a Dios con la palabra Jehová? ¿Por qué no? ¿Qué aconteció históricamente? ¿Por qué los israelitas usaban la palabra Adonai? ¿Qué pasó cuando los hebraístas de la Edad Media empezaron a poner vocales a las consonantes? ¿Qué significa la palabra Yahvé? ¿Es correcto utilizar hoy la palabra Yahvé? ¿Es correcto utilizar la palabra Jehová? ¿Cómo se refirió Jesús a su Padre? ¿Cómo tenemos que nombrar a Dios los cristianos de hoy? ¿Qué evolución del nombre de Dios hay entre A. y N. Testamento?





Tom Cabeen: Dirigente de los testigos de Jehová se hace católico

Era un betelita, pues estuvo entre los principales dirigentes en la casa Betel, sede de los testigos de Jehová a nivel mundial.


Mi experiencia con los testigos me hizo comprender que es fácil ser atrapado por una organización y perder el sentido de la verdadera naturaleza del cristianismo. Yo creo que la BIblia nos dice cual es nuestro proposito y que cuando nosotros nos rebelamos Dios envio a su propio hijo para rescatarnos del pecado.

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Por Tom Cabeen


Dirigente en la Watchtower


En el Hogar Betel (como normalmente se llama a la central de Brooklyn), me apliqué con diligencia a mi trabajo. Estaba determinado a aprender tanto como fuera posible sobre las enseñanzas de la Watchtower. Mi voluntad de entregarme al trabajo y una aptitud natural para el mismo resultó en que me fueran asignados otras responsabilidades que generalmente estaban reservadas a gente de mayor edad que yo.

Poco después de mi llegada a Betel, mis padres comenzaron el ministerio de tiempo completo (precursorado). Mi padre fue invitado a ser superintendente de circuito (predicador viajero) y así se dedicó a visitar las congregaciones de habla hispana en el suroeste y el noreste de los Estados Unidos por unos diez años. En Nueva York fui asignado como miembro del comité de servicio de mi congregación local a la edad de diecinueve años y luego como anciano en 1971 a los veintiún años. Al año siguiente fui nombrado un "anciano betelita". Como tal, me tocó hablar en las conferencias y asambleas públicas como representante de la Watchtower. A la edad de veintisiete años me tocó ser el discursante principal en la asamblea de distrito de Roanoke, Virginia.

En Betel se me asignó a trabajar en el linotipo grande que producía la revista "La Atalaya". Un año después fui nombrado supervisor de una serie de linotipos. A los veintisiete años fui nombrado superintendente del taller de impresión. Cultivaba amistades con miembros maduros y responsables de Betel, muchos de ellos escritores o personas que trabajaban en otras oficinas importantes a las que eran asignados los testigos más leales y mejor formados. En esos tiempos solía tener conversaciones con ellos sobre las enseñanzas de la Sociedad y el funcionamiento de la organización.

A fines de 1973, volví a encontrarme con una joven y encantadora mujer llamada Gloria, que también era betelita y a quien había conocido poco después de su llegada a Betel en el año 1971. Noviamos por un tiempo, nos enamoramos y nos casamos el 25 de mayo de 1974. Gloria, igual que yo, era una ferviente entusiasta de la Sociedad Watchtower y una persona muy trabajadora. Ambos habíamos decidido dedicar completamente nuestras vidas como miembros de la sede principal durante los pocos años que quedaban antes de que llegara el fin del mundo en el Armagedón. Los dos aprendimos francés y nos ofrecimos para trabajar con Testigos de habla francesa, en su mayoría haitianos, en Newark, New Jersey.

Surgen dudas inquietantes

Aunque había sido Testigo durante casi 10 años (me bauticé en 1959), nunca había leído la Biblia en su totalidad. Me decidí entonces a hacerlo. Esto suscitó muchas dudas que rondaban en mis pensamientos. Cuanto más leía, más contradicciones encontraba entre las sencillas explicaciones que ofrecían las Escrituras y mis creencias como Testigo. Al principio atribuí mi falta de comprensión a mi juventud e inexperiencia. Pero, con el transcurrir del tiempo, el respeto y confianza que me conferían mis pares comenzó a incrementarse.

A esta altura, comencé a hablar cautelosamente de mis dudas sobre la Biblia con miembros mayores y bien respetados de la sede principal. Me sorprendió descubrir que había muchos de ellos que tenían los mismos problemas que yo y también la forma en la que abiertamente hablaban de esos asuntos. Empecé a mirar a las enseñanzas de la Watchtower desde diferentes puntos de vista a partir de la publicación del libro "Ayuda para Entender la Biblia" en 1971. Se produjeron cambios en la organización que dejaron la puerta abierta al examen de otras enseñanzas fundamentales. Me preguntaba "si nos hemos equivocado pensando que ciertas actividades estaban sólidamente basadas en las Escrituras, ¿no podríamos acaso también estar equivocados en las doctrinas?" Yo no era el único que se preguntaba esas cosas.

Durante la década de los 70, una creciente cantidad de personas sinceras de la sede principal comenzó a leer las otras traducciones bíblicas aparte de la Traducción del Nuevo Mundo de Watchtower y también comentarios bíblicos. Empezamos a reunirnos en grupos informales en los que estudiábamos y debatíamos abiertamente, sin la "asistencia" de las publicaciones de Watchtower. Para 1979, me convencí de que no había forma de reconciliar algunas enseñanzas claves de Watchtower con la Biblia. Sin embargo, todavía confiaba en que Dios estaba guiando a la organización, de modo que yo creía que se avecinaban grandes cambios. Los aguardé con ansiosa expectativa.

Por otra parte, mi esposa Gloria, estaba descontenta en Betel. Sus dificultades no eran principalmente de índole doctrinaria sino que tenían que ver con la manera en que eran tratadas las personas. Deseaba abandonar Betel para tener hijos. A mi manera de ver, la cronología de la Watchtower era correcta. Por lo tanto, no lograba entender por qué todo el mundo quería irse faltando ya poco para el fin del mundo. Le mencioné el tema a un amigo de confianza del Cuerpo Gobernante, Ray Franz. Me dio una copia de una carta que había sido escrita a la Sociedad Watchtower por Carl Olof Jonsson, un Testigo miembro del cuerpo directivo de Suecia. Jonsson presentó pruebas irrefutables de que la cronología de Watchtower contenía serios errores. La lógica que utilizaba y la documentación que presentaba eran sólidas y de gran erudición. Leí la evidencia una y otra vez. Finalmente, me convencí.

Lo que resultaba difícil de aceptar no era el error en sí mismo, sino su consecuencia: la cronología era y es absolutamente esencial para determinar la afirmación de la Sociedad Watchtower de que es el "canal de comunicación" de Dios con la humanidad en el breve período previo al fin del mundo. Comencé a considerar seriamente la posibilidad de que la Sociedad Watchtower no era lo que sostenía ser. Parecía existir la certeza de que los líderes de la Sociedad en el mejor de los casos habían sido inducidos al error, o en el peor de los casos eran hipócritas y falsos profetas. Si bien yo había disfrutado muchísimo estar a su servicio y amaba de verdad a mis hermanos y hermanas Testigos, parecía prácticamente seguro que mi partida definitiva era inevitable.

Así murió en mí el deseo de apoyar activamente algo en lo que ya no creía. Mi función en la sede principal había llegado a su fin. En medio de este período de confusión, mis padres vinieron a Nueva York desde Texas para visitarnos. A raíz de algunos comentarios que hice acerca de la excomunión de algunos de nuestros amigos íntimos, intuyeron que mi actitud incondicional anterior de apoyo a la organización estaba cambiando. Les aseguré que nunca abandonaría a Dios, Jesucristo o la Biblia pero que no podía negar que tenía serias dudas relacionadas con la autoridad de la organización. Pero ya sin la fe en la cronología de la Watchtower, no existía ningún motivo para posponer nuestro deseo de formar una familia.

Decidimos irnos de Betel lo más pronto posible. Nos marchamos el 15 de julio de 1980. Todavía no estaba preparado para alejarme de toda mi comunidad. Toda nuestra vida estaba ligada con los Testigos de Jehová. También tenía la impresión de que estaríamos en una situación más favorable para que nuestros padres comprendieran cómo había cambiado mi forma de pensar si aún manteníamos una relación. Las cosas no salieron como esperaba. Ese fue el comienzo de un profundo distanciamiento que duró un cuarto de siglo. Continuó incrementándose hasta que me encontré casi completamente aislado de mis padres. Nunca pude reconciliarme con mi padre antes de que falleciera en el 2002. Todavía lo amo y le echo de menos.

Todo estaba por dar un vuelco total. Teníamos que recomenzar nuestras vidas. Carecíamos de dinero, pues había pasado los doce años previos como voluntarios sin salario. Había estudiado mucho y tenía experiencia laboral y conocimientos técnicos, pero no tenía título universitario. Le pedí prestados 300 dólares a mi suegro para trasladarme a Lancaster, Pennsylvania, con lo poco que teníamos. Vivimos con los padres de Gloria durante diez semanas hasta que pude conseguir un empleo y encontrar un lugar donde vivir.

Expulsado (excomulgado) de la hermandad de los Testigos de Jehová

Tuvimos que abandonar la sede principal por propia voluntad pero todavía la organización me tenía una gran estima, de modo que poco después de llegar a Pennsylvania, me nombraron miembro del cuerpo de ancianos. Tenía dudas, pero no encontraba motivos para alejarme de los Testigos de Jehová, siempre que mi relación con ellos no requiriera incumplir con lo que me dictaba la conciencia. Sin embargo, descubrí que esa meta era cada vez más difícil, ya que la tendencia general de las publicaciones de la Watchtower durante esos meses consistía en advertencias contra los que no concordaban con sus enseñanzas a los que tildaba de "apostatas" y merecedores de la condena eterna. Después de un año aproximadamente, renuncié a mi cargo de anciano.

Para entonces, teníamos un hijo, Matthew, que había nacido el 9 de agosto de 1981. Alrededor de un año y medio después, los miembros del consejo de la congregación de Lancaster, pidieron hablar con Gloria y conmigo luego del habitual Reunión de Servicio de los jueves a la noche. Resultó ser una sesión judicial informal. Me interrogaron (en presencia de Gloria) durante más de una hora acerca de si tenía algunas "dudas." El único tema específico por el cual fui interrogado era si creía o no que la Sociedad Watchtower era una organización de Jehová. Respondí que Dios había obrado a través de los Testigos de Jehová pero que no estaba dispuesto a limitarse a obrar exclusivamente a través de ellos. El es Dios, después de todo, manifesté y puede hacer todo lo que quiera.

La reunión finalizó sin que se tomaran medidas. Si bien habíamos sido bastante activos con la congregación durante más de dos años y medio, pocos, si es que los había, sabían que teníamos dudas. No obstante, en menos de un par de días, muchos habían oído que éramos "escépticos". Nos pidieron que asistiésemos a otra reunión breve un par de semanas después. Los miembros del consejo nos hicieron saber que dado que nuestras dudas en la congregación eran "vox populi", tenían que tomar alguna medida. Mencioné que ninguna persona de la congregación sabía nada de nuestras dudas antes de que los ancianos se reunieran con nosotros. Era obvio que los mismos miembros del consejo habían difundido esa idea luego de nuestra reunión.

`La esposa de un anciano le había mencionado a una cuñada de Gloria algunos detalles de la reunión. Uno de los miembros del consejo respondió, "Cómo se llegó a conocer la información no es el tema que interesa. Ahora que es de dominio público, debemos tomar medidas". Anunciaron su decisión de expulsarnos. Esto significaba que a nuestra familia y amigos se les requeriría que nos rechazaran o de lo contrario, serían también expulsados. Nosotros tuvimos la impresión de que la decisión de expulsarnos había sido tomada antes de que se reunieran con nosotros, sobre la base de factores que no eran ni pruebas ni nuestro propio testimonio. Resultaba evidente que no serviría para nada apelar la decisión. De esta manera terminaron casi tres décadas de nuestra relación con los Testigos de Jehová. Nuestra comunidad religiosa nos había rechazado y ahora estábamos solos.

¿Obra Dios a través de una organización?

A pesar de la forma en que fuimos tratados, había muchas cosas admirables en los Testigos que yo estaba seguro que eran correctas. Había descubierto el error, pero lo que quería era la verdad. Necesitaba alguna manera confiable de saber cuáles enseñanzas de la Watchtower eran reales y cuáles eran falsas. Debido a que una vez creí que Dios empleaba a la organización de la Watchtower como un canal exclusivo para comunicarse con sus fieles, concentré mis reflexiones en ese tema. Mi esperanza era poder escribir un ensayo que ayudara a mis padres (más que nada) a entender por qué había modificado algunas de mis opiniones sobre la Sociedad Watchtower. Empleando mi concordancia y el diccionario bíblico, comencé minuciosamente a buscar en las Sagradas Escrituras evidencias en cuanto a si Dios alguna vez había usado o no alguna organización como instrumento oficial para comunicarse directamente con la humanidad.

Concluí que no y publiqué mi ensayo en un artículo que titulé "¿Obra Dios a través de una organización?" Con los años, fue traducido a varios idiomas y tuvo una circulación bastante amplia entre los Testigos que se separaban de la organización, especialmente cuando el Internet comenzó a utilizarse masivamente. Si bien en ese momento actué sin sentimiento de culpa, siento un poco de tristeza por el éxito que tuve y debo aceptar el hecho de que mis escritos probablemente inducieron a muchos al error. Inicialmente, no entendía la diferencia entre las organizaciones humanas y la verdadera iglesia, el Cuerpo de Cristo. Más tarde, corregí mi artículo para demostrar que Cristo estaba orgánicamente unido a Su Cuerpo, lo que no sucedía con las organizaciones humanas. Pero todavía tenía mucho que aprender sobre lo que Jesús había iniciado y preservado: una iglesia visible; un cuerpo vivo en el que El mora.

Una mano tendida hacia los ex Testigos

Luego de marcharme de Betel, me mantuve en contacto con ex Testigos amigos y trabé amistad con algunos nuevos. Comenzó a formarse una red cada vez mayor, mediante la cual se intercambian palabras de consuelo y aliento. Durante el verano de 1983, mi amigo Peter Gregerson nos invitó a nosotros y a varios Testigos a una reunión, en la que se decidió dar carácter oficial al grupo en forma de un ministerio. A nuestro grupo lo llamamos "Biblical Research and Commentary Incorporated", BRCI para abreviar.

El objetivo era producir materiales y proporcionar apoyo a los Testigos que se separaban, para facilitarles la penosa transición de la Sociedad Watchtower al "mundo exterior". El siguiente verano—en 1984—la primera de varias reuniones anuales se celebró en Gadsden, Alabama.

Muchos Testigos expulsados tienen miembros de la familia o cónyuges que aún siguen siendo leales a la organización. Nos parecía que un nombre mas bien neutral podía facilitar el envío de materiales a alguien sin alertar a los miembros de la familia que eran Testigos sobre el hecho de que el destinatario estaba hablando a un ex testigo, lo cual estaba terminantemente prohibido. Por lo que yo recuerdo, Ray Franz sugirió el nombre, aunque nunca fue miembro del directorio de BRCI.

Establecimos una línea telefónica confidencial de ayuda para confortar a las personas que se sentían dolidas por dejar la organización de la Watchtower. Poco después de su publicación, mi artículo sobre la Organización era siempre incluido en el paquete informativo que se enviaba a los que llamaban a la Línea de Ayuda de BRCI. Experiencia eclesiástica Durante aproximadamente los primeros siete años, Gloria y yo leímos y estudiamos la Biblia por nuestra cuenta o con otros ex Testigos con los que nos reuníamos semana por medio en un pequeño grupo de apoyo. Formamos fuertes lazos sociales con estos queridos amigos pero nuestro crecimiento espiritual fue lento. Generalmente, nuestros debates se centraban más en cosas en las que alguna vez creíamos que eran verdad pero que habíamos rechazado.

A menudo volvíamos sobre lo mismo cada vez que nos reuníamos. Finalmente Gloria dijo, "Ya estoy cansada de examinar una y otra vez las mismas cosas de siempre. ¡Quiero aprender algo nuevo y verdadero sobre Cristo!" También ya había llegado nuestro segundo hijo, James, nacido el 22 de noviembre de 1986. A medida que nuestros hijos comenzaban a crecer, sentimos cada vez más la necesidad de encontrar cristianos que creyeran en la Biblia con los que nuestros hijos pudieran relacionarse.

Muchos de los niños de nuestro barrio eran educados como humanistas seculares y no compartían ni nuestros principios cristianos ni nuestros puntos de vista sobre la importancia de agradar a Dios. Probamos con una iglesia del lugar y enseguida nos hicimos amigos del pastor y su esposa. Cuando se enteró sobre mi currículum, me pidió que me hiciera cargo de una clase de escuela dominical para adultos. Me sorprendió que no me pidiera más detalles sobre mis verdaderas creencias.

Ni siquiera asistió a la clase para ver lo que enseñaba. Esto me pareció extraño, pues para mí, la precisión doctrinaria era todavía importante. Pero siempre enseñaba la "ortodoxia" en el sentido de que podía respaldar mis enseñanzas tanto a partir de las Sagradas Escrituras como a partir de comentarios protestantes que gozaban de respeto. Ni Gloria ni yo jamás nos hicimos miembros de esa iglesia. No queríamos incorporarnos a ninguna organización religiosa. Después de enseñar allí durante alrededor de un año, el pastor me pidió a su pesar que dejara mi puesto de maestro, ya que opinaba que no podía tener a alguien que diera clases y que a la vez no fuera miembro de la iglesia. Creo que tenía razón. Fue una buena experiencia en términos generales.

Empezamos a hacer amigos cristianos. Nos enteramos que no todos los cristianos evangélicos estaban totalmente convencidos sobre la verdad doctrinal como lo estábamos nosotros. Buscábamos una comunidad de creyentes que tuvieran muchos niños y una gran cantidad de programas para ellos. Finalmente, nos fuimos adaptando poco a poco a una hermandad bautista evangélica independiente. Ahí conocimos a muchos cristianos excelentes y rápidamente nos involucramos en actividades eclesiásticas. Unos meses después de que comenzáramos a asociarnos con esa iglesia, otra vez me pidieron que diera clases bíblicas para adultos, actividad que desempeñé ininterrumpidamente durante catorce años.

Lecciones de Historia

A fines de la década de los 90, comencé a trabajar en otro artículo con el objeto de complementar el que había escrito acerca de la organización. Mi intención era ayudar a ex Testigos a encontrar otros creyentes y a relacionarse con ellos. Quería que se sintieran cómodos ayudándolos a comprender que muchas iglesias actuales enseñan y rinden culto en forma similar a los discípulos del siglo primero. Pensé que sería de utilidad mostrar cómo eran los primeros cristianos, cómo estaban estructuradas sus congregaciones, cómo vivía y rendían culto y en qué aspectos se diferenciaban de las enseñanzas y la práctica de los Testigos de Jehová.
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Quería que comprendieran que vivir como cristianos era lo que más importaba y los alentaba a incorporarse a cualquier hermandad cristiana centrada en la Biblia. Comencé empleando solamente las Escrituras y pronto me di cuenta que tantas cosas que se enseñan y practican en las iglesias no pueden fundamentarse directamente a partir de las Escrituras solamente. Terminé comprando libros de historia—con el tiempo obtuve docenas de ellos—además de hacer mucha investigación en el Internet. Cuando terminé de escribir "¿Dónde está el Cuerpo de Cristo?" recibí algunos lindos comentarios. Pero lo que iba descubriendo suscitaba en mi mente muchas más preguntas que respuestas.
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Un cambio de visión fundamental

Mientras investigaba, comencé a encontrar por casualidad referencias a los "Primeros Padres de la Iglesia". Prácticamente todos los eruditos, tanto católicos como protestantes (excepto algunos eruditos modernos) demostraban un gran respeto por ellos. En ese momento, solamente tenía una muy vaga idea de quienes eran. Cuando me enteré, a fines de los 90, que mi amigo David Bercot había publicado un Diccionario de las Creencias de los Primeros Cristianos, compré un ejemplar. Le eché una mirada pero no leí mucho.
Tenía mis propias ideas sobre cómo era la iglesia de los primeros cristianos y de qué manera creían y rendían culto. A casi veinte años de haber abandonado la Sociedad Watchtower, todavía creía que poco tiempo después del siglo primero, la fiel iglesia apostólica de los primeros cristianos se había transformado en la corrupta Iglesia Católica Romana.

Los Reformadores, como me enteré después, tenían un punto de vista similar, excepto que establecían la fecha de "la gran apostasía" en el siglo cuarto o quinto o aún más tarde. Sin embargo, tanto Lutero como Calvino creían que la iglesia antenicena era realmente auténtica. Uno de los objetivos de la Reforma fue devolverle a la iglesia su pureza original, impoluta, antenicena. Esto me hizo pensar en las consecuencias del concepto de la "gran apostasía".

El corolario de esta doctrina es que Jesús no tuvo una congregación de fieles discípulos, ninguna organización visible o iglesia en la tierra, durante un prolongado período, posiblemente varios siglos, hasta que algún individuo (Martín Lutero, Juan Calvino, John Wesley, Joseph Smith, Charles Russell o cualquier otro), basándose solamente en los escritos de los primeros cristianos, los comprendieron correctamente y "restauraron" el verdadero cristianismo apostólico en la tierra.

Finalmente concluí que ese punto de vista era indefendible. Porque significaría que la mayoría de las personas que vivieron entre la apostasía y la "restauración", cada vez que supuestamente ocurría, prácticamente no tendrían ninguna oportunidad de convertirse en verdaderos cristianos, dado que al parecer nadie era capaz de reconocer "las sencillas verdades que se enseñan en la Biblia" hasta que aparecieron los reformadores.

La iglesia: ¿visible o invisible?

También comencé a pensar seriamente acerca de cómo debe ser la verdadera iglesia de Jesucristo. Debido a mi propia experiencia, no me costó aceptar el punto de vista de la "iglesia invisible", en la que todos los miembros de la "única santa iglesia católica y apostólica" se encuentran diseminados por todas las confesiones cristianas del mundo y está compuesta por los hombres y mujeres de cada comunidad cristiana que realmente se toman en serio la fe e intentan vivir de acuerdo a las Sagradas Escrituras.

La mayoría de las comunidades de fe que vi estaba aparentemente repleta de pecadores que no practicaban su fe. Pero mientras pensaba en eso, empecé a darme cuenta que esta perspectiva presentaba problemas insalvables. Una iglesia invisible es una "comunidad" de personas diseminadas que no se conocen ni están en contacto mutuo. En realidad, carece totalmente de características visibles (porque, después de todo, es invisible). No podemos saber nada seguro de una iglesia semejante: dónde están, en qué creen, cómo rinden culto.

Concluí de que todo era asunto de imaginación. Es como queremos que sea, ya que no existe nada real con la cual la podamos comparar. Es una iglesia que interpretamos a nuestra manera. Y lo más importante es que no se parece absolutamente en nada a la iglesia descripta en el Nuevo Testamento, que estaba llena de personas reales, santos y pecadores. Poseía una estructura que incluía presbíteros, diáconos y discípulos de Cristo que se sometían, en mayor o menor grado, a su liderazgo. Cada congregación de los fieles de Dios descripta en las Escrituras no es solamente visible, es humana, con todos los problemas que existen en cualquier familia, club o comunidad de seres humanos en cualquier parte. ¿De qué otra manera podría cualquier iglesia ser la sal y la luz de la comunidad? ¿De qué otra manera podrían los no creyentes ver sus buenas obras y glorificar a Dios? Hasta los reformadores, aunque rechazaban la autoridad de Roma, reconocían la existencia y la necesidad de un conjunto visible de creyentes.

Seguí leyendo libros de historia, lo mismo que los escritos de los primeros cristianos. A éstos los consideraba representaciones precisas de lo que el conjunto principal de antiguos cristianos creían y practicaban. Me sorprendió de que tantos conceptos y enseñanzas que anteriormente rechazaba me las hubiesen presentado incorrecta, e inclusive, deshonestamente, en la Watchtower y en la literatura evangélica, presentándolas como si fuesen ilógicas o reñidas con las Sagradas Escrituras. Tal como las presentaban los primeros cristianos, por lo general tenían más sentido y se correspondían mejor con las Escrituras que muchas de las explicaciones que había leído en comentarios. Comencé a aceptar una cantidad cada vez mayor de enseñanzas que allí encontraba, simplemente porque eran claras, maduras y se ajustaban a las Escrituras. Una por una, analicé estas enseñanzas comparándolas con las Sagradas Escrituras y mientras me convencía de su validez, paulatinamente mi interpretación del cristianismo comenzó a cambiar.

La complejidad de ciertos pasajes con los que había lidiado durante años comenzó a desaparecer lentamente. Realmente todas las piezas empezaban a encajar (por primera vez en la vida). Toda mi interpretación del cristianismo se modificó. Sacramentos Los primeros cristianos creían que el pan y el vino servidos durante la comunión, cuando son consagrados por el presbítero, realmente se convierten en el cuerpo y sangre de Jesucristo. Por supuesto, esto es exactamente lo que Jesús dicel claramente en Juan capítulo 6. Sin embargo la mayoría de los protestantes consideran que las palabras de Jesús son simbólicas. Ninguno de los primeros cristianos lo entendió así. En realidad, con poquísimas excepciones, ningún cristiano antes de la Reforma Alemana ni tan siquiera puso en duda esa enseñanza. Esta fue mi introducción al concepto de "sacramentos" de la fe cristiana, objetos materiales a través de los cuales Dios transmite la gracia a sus fieles. Nunca los oí mencionar entre Testigos o cristianos evangélicos. Todo el concepto me resultaba nuevo y extraño. Pero a medida que leía y oraba y pensaba en eso, el asunto cada vez tenía más sentido. En síntesis, el culto sacramental enseña que Dios obra a través de cosas simples como agua, pan, vino y aceite.

Estos objetos materiales, cuando son consagrados y empleados en la iglesia que Jesús fundó, se transforman en los medios por los que la gracia de Dios se comunica a los seres humanos. Desempeñan un papel fundamental en la sanación y nos devuelve a una plena hermandad con nuestro Padre Celestial. Según esta perspectiva, Dios obra a través de su creación y no alrededor o a pesar de la misma. Al principio, pensaba que esto estaba totalmente alejado de las Escrituras. Pero ahora, guiado por los primeros cristianos, lo empecé a encontrar en todas partes de la Biblia. Un ejemplo: Naaman, un leproso sirio, fue sanado obedeciendo la orden de Eliseo (dicho sea de paso, transmitida por un criado ávido de ganancias) de bañarse siete veces en el río Jordán. El agua no era mágica pero Naaman tuvo que obedecer la orden y bañarse en esa agua para ser sanado. (1 Reyes 5).

Los primeros cristianos creían que las aguas del bautismo tenían el poder de lavar o eliminar el pecado de los nuevos discípulos (Hechos 22, 16), tal como había eliminado la lepra de Naaman. Otros ejemplos: Jesús sanó a un ciego haciendo barro y poniéndolo en sus ojos y ordenándole que se lavara en la piscina de Siloam. (Juan 9, 6-11) Una mujer que confiaba que se sanaría si solamente tocaba el dobladillo de la vestimenta de Jesús, se curó verdaderamente. La tela no era mágica, pero en conjunción con su fe, se transformó en el medio por el que recibió el poder de Jesús. (Mateo 9, 20-22).

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Mientras releía las Escrituras, me sorprendió ver cuantos relatos de las poderosas obras llevadas a cabo por Jesús y los apóstoles implicaban acciones físicas como tocar o respirar sobre los receptores, u objetos usados como pan, pescado, aceite o vino. ¡Un descubrimiento impactante!
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Por ese tiempo, me encontraba curioseando unas rebajas de libros usados y vi un ejemplar del Catecismo Católico en venta por unos centavos. Lo compré y comencé a leer. ¡Me impactó lo que había encontrado!

La explicación católica de la fe y los principios morales cristianos, inclusive la salvación, el bautismo, la redención y la expiación de los pecados, se parecían mucho más a los de la iglesia de los primeros cristianos que a los de cualquier comentario protestante que había leído.

Con bastante frecuencia se refería a los primeros cristianos como una fuente de autoridad. Desde ese punto en adelante, empecé a considerar seriamente a la Iglesia Católica Romana.

Me sorprendió descubrir cómo sus enseñanzas y prácticas guardaban una estrecha relación con la perspectiva de los primeros cristianos. Pero, ¿cómo podía explicar la existencia de muchos católicos que aparentemente no se tomaban en serio el cristianismo? Al principio, con cierta dificultad el concepto, pero mientras pensaba y oraba, recordé que Dios empleó a la antigua Israel como "recipiente" de la autorrevelación divina transmitida a través de Moisés durante más de quince siglos, aun cuando la mayoría de los israelitas y hasta sus autoridades eran infieles. ¿No pudo haber hecho lo mismo con la iglesia universal que Cristo fundó?

La Sagrada Tradición

Me había enterado, principalmente de fuentes judías, que gran parte de la práctica judía había sido transmitida durante siglos en forma oral. Moisés comunicó las normas de la Ley Mosaica a los israelitas en Sinaí. Pero no todo fue puesto por escrito. Las tradiciones verbales fueron por primera vez puestas en forma escrita (en el Talmud y la Mishnah) luego de la destrucción del segundo templo en el siglo primero d. C. Por supuesto, Jesús dijo que los fariseos habían "invalidado la palabra de Dios con sus tradiciones." Pero, me di cuenta que no quería decir que toda tradición era negativa, solamente aquellas que el hombre había creado y que estaban reñidas con la revelación divina.

Las Sagradas Escrituras dicen claramente que Cristo reveló muchas cosas a sus discípulos que no fueron escritas (Juan 21, 25). También dice que "la iglesia" (y no las Sagradas Escrituras) es el "pilar y fundamento de la verdad." Lo que Jesús enseñó a sus discípulos en forma oral no fue "agregado a las Escrituras" por los apóstoles. Eran enseñadas oralmente a los nuevos discípulos que hacían.

Las Escrituras eran redactadas dentro de un marco eclesiástico de funcionamiento pleno en el que cada enseñanza cristiana había sido transmitida en forma oral por décadas. Cuando el apóstol Pablo escribía epístolas a las congregaciones, habia ya antes dedicado mucho tiempo enseñándolas en forma oral. Sus cartas podían y a menudo dejaban muchas cosas sin exponer. Las cartas de Pablo tratan mayormente de contingencias y problemas que requieren su consejo y no de las enseñanzas y prácticas que todos conocían y que habían sido enseñadas oralmente con anterioridad.

Momento decisivo: Seguimos Adelante en la Fe

Finalmente fuimos recompensados y la evidencia resultó ser concluyente. Mis investigaciones sobre la historia de la iglesia de los primeros cristianos me permitió adoptar una perspectiva católica sin que mi anterior prejuicio contra la iglesia católica sin la interferencia de mis prejuicios anteriores contra la Iglesia Católica. Lo que íbamos hallando en las enseñanzas de los católicos era increíble: enseñanzas profundas, atractivas, respaldadas por la historia y de lógica coherente que se ajustan a las Escrituras y que resultan gratificantes no sólo para la mente sino también para el corazón. Ahora sentimos que hemos sido parte de ese camino por todos estos años.

He hallado que los escritos de otros conversos al cristianismo católico han sido de gran utilidad. Admito que había revisado el tema muy vagamente al estudiar el cristianismo. Muchos teólogos católicos son gigantes espirituales. Leyéndolos, he aprendido tanto sobre Dios y sus peculiaridades que ¡jamás supe que existían! Leí "The Everlasting Man" de G. K. Chesterton, que influyó en la conversión de C. S. Lewis al cristianismo. Sus libros "Orthodoxy", "Heresy" y "Conversion" verdaderamente me tocaron el corazón. Los apologistas católicos tienen un profundo respeto por C. S. Lewis, aunque era anglicano, ya que su teología es prácticamente ortodoxa. "A Map of Life, Theology for Beginners and Theology and Sanity" de Frank Sheed es claro y conciso.

Los libros de conversos al catolicismo contemporáneos como Jimmy Akin, Thomas Howard, Karl Keating, Scott Hahn, Dave Armstrong y Peter Kreeft son especialmente útiles para encarar las dudas que los protestantes tienen sobre la fe católica. "Catholic Christianity and his Christian Apologetics" del Dr. Kreeft y Ron Tacelli son más claros y exhaustivos que cualquier defensa protestante del cristianismo que jamás haya leído. Estas personas están en el camino correcto, pensé al leerlos. Piensan con mucha mayor profundidad que yo acerca de la mayoría de las cuestiones y están dispuestos a arriesgar sus vidas y carreras para seguir la verdad a dondequiera que esté.

Durante mucho tiempo, cometí el error de juzgar las enseñanzas católicas basándome en personas católicas, la mayoría de las cuales (como sus primos protestantes) son más bien indiferentes con respecto a la teología. Pero luego de aceptar la evidencia histórica de que la fe católica era la expresión original y más plena del cristianismo, y que no se debía juzgar a la iglesia entera por el comportamiento de algunos pecadores, mi perspectiva cambió. Comencé a leer escritos católicos con entusiasmo. Las explicaciones católicas del cristianismo se ajustan a las Escrituras, al mundo real y al corazón del ser humano.

Creo con toda honestidad que cualquiera que las siga fielmente se transformará en un hombre o mujer de Dios. Las enseñanzas del catolicismo son sólidas, plenas y rectas. Llegamos a ellas lenta y cuidadosamente, siguiendo la verdad e identificando y rechazando el error. Compartí con Gloria las cosas que estaba leyendo. Ella también las leyó y reflexionó. Hablamos de algunas cosas pero no quería presionarla para que tomase una decisión sino para que decidiera por su cuenta.

Siguió leyendo, luego un día simplemente dijo, "Deberíamos convertirnos al catolicismo." (Había sido bautizada como católica al nacer). Consumamos nuestro deseo de formar parte de esta venerable Iglesia reuniéndonos con nuestro párroco, el padre James Cronin, durante varios meses con el propósito de examinar las enseñanzas católicas.

Fuimos admitidos en el seno de la Iglesia Católica Romana el viernes 9 de junio de 2006. Estamos emocionados por ser católicos y nos hace felices compartir las cosas buenas que hemos encontrado con cualquiera de nuestros ex compañeros evangélicos cristianos o con nuestros nuevos compañeros católicos.

Nos sentimos completamente felices dentro de la Iglesia que Jesucristo fundó. Hemos llegado a casa.

Para profundizar este tema te recomiendo los libros:






Como Responder a los Testigos de Jehova - Martin Zavala   

                 Yo Fui Testigo de Jehova - Antonio Carrera

Jesús es Dios

Las palabras y obras de Jesús revelan su divinidad.


Algunas religiones reconocen a Jesús solo como un "gran hombre" o "profeta" y no como Dios. Eso sería imposible si tomamos en cuenta que Jesús habló y actuó como Dios. Si no fuera Dios, entonces sería un loco o mentiroso y blasfemo, tal como decían sus enemigos.

Jesús dice:


“Yo y el Padre somos uno” (Jn 10, 30)

Dios reveló su nombre como: "Yo soy". "Dijo Dios a Moisés: «Yo soy el que soy.» Y añadió: «Así dirás a los israelitas: "Yo soy" me ha enviado a vosotros.» (Exodo 3,14; Cf. Os 1,9). Jesús muchas veces declaró sobre si mismo: "Yo Soy". Sus palabras no dejan duda de que se trata del mismo "Yo Soy" absoluto que solo le pertenece a Dios.

"Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo" (Jn 8,23, cf Jn 17,14)

"porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados" (Jn 8,24)

“Antes de que Abraham existiera, Yo Soy” (Jn 9,58)

"Soy luz del mundo" (Jn 9,5)

"Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo Soy". Jn 13,19

Muchas otras palabras de Jesús manifiestan su divinidad:

“Ahora, Padre, dame junto a Tí la misma Gloria que tenía a tu lado antes que comenzara el mundo” (Jn 17,5)

"Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy" (Juan 8,28)

“¿No crees que estoy en el Padre y que el Padre está en Mí?” (Jn 14,10)

"Yo soy la resurrección. El que cree en mí, aunque muera, vivirá" (Jn 11,25)
Solo Dios puede decir esto

"Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto;
porque separados de mí no podéis hacer nada". (Jn 15,5)
Solo Dios puede decir esto

Jesús se declara "Hijo de Dios"

"¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: "Yo soy Hijo de Dios"?" (Jn 10,36)
(Los judíos acusaban de blasfemo a uno que decía que Jesús es "Hijo de Dios". Ellos saben que ese título solo puede designar a quien es divino. Jesús, sin embargo lo defiende.)

Pero Jesús seguía callado. El Sumo Sacerdote le dijo: «Yo te conjuro por Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.» Dícele Jesús: «Sí, tú lo has dicho. Y yo os declaro que a partir de ahora veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo.» Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestidos y dijo: «¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. (Mateo 26,63)

Relato del juicio final: Cf. Mt 25

Tomás le dice a Jesús resucitado: «Señor mío y Dios mío.» Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.» (Jn 20,28-29)

Tomás explícitamente reconoce que Jesús es Dios. Jesús responde afirmando su divinidad: "Porque me has visto has creído".
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La Biblia afirma la divinidad de Jesús

Aquellos que dicen creer en la Biblia y niegan la divinidad de Jesús se contradicen.

“En el principio era la Palabra ... y la Palabra era Dios” (Jn 1,1, Cf. Jn 14)

“En El reside toda la Plenitud de la Divinidad corporalmente” (Col 2, 9)

“Cristo... está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos” (Rom 9, 5)

"Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer" (Gálatas 4,4)

“Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero.
Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la Vida eterna“ (1 Jn 5, 20)

Jesús = Dios y salvador. -II Pedro 1,1.
Imagen visible del Dios invisible. -Col 1, 15-17.
Dios se hizo hombre. -Flp 2,6-7.
El gran Dios y Salvador. -Tito 2,13.
Su trono es eterno. -Hb. 1, 8.

Jesús es:

Eterno (cf. Jn 1, 1-2; 8, 58; 17, 5 - Col 1. 17)
Inmutable (cf. Hb 13, 8)
Omnisciente (Conoce todo) (cf. Jn 1, 48; 2, 25; 6, 64; 14, 10)
Todopoderoso (cf. Mt 28, 18; Mc 4, 39; Hb 1, 3)

Decid a los de corazón intranquilo:
¡Animo, no temáis!
Mirad que vuestro Dios
viene vengador;
es la recompensa de Dios,
él vendrá y os salvará.
-Isaías 35,4

Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, «Aquel que es,
que era y que va a venir», el Todopoderoso.
-Apocalipsis 1,8

Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto.
El puso su mano derecha sobre mí diciendo:
«No temas, soy yo, el Primero y el Ultimo
el que vive; estuve muerto, pero ahora estoy vivo
por los siglos de los siglos,
y tengo las llaves de la Muerte y del Hades.

-Apocalipsis 1,17-18

Ver también: ¿Cristo era Dios? , Jesús, Profecías sobre Jesús






El Darwinismo Refutado


Evolución y Evolucionismo




La “evolución” (como se la entiende hoy día) o el “evolucionismo”, es el primer “dogma de fe” en el que necesita creer un ateo para justificar su posición. A diferencia de la verdadera Fe, estos falsos dogmas están fundados en la imaginación del hombre, en falsas doctrinas, de bases enclenques y contradictorias, con un pobre fundamento y alejados de la realidad. Al decir de G.K. Chesterton, cuándo no se cree en Dios, se cree en cualquier cosa, y para demostrar que la “evolución” es un “dogma” inventado, disfrazado de “ciencia” (“fantaciencia” podemos llamarlo), y más bien, basado en “supuestos” y no en hechos científicamente demostrados, apoyados por una realidad empírica, es que publicamos la serie de artículos que presentamos a continuación.



Título: El Darwinismo Refutado

Tomado de DarwinismRefuted.com
Traducción: Alejandro Villarreal de Biblia y Tradición

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Contenido General


1. Breve Reseña Histórica del Darwinismo

i. Introducción
ii. El nacimiento del Darwinismo
iii. El problema del origen de la vida
iv. El problema de la genética
v. Los esfuerzos del Neodarwinismo
vi. Una teoría en crisis

2. Los Mecanismos de la Evolución

i.Introducción
ii. ¿Una lucha por la supervivencia?
iii. Observaciones y experimentos.
iv. La verdadera historia del melanismo industrial.
v. La razón por la que la selección natural es incapaz de explicar la complejidad.
vi. Las Mutaciones.
vii. El efecto pleitrópico.

Notas

3. El Verdadero Origen de las Especies

i. Introducción
ii. El significado de las variaciones
iii. Confesiones sobre “microevolución”
iv.El origen de las especies según el registro fósil
v. La cuestión de las formas transicionales y el estancamiento evolutivo (stasis)
vi. La suficiencia del registro fósil
vii. La verdad revelada por el registro fósil

Notas:

4. Historial Natural Veraz (i)

i. Introducción 
ii. La clasificación de los seres vivos
iii. Los fósiles rechazan el concepto de “Árbol de la Vida”
iv. Los fósiles del esquisto de Burgess (Burgess Shale fossils)
v. La comparación molecular profundiza el obstáculo del Cámbrico para la evolución
vi. Trilobites versus Darwin
vii. El origen de los vertebrados
viii. El origen de los tetrápodos
ix. Especulaciones sobre los celacantos
x. Obstáculos físicos a la transición del agua a la tierra
xi. El origen de los reptiles
xii. Víboras y tortugas
xiii. Reptiles voladores
xiv. Reptiles marinos

Notas

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Conferencias en mp3:

La pseudociencia del Evolucionismo. R. P. Dr. Carlos Baliña. Licenciado en Física, Universidad de Buenos Aires; doctorado en Filosofía en la Universidad de Barcelona.


Los primeros artículos del “Credo del incrédulo” hacen referencia a la pseudociencia del Evolucionismo. El premio Nobel Jean Rostand, en su obra “Lo que yo creo”, dice: “En cuanto a la realidad de la evolución orgánica, mi creencia es inquebrantable. No deja de ser verdad que las explicaciones clásicas de la génesis de las especies están lejos de contentar todos los espíritus. De mí parte yo las considero todas como cuentos de hadas para uso de adultos.... es preciso tener el coraje de reconocer que ignoramos todo sobre ese mecanismo”. Notoria confesión de su “inquebrantable creencia”, la cual, es negada rápidamente confesando que el Evolucionismo, tal como se nos lo presenta hoy en día, “es un cuento de hadas para adultos”.

En honor a la Verdad, decidimos publicar, para demostrar que esta “ciencia” es un mito del mundo moderno propagado por los medios de comunicación, que simplemente es una teoría no comprobada científicamente; una clara y muy interesante conferencia de lenguaje sencillo, ameno y repleto de sentido común del R. P. Dr. Carlos Baliña, dictada en el año 2004 y organizada por el centro de formación católica San Bernardo de Claraval (séptimo encuentro), en Luján. Desde ya, agradecemos al grupo por su valioso aporte.

El evolucionismo darwinista. Dr. Juan Carlos Ossadón Valdés. La teoría de la evolución darwinista es un mito moderno con un curioso éxito, a pesar de estar sustentada en mitos y falsos argumentos. Como ex evolucionista que es, el Dr. Ossadón Valdés nos muestra que tan errada es esta teoría tomada actualmente como un hecho. Dr. Juan Carlos Ossadón Valdés es Licenciado y Doctor por la Universidad Complutense de Madrid, actualmente trabaja como catedrático de la Universidad Católica de Valparaíso y dicta cursos en la Universidad Adolfo Ibáñez. Es autor de dos libros y de numerosos artículos en revistas especializadas, y participa en las Semanas Tomistas desde hace muchos años



 

El origen de la Vida. Por el Dr. Raúl O. Leguizamón. Numerosos científicos de las distintas áreas del conocimiento –al igual que la gran mayoría de los divulgadores sobre el tema- son prácticamente unánimes en sostener que la vida se habría originado a partir de la materia inanimada, por la sola acción de las leyes naturales y al margen de cualquier factor extramaterial.


Frecuentemente –sobre todo en las obras de divulgación, libros de texto y programas televisivos- el tema es tratado en forma tal, que el lector no especializado sólo puede concluir que el origen de la vida a partir de la materia inanimada constituye no ya una teoría científica, sino un hecho demostrado, con pruebas abrumadoramente concluyentes a su favor.

Aun cuando a nivel de las publicaciones especializadas hay científicos que expresan dudas y reservas sobre el tema, estas opiniones no llegan prácticamente nunca al lector corriente, el cual es ilustrado –con singular insistencia- en el esquema arriba descripto.

Dada la trascendencia del tema, nos ha parecido que sería de interés brindar al lector no especializado algunas reflexiones sobre esta cuestión, a manera de una revisión crítica de la postura “oficial” del “stablishment” científico, respecto del origen de la vida.

Lo que, por otra parte, no es más que una actitud de fidelidad al método científico, que debe justamente basarse en la crítica –y no en la aceptación- de lo aceptado
En torno al orígen de la vida. Dr. Raúl O. Leguizamón
 
Análisis crítico a la teoría de la Evolución. Por el Dr. Raúl O. Leguizamón. La llamada “teoría de la evolución”, por los divulgadores masivos, por el “estabishment” científico y por los libros de texto, es tenida por “un hecho”. En medios especializados y por científicos serios es que dicha teoría es cuestionada y puesta como un “paradigma en crisis”. Para ilustración de los lectores, para que puedan ver con claridad los puntos flacos de dicha teoría, las falacias, las ambigüedades, los sofismas y las tautologías en las que cae dicho paradigma “científico”, publicamos éste breve análisis crítico en forma de conferencia. Claramente expuesta por el Dr. Leguizamón, quién se apoya, para demostrar los errores del darwinismo, en las mismas publicaciones especializadas y en el testimonio de los mismos científicos que se proclaman darwinistas.

Las mismas declaraciones y afirmaciones de los más fanáticos darwinistas, son las que producen que realmente conozcamos la fragilidad de sus mismos argumentos. El lector sabrá reconocer y convencerse de la falsedad de esta gran falacia llamada “evolucionismo”.

Interpretación católica del Génesis. Por el R.P. José María Mestre Roc.

¿Es posible un evolucionismo cristiano? Por el Dr. Raúl O. Leguizamón. Hay una tendencia, como una especie de “manía”, si así lo podemos llamar, equívoca, de algunos católicos de intentar adaptar la Revelación Divida, las Sagradas Escrituras, la doctrina católica y, en definitiva, el Magisterio de la Iglesia con la tesis evolucionista.

En estas dos conferencias, demostraremos mediante las claras exposiciones del R.P. José María Mestre y el Dr. Raúl Leguizamón, qué es lo que enseña la Iglesia católica al respecto y cuáles son las posibilidades reales que hay de hacer compatibilizar, de adaptar, la doctrina católica y la teoría de la evolución. Si existen estas, o no.

Evolución y Biología, ¿porqué una mosca no es un caballo? 1ª Parte.

Evolución y Biología, ¿porqué una mosca no es un caballo? 2ª Parte.
Por el Prof. Marcelo Gustavo Inbrogno. El avance de las ciencias (a pesar del paradigma darwinista) es importante, tanto en la física como en la astronomía y en la Biología. Durante estos últimos años ha llegado a demostrar la complejidad irreductible de la naturaleza, de su organización y de la perfección con la cual está diseñada.

Presupuestos filosóficos de la cosmovisión evolucionista. 1ª Parte.

Presupuestos filosóficos de la cosmovisión evolucionista. 2ª Parte.
Por el Dr. Raúl O. Leguizamón. Cuáles son las consecuencias filosóficas y teológicas que se extraen de esta cosmovisión, revestida de “ciencia”, llamada evolucionista.


Reconstrucción del Australopitecus Afarensis

Fósiles polémicos. Análisis crítico sobre la evidencia fósil del origen del Hombre. Dr. Raúl O. Leguizamón. El enfoque de esta obrita está referido casi exclusivamente al campo de la Antropología Física o Paleoantropología, o sea la ciencia que tiene por objeto el estudio del hombre, a través de sus restos fósiles.


Y en este terreno sólo pretendo plantear el problema a la vez que realizar un sucinto análisis crítico de los principales hallazgos fósiles, que sirva como una introducción al tema para el hombre de la calle y merced a las referencias bibliográficas, para que el lector interesado en profundizar estas cuestiones puede hacerlo en obras mejores y más completas.

Evolución y Transformismo. Dr. Enrique Díaz Araujo. El transformismo, en cuanto teoría mecanicista, es absolutamente incapaz de explicar la formación del mundo viviente. Puede sólo explicar las diversificaciones secundarias de los tipos formales, pero no el origen de estos últimos, ni, lo que es más, el origen de los tipos de organización. El término «creación», descartado del lenguaje biológico, debe recuperar su lugar, al menos para marcar el hecho indudable de que el mundo nos es dado como un conjunto coordinado y, en consecuencia, querido, en cualquier estadio y en cualquier parte que se considere. El término «transformismo» debe ser abandonado porque designa una teoría cuya impotencia para dar lo que se le pide es manifiesta”.


El eslabón faltante

 
Evolución: la prueba que falta. Por Tom Bethell. Traducción de Mario Lamberti. Tomado de:“Guía políticamente incorrecta de la Ciencia”, Capítulo 9.


Evolución y fraude. Dr. Enrique Díaz Araujo. Evolucionismo y fraude han ido siempre asociados. Aclaremos que por “evolucionismo” se entiende la teoría —defendida como tesis comprobada— de la descendencia humana por vía del transformismo de todas las especies. Y por fraude se alude a los hechos ilícitos de las falsificaciones científicas y a las falsedades ideológicas; en estas últimas se cae, cuando a una mera hipótesis de trabajo se la presenta como una verdad demostrada, o se insiste en exhibir su validez cuando la experimentación la ha desmentido.

El evolucionismo, que ha abarcado todas las disciplinas vinculadas al estudio de la naturaleza, ha hecho especial hincapié en el análisis del pasado ancestral, en la paleontología y la prehistoria. Y nunca se ha caracterizado en exceso por la seriedad de sus conclusiones. Es el mismo gran maestro del evolucionismo contemporáneo, Pierre Teilhard de Chardin, quien afirma: “hubo un tiempo en que la Prehistoria merecía ser objeto de sospechas o burlas”. Ese tiempo ha continuado.

Evolucionismo y progresismo. Dr. Aníbal D’Angelo Rodríguez. La idea evolucionista ha abarcado he influenciado el pensamiento moderno y las sociedades a través de los últimos años. Actualmente se encuentra en decadencia y en crisis, debido a que los hechos demuestran todo lo contrario.

Algunos problemas imaginarios, científicos y de anatomía comparada del evolucionismo. Por Silvano Borruso: (Palermo, Italia 1935) es ingeniero agrónomo, y desde 1960 vive en Nairobi (Kenya), donde ejerce la docencia en la Strathmore School, una de las más prestigiosas instituciones educativas del país.

Traductor de San Agustín y de Santo Tomás de Aquino, ha consagrado sus obras más recientes a la divulgación filosófica, alcanzando dos resonantes éxitos con la publicación en inglés de El arte de vivir (1996) y El arte de pensar (1998). Extracto de su obra El evolucionismo en apuros (Criterio Libros, Madrid, 2001). Selección de Capítulos.

Tipología y motivaciones de las actitudes frente al Evolucionismo. Por Julio Garrido, miembro de número de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid. No es posible negar que el evolucionismo es una idea fundamental en el panorama intelectual contemporáneo. Tiene sus raíces en la teoría de la evolución biológica, que tomó forma en las famosas obras de Carlos Darwin. La idea del evolucionismo rebasa actualmente el dominio de la biología para invadir la sociología, la política y hasta conceptos fundamentales de la visión del mundo.

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miércoles, 29 de agosto de 2012

Salvación personal

Contestando a las sectas protestantes acerca de la salvación personal


Según los evangélicos en general, «la salvación personal se consigue por gracia, mediante la fe en Cristo Jesús».


La Iglesia Católica tiene una visión un poco diferente acerca de la salvación.

Voluntad salvífica de Dios

Antes que nada subraya la voluntad salvífica universal de Dios, que consiste en dos aspectos:

- Dios ama a todos los hombres.

¿Cómo no voy a tener lástima de Nínive, la gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas, que no saben distinguir el bien y el mal, y gran cantidad de animales? (Jon 4,11).

Él permitió a las generaciones pasadas que cada nación siguiera su propio camino; aunque nunca ha dejado de manifestarse ni de derramar sus beneficios. Desde el cielo manda la lluvia y las cosechas a su tiempo, dando el alimento y llenando de alegría los corazones (Hech 14,16-17).

- Dios quiere que todos los hombres se salven.

Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen a conocer la verdad (1 Tim 2,4).

La fe en Cristo es condición para salvarse solamente para los que tienen la oportunidad de conocer suficientemente a Cristo, no para los demás que no tienen esta oportunidad y que son la mayoría de los hombres.

En este sentido, la visión que tienen los evangélicos acerca de la salvación es muy reducida, llena de fanatismo, no teniendo en cuenta otras partes de la Biblia y la situación real de la humanidad, que no tiene la oportunidad de un conocimiento adecuado de Cristo. Basta pensar en Japón, la India y todos los países comunistas, donde el ejercicio de cualquier religión está prohibido. Toda esta gente que de hecho no conoce y no cree en Cristo ¿está destinada a condenarse? Todos los indios de México y América que vivieron y murieron antes de la llegada de los misioneros, ¿se habrán condenado, por no creer en Cristo? Claro que no.

La Biblia afirma que en cada hombre Dios ha puesto algo de sabiduría, para poderlo encontrar y amar, aunque se trate de una búsqueda difícil.

Si bien no se puede ver a Dios, podemos sin embargo, desde que él hizo el mundo, contemplarlo a través de sus obras y entender por ellas que él es eterno, poderoso, y que él es Dios (Rom 1,20).

Cuando los paganos que no tienen Ley, cumplen naturalmente con lo que manda la Ley, se están dando a sí mismos una Ley; pues muestran con su actitud que tienen la Ley en su corazón. Lo demuestra también la conciencia que habla en ellos, cuando se condenan o se aprueban entre sí mismos (Rom 2,14-15).

Les dejó que buscaran por sí mismos a Dios, para ver si lo descubrían aunque fuera a tientas y lo encontraran, porque no está lejos de cada uno de nosotros (Hech 17,27-28b).

Así que la Iglesia Católica, teniendo un conocimiento más profundo de la Biblia, tiene una visión más amplia de la Salvación, abierta a todos los hombres de todos los tiempos, a condición de que actúen según su conciencia. La fe en Cristo es condición para salvarse en la medida en que uno tenga la oportunidad de conocerlo en una forma adecuada. Si uno no tiene esta oportunidad, puede salvarse tratando de vivir según su conciencia.

Fe y obediencia

Acerca de la salvación personal, existe otra divergencia entre la manera de ver las cosas de muchos grupos evangélicos y la doctrina católica. Para ellos es suficiente la fe en Cristo; para nosotros no basta la fe en Cristo para salvarse. Se necesita una vida en conformidad con la enseñanza de Cristo.

No basta con que me digan: Señor, Señor, para entrar en el Reino de los cielos, sino que hay que hacer la voluntad de mi Padre que está en el cielo (Mt 7, 21).

En realidad, creer en Cristo significa aceptar su mensaje y vivirlo, sin añadir o quitar nada. No basta decir: «Yo creo en Cristo», para salvarse. Es necesario conocer su voluntad y aceptarla así como es.

Jesús dijo: El que come mi carne y bebe mi sangre, tendrá vida eterna y yo lo resucitaré el último día (Jn 6,54).

¿Cómo es posible que muchos piensan salvarse, sin aceptar esta orden de Jesús? En efecto, repetir la Cena del Señor es una orden.

Hagan esto en memoria mía (Lc 22,19).

Lo mismo por lo que se refiere al perdón de los pecados. «¿Cómo es posible que un hombre perdone los pecados?», repiten ellos. Bueno, pregúntenselo a Jesús. El que creó el cielo y la tierra ¿tiene el poder de encargar a unos hombres para que perdonen los pecados en su nombre?

Reciban el Espíritu Santo. A quienes ustedes perdonen los pecados, queden perdonados, y a quienes ustedes no libren de sus pecados, queden atados (Jn 20,22-23).

Esto quiere decir creer de veras en Cristo: aceptar TODO su mensaje y tratar de vivirlo. De otra manera se trata de una fe vacía, que no lleva a la salvación. Decir: «Yo creo en Cristo y ya» es un error, una vana ilusión, que no lleva a la salvación. Hay que aceptar y obedecer a Cristo, para salvarse. No hay que escoger una que otra enseñanza, según el propio gusto, sino que hay que aceptar todo lo que dice Jesús. Esto es creer de veras en Cristo.





EUCARISTÍA

Los hermanos de las sectas protestantes insisten en que Cristo no está en la Sagrada Eucaristía, a pesar de que incluso en su Biblia alterada estan las palabras de boca del mismo Jesús diciendo ESTO ES Mi Cuerpo y no ESTO ES UN SIMBOLO de Mi cuerpo, pero aun así no creen,  bueno les ponemos aquí un resumen de lo que pueden contestar a estas personas cuando intenten atacar nuestra Fe en la Presencia Real del Señor en la Eucaristía con bases de apologética y Escrituras.

Eucaristía


¿En qué consiste la Eucaristía?

Consiste en revivir la Última Cena de Jesús, en la cual el pan se transforma en el Cuerpo de Cristo y el vino en su sangre

¿Cuál es la diferencia entre la «transubstanciación» y la «empanación»?

Según la teología católica, mediante la consagración la substancia del pan y del vino se transforman en la substancia del cuerpo y la sangre de Cristo, quedando iguales los accidentes o especies (color, sabor, peso, etc.); según la teología luterana, todo queda igual (substancia y accidentes); solamente que Jesús se hace presente en el pan y en el vino como añadidura.

Se trata de dos explicaciones diferentes, pero la doctrina sigue igual: Jesús está realmente presente en el pan y el vino consagrados. En la práctica esto se realiza solamente cuando el ministro tiene el poder que le viene de la sucesión apostólica mediante la imposición de las manos.

Por lo tanto, los protestantes no cuentan con este poder.

¿Por qué los mormones usan pan y agua, cuando hacen la Cena del Señor?

Porque son muy estrictos en evitar las bebidas alcohólicas. Llegaron a tal punto que cambiaron la misma materia establecida por Cristo para la celebración de la Eucaristía. De todos modos, se trata de un puro «recuerdo» puesto que su grupo empezó el año 1830 d.C. y no tiene nada que ver con la única Iglesia que fundó Cristo personalmente, cuando vivió en este mundo.

¿Por qué en la Iglesia Católica se comulga solamente con el pan?

«Para evitar algunos escándalos y peligros se introdujo razonablemente la costumbre de que por los consagrantes se recibiera bajo las dos especies, y por los laicos bajo la especie de pan. Como quiera ha de creerse firmísimamente y en modo alguno ha de dudarse que lo mismo bajo la especie de pan que bajo la especie de vino se contiene verdaderamente el cuerpo entero y la sangre de Cristo» (Concilio de Constanza, Sesión XIII, 15 de junio de 1415, Denzinger 626).

A este propósito, he aquí lo que afirma el Código de Derecho Canónico:

El sacrosanto sacrificio eucarístico se debe celebrar con pan y vino, al cual se ha de mezclar un poco de agua (c. 924, § 1).

Adminístrese la sagrada comunión bajo la sola especie de pan o, de acuerdo de las leyes litúrgicas, bajo las dos especies; en caso de necesidad, también bajo la sola especie de vino (c. 925).

Está terminantemente prohibido, aún en caso de extrema necesidad consagrar una materia sin la otra, o ambas fuera de la celebración eucarística (c. 927)

¿Por qué en la Iglesia Católica la Eucaristía o Cena del Señor se llama «Misa»?

La palabra «Misa» era usada para señalar a los soldados que podían romper filas y también para declarar terminado un juicio. Significa «despedida». Cuando la Eucaristía se celebraba en latín, la palabra «Misa» concluía la acción litúrgica y llegó a significar todo el acto en sí.

Algunos dicen que es imposible comer el «Cuerpo» de Cristo. En este caso seríamos «antropófagos». ¿Qué decir al respecto?

Lo dijeron los judíos, al escuchar la promesa que hizo Jesús:

¿Cómo este hombre va a darnos a comer su carne? (Jn 6,52).
Así que no tenemos que extrañarnos por el hecho que ahora sigue sucediendo lo mismo. Siempre hubo y seguirá habiendo gente sin fe, aunque digan que conocen la Biblia al derecho y al revés. Una vez que se apartaron de la Iglesia que fundó Cristo, cada cual tomó su rumbo, inventando su sistema doctrinal y organizativo propio.

FUENTE: http://www.apostolesdelapalabra.org/apologetica/4.html#e2