miércoles, 31 de diciembre de 2014

De médico abortista a defensor de la vida, testimonio

Queremos cerrar este año, con algunos videos que son partecitas pequeñas de la película Tierra de María, que se ha estrenado hace poco en algunos Cinemex de este país, que hablan acerca del aborto, en realidad son dos videos, veanlos, medítenlos, este cierre de año en este blog, lo consagramos a Nuestra Madre Santísima, María, para que siga ella manejando nuestro apostolado pequeño, y podamos ayudar a más personas que necesitan conocerla a ella y a través de ella el amor de su Hijo, Nuestro Señor jesucristo, para que cada día seamos más los que podamos difundir estas verdades y ayudar a más personas a retomar el camino de la salvación de Cristo y Su Iglesia, y para que como nuestra madre amorosa que Dios nos entregó en la cruz, proteja, cuide y anime el corazón de todos los que nos hacen la caridad de leer este blog y difundir lo que contiene, este blog es de ella y del Corazón de Jesús, y en Sus manos benditas ponemos todo nuestro trabajo desde que comenzó el blog, y el tiempo que ellos consideren que debe seguir para dar buenos frutos, paz y bien y muy bendecido y felíz 2015!! Queremos un año PROVIDA!!


La Cruz en el pecho


Hermanos, recibimos un comentario hace algunos días de una persona defendiendo amuletos esotéricos como los llamadores de ángeles, con el argumento de que la cruz que portanos los católicos es un elemento mucho mas negativo porque es "muerte", obviamente esta persona no comprende que para nosotros la cruz es todo lo contrario, asi que les transcribo este articulo de catholic.net, para que lo difundan a estas personas que no comprenden el significado real de portar la cruz de Nuestro Señor en el pecho y se atreven a compararla con amuletos que solo llaman ángeles caídos, esperamos sea de provecho paz y bien.


La Cruz en el pecho
Jesús murió crucificado, y su cruz, juntamente con su sufrimiento, su sangre y su muerte, fueron el instrumento de salvación para todos nosotros. La cruz no es una vergüenza, sino un símbolo de gloria 


Por: P. Paulo Dierckx y P. Miguel Jordá | Fuente: Para dar razón de nuestra Esperanza, sepa defender su Fe



Tengo la costumbre de andar con una pequeña cruz de madera en el pecho. Amo esta cruz porque Jesucristo salvó al mundo por este signo. Además, como hermano-religioso y ministro de la Iglesia Católica, quiero mostrar así mi entrega total a Jesús, mi Maestro.
Pero pasa, a veces, que cuando me ven los hermanos evangélicos con esta cruz en el pecho, comienzan a criticarme y me echan en cara que así estoy crucificando a Cristo; otros me dicen que soy idólatra, y que soy un condenado con el patíbulo pegado en el pecho; y por último no faltan los que hasta me quieren prohibir hacer la señal de la cruz o persignarme.

No entiendo por qué algunos se ponen tan fanáticos, o por qué se escandalizan frente a una cruz colgada en el pecho...
Bueno, no importa lo que piensan ellos de mí, pero sigo llevando esta cruz en el pecho porque es para mí un símbolo de la fe que llevo en mi corazón, esta fe en Cristo crucificado y resucitado.
A los que piensan que soy idólatra les recomiendo que lean atentamente la carta que escribí acerca de los verdaderos ídolos de este mundo moderno.
Ahora, queridos hermanos, les voy a hablar sobre la grandeza de la cruz de Cristo, y cómo el Señor invitó a sus verdaderos discípulos a cargar su cruz y seguir sus pasos. Ojalá que tengan la paciencia de consultar todos los pasajes bíblicos que les voy a citar. Creo sinceramente que nuestros hermanos evangélicos, al no leer toda la Biblia, sólo por ignorancia llegan a prohibir estas cosas.


La cruz de Jesucristo


Jesús murió crucificado, y su cruz, juntamente con su sufrimiento, su sangre y su muerte, fueron el instrumento de salvación para todos nosotros. La cruz no es una vergüenza, sino un símbolo de gloria, primero para Cristo, y luego para los cristianos.


El escándalo de la Cruz


«Nosotros predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos» (1Cor. 1, 23). Con estas palabras, el apóstol Pablo expresa el rechazo espontáneo de todo hombre frente a la cruz.

En verdad uno se pregunta: «¿Cómo podía venir la salvación al mundo por una crucifixión? ¿Cómo puede salvarnos aquel suplicio reservado a los esclavos? ¿Cómo podría venir la redención por un cadáver, por un condenado colgado en el patíbulo, por una muerte tan cruel como la de un malhechor?... ( Deut. 21, 22; Gal. 3,1).
Cuando Jesús anunciaba su muerte trágica en la cruz a sus discípulos, ellos se horrorizaban y se escandalizaban. No podían tolerar el anuncio de su sufrimiento y de su muerte en la cruz (Mt. 16, 21; Mt. 17, 22).
Así, la víspera de su pasión, Jesús les dijo que todos se escandalizarían a causa de El. (Mt. 26, 31). Y en verdad, a raíz de una condena injusta, Jesús fue crucificado y murió en forma escandalosa.


El misterio de la Cruz 


Jesús nunca dulcificó el escándalo de la cruz, pero sí nos mostró que su crucifixión ocultaba un profundo misterio de vida nueva. El camino de la salvación pasó por la obediencia de Jesús a la voluntad de su Padre: «Jesús fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz» (Fil. 2, 8). Pero esta muerte fue «una muerte al pecado». A través de la debilidad de Jesús crucificado se manifestó la fuerza de Dios (1Cor. 1, 25). Si Jesús fue colgado del árbol como un maldito, era para rescatarnos de la maldición del pecado (Gál. 3, 13). Su cadáver expuesto sobre la cruz permitió a Dios «condenar la ley del pecado en la carne» (Rom. 8, 3).
Además, «por la sangre de la cruz» Dios ha reconciliado a todos los hombres (Col. 1, 20), y ha suprimido las antiguas divisiones ente los pueblos causadas por el pecado (Ef. 2, 14-18). En efecto Cristo murió «por todos» (1Tes. 5, 10) cuando nosotros aún éramos pecadores (Rom. 5, 6), dándonos así la prueba suprema de amor. (Jn. 15, 13 y 1Jn. 4, 10). Muriendo «por nuestros pecados» (1 Cor. 15,3 y 1 Ped. 3,18), nos reconcilió con Dios por su muerte (Rom. 5, 10), de modo que podemos ya recibir la herencia prometida (Heb. 9, 15).


La cruz, elevación a la gloria


La cruz se ha convertido en un verdadero triunfo por la Resurrección de Cristo. Solamente después de Pentecostés, los discípulos, iluminados por el Espíritu Santo, quedaron maravillados por la gloria de Cristo resucitado y luego ellos proclamaron por todo el mundo el triunfo y gloria de la cruz.
La cruz de Cristo, su muerte y resurrección han destruido para siempre el pecado y la muerte. El apóstol Pablo nos canta en un himno triunfal:


«La muerte ha sido destruida en esta victoria.
Muerte ¿dónde está ahora tu victoria?
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
El aguijón de la muerte es el pecado.
Pero, gracias sean dadas a Dios,
que nos da la Victoria
por Cristo Jesús
Nuestro Señor»
(1 Cor. 15, 55-57)


Escribe también el apóstol San Juan:

«Así como Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto (signo de salvación en el Antiguo Testamento), así también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todo aquel que crea, tenga por El vida eterna» (Jn. 3, 14-32).
Y dijo Jesús: «Cuando Yo haya sido levantado de la tierra, atraeré a todos a mí» (Jn. 12, 32).
La suerte de Cristo crucificado y resucitado será, entonces, la suerte de los verdaderos discípulos del Maestro.


La cruz de Cristo y nosotros 


En aquel tiempo Jesús dijo: «Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz y sígame» (Mt. 16, 24). Eso quiere decir que el verdadero discípulo no sólo debe morir a sí mismo, sino que la cruz que lleva es signo de que muere al mundo y a todas sus vanidades (Mt. 10, 33-39). Además el discípulo debe aceptar la condición de perseguido, perdonando, incluso, al que quizá le quite la vida (Mt. 23, 34). Así para el cristiano llevar su cruz y seguir a Jesús es signo de su gloria anticipada: «El que quiere servirme, que me siga, y donde Yo esté, allá estará el que me sirve. Si alguien me sirve, mi Padre le dará honor» (Jn. 12,26).


El cristiano lleva una vida de crucificado


La cruz de Cristo, según el apóstol Pablo, viene a ser el corazón del cristiano. Por su fe en el Crucificado, el cristiano ha sido crucificado con Cristo en el bautismo, y además ha muerto a la ley del Antiguo Testamento para vivir para Dios.
«Por mi parte, siguiendo la ley, llegué a ser muerto para la ley a fin de vivir para Dios. Estoy crucificado con Cristo, y ahora no vivo yo, sino que Cristo vive en mí» (Gál. 2,19-20).
Así el cristiano pone su confianza en la sola fuerza de Cristo, pues de lo contrario se mostraría «enemigo de la cruz». «Porque muchos viven como enemigos de la cruz de Cristo» (Fil. 3, 18).


La Cruz, título de gloria del cristiano


En la vida cotidiana del cristiano, «el hombre viejo es crucificado» (Rom. 6, 6) hasta tal punto, que quede plenamente liberado del pecado. El cristiano diariamente asumirá la sabiduría de la cruz, se convertirá, a ejemplo de Jesús, en humilde y «obediente hasta la muerte y muerte de cruz».
No debemos temer llevar una cruz en el pecho ni menos colocar un crucifijo en la cabecera de nuestra pieza. Sí debemos temer «la apostasía» o la traición a la verdadera religión que sería lo mismo que crucificar de nuevo al Hijo de Dios (Heb. 6, 6).
El verdadero cristiano con la cruz en la mano debe exclamar: «En cuanto a mí, quiera Dios que me gloríe sólo en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo» (Gál. 6, 14).


Consideraciones finales


1. En la cruz de Cristo encontramos como un compendio de la verdadera fe cristiana y por eso el pueblo cristiano con profunda fe ha encontrado miles y miles de formas para expresar su amor a Cristo crucificado. Espontáneamente la religión del pueblo ha reproducido por doquier, en pinturas y esculturas, cruces de distintas formas. El creyente ha colocado cruces sobre los cerros, en el techo de sus casas, etc. el cristiano se persigna para proclamar su fe en la gloria de Cristo; el discípulo fiel se coloca la cruz en el pecho para anunciar la fe que lleva en el corazón...

2. Estas expresiones populares no son de ninguna manera idolatría como pretenden algunos hermanos evangélicos. Es realmente una auténtica expresión de fe y de amor a Cristo que murió por nosotros. ¡Qué hermoso cuando uno entra en una familia cristiana y ve cómo la cruz de Cristo tiene un lugar privilegiado en el hogar! ¡Qué profunda fe se expresa cuando un cristiano hace, con sentimientos de reverencia, la señal de la cruz! Es muy fácil y barato burlarse de estas expresiones populares de fe. Pero tales ironías son faltas graves al respeto y al amor al prójimo, tales burlas son simplemente signos de una atrevida ignorancia.

3. Y ¿qué decir de la cruz en el pecho? Si alguien -sacerdote, religiosa o laico- lleva una cruz en el pecho con fe y amor, con sentimientos de reverencia, nadie tiene el derecho de reírse de esta persona. ¿Quién eres tú para juzgar y criticar los auténticos sentimientos religiosos del pueblo? Sólo Dios sabe escudriñar lo más íntimo de nuestros corazones.

4. Por último, una palabra acerca del crucifijo. Cuando sobre la cruz se coloca la imagen de Cristo, llamamos al conjunto «crucifijo». No se adora el madero, sino que el cristiano ve a Cristo muerto en ella. Tener un crucifijo no es ninguna idolatría. Es un signo de amor a Cristo.
Nunca la Iglesia ha enseñado a adorar cruces, sino a adorar a Cristo que en ella murió. Sí, la Iglesia nos invita a venerar estos signos de fe. También nos enseña la Iglesia que nadie debe llevar una cruz en el pecho si no tiene al menos la intención sincera de seguir las huellas de Jesucristo. Menos debemos llevar una cruz como un simple amuleto o como un adorno para lucirse.
El amor al Señor que murió en la cruz hace que frecuentemente se hayan hecho crucifijos de materiales preciosos, pero en nuestros días la Iglesia vuelve a preferir un crucifijo simple y rústico, más realista y expresivo.


Queridos hermanos, éstas son las razones por las que nosotros los católicos veneramos y honramos la santa Cruz con sumo respeto. Y cuando nosotros llevamos una cruz en el pecho, siempre debemos acordarnos de las palabras del apóstol San Juan:



«En cuanto a mí,
no quiere Dios que me gloríe
sino en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo,
por quien el mundo está crucificado para mí
y yo para el mundo». (Gál. 6, 14).
«Que nadie, pues, me venga a molestar.
Yo, por mi parte, llevo en mi cuerpo
las señales de Jesús»

(Gál. 6, 17).


Cuestionario



¿Es la cruz para el cristiano signo de vergüenza o de gloria? ¿Qué simbolizaba la serpiente de bronce del desierto? ¿Cuándo se cumplió aquella profecía? ¿Podemos llevar la cruz en el pecho? ¿Podemos colocar la cruz en un cerro o en un templo? ¿Qué estamos manifestando con esto? ¿Podemos, entonces, llevar la cruz colgada al cuello? ¿Podemos hacer la señal de la cruz?


martes, 30 de diciembre de 2014

Cuidado con las supersticiones de año nuevo





Supersticiones:
Las supersticiones están en aumento en América Latina y entre los Hispanos que viven en
los Estados Unidos de América. A través del boca a boca y mediante los medios de
comunicación se difunden ampliamente este tipo de creencias y prácticas.
Según el Catecismo de la Iglesia Católica la superstición es una “desviación del culto
debido al Dios verdadero” y señala que se puede expresar también “bajo las formas de
adivinación, magia, brujería y espiritismo” (N. 444).
Santo Tomás de Aquino señala que se presenta cuando “se ofrece culto divino a quien no
se debe o a quien se debe pero de un modo impropio” (S.Th. 2-2 q 92 a1).
El Catecismo nos ayuda a entender que la superstición es la desviación del sentimiento
religioso que se encuentra en el corazón de todo hombre y que se orienta a otras cosas
que no son Dios.
Los supersticiosos piensan que es posible in uir en fuerzas invisibles y desconocidas a
través de ciertos objetos, palabras o ritos. Es lo que se llama mentalidad mágica o
pensamiento mágico. Por eso no hay que extrañarse de que la magia, la hechicería, la
brujería y en general todo lo oculto o lo esotérico entren en el amplio campo de las
supersticiones. Así que los católicos debemos estar prevenidos, para no caer en este tipo
de situaciones, que atentan contra el primer mandamiento de la Ley de Dios que nos
ordena amarlo sobre todas las cosas (Cfr. Mt. 22, 37).
Actualmente como se puede presentar la superstición entre los católicos:
Cuando bautizan a los niños para que se les caigan los cuernos o para que no se
enfermen.
O cuando se piensa que rezando un determinado número de veces algunas oraciones,
Dios esta obligado a concedernos todo lo que le pedimos. Es el famoso caso de las
“cadenas”, especialmente la de San Judas Tadeo, y la práctica de las novenas mal
entendidas, puesto que se pretende obligar a Dios mediante ciertas oraciones repetidas
un cierto número de veces (3 -7). Pero sabemos que a Dios nadie le puede obligar a hacer
algo. Lo que podemos hacer es pedir con fe y con anza, si se trata de algo que nos
convenga para nuestra salvación, seguramente Dios nos lo concederá, de otra manera es
inútil intentar obligarlo repitiendo la oración un cierto número de veces y
acompañándola con ores y veladoras.

 

 Supersticiones más comunes:
1. La mala suerte caerá sobre aquellos que encuentren un gato negro.
2. Por pasar por debajo de una escalera sufriré una desgracia.
3. Uso de amuletos de la buena suerte (herraduras de cabello, patas de conejo, ojo de
venado, pulseras o collares con ojos, pulseras rojas, monedas, relicarios y medallas
religiosas. Se guardan o usan para alejar el mal o atraer la buena suerte.
4. Creer que se atrae la mala suerte por abrir una sombrilla dentro de la casa.
5. Se dice que el número 13 es de mala surte.
6. Romper un espejo porque le puede traer 7 años de mala suerte, y todo por romper un
simple ejemplo.
7. Tocar madera para la buena suerte o alejar una posible desgracia. Esta medida se dice
cuando se cree que se ha dicho algo que pueda afectar de manera negativa el propio
futuro.
8. Tirar sal en la casa trae mala suerte.
9. Barrer en la noche o sacar basura pues hacerlo implica barrer “tu suerte”.
10. Cruzar los dedos o hacer “changuitos”. Este gesto nace en Inglaterra en el S. XVI, se
supone que este gesto atrae la buena suerte o la fortuna.
Los que trabajan en la farándula son los
mas grandes propagadores de las
supersticiones, el problema es que por el
simple hecho de “salen en la Televisión”,
amplios sectores de la población les creen
con facilidad y llegan a copiar sus practicas
supersticiosas, pensando que son
correctas. Y como estas personas se
presentan como católicos y hablan incluso
de la Virgen de Guadalupe mucha gente
adopta más fácilmente sus practicas y
puntos de vista.
En el tema del matrimonio hay que
recordar que aquella creencia irracional que dice que el novio no debe ver a su futura
esposa vestida de novia antes de la boda porque es de mala suerte, la superstición
también in uye en la preparación del atuendo nupcial, que tiene que incluir también
algo usado, algo nuevo, algo prestado y algo azul para garantizar la felicidad de la pareja.
Las personas supersticiosas gastan grandes cantidades de dinero en consultar videntes y
adivinos, a expertos en numerología o cartomancia y en la compra de amuletos y
talismanes.
El origen de la superstición es la creencia que la naturaleza tiene poderes y que existen
ciertas practicas permiten defenderse de lo malo contrarrestar el dolor y las malas vibras
y atraer lo que da la buena suerte y la felicidad.


 nos presenta, por eso es que intentamos encontrar atajos para alcanzar muchas de
nuestras metas?
Nos dice el Padre Gabrielle Amorth, exorcista o cial del Vaticano: “Es un hecho matemático:
donde decae la religión, crece la superstición. De ahí la difusión, especialmente entre los
jóvenes, de las prácticas del espiritismo, magia y ocultismo…”
Mal de ojo
A alguien que se le empieza a caer el pelo, que se empieza sentir mal, un bebe que pone
inquieto, etc., todo puede atribuirse, y de hecho se atribuye, al funesto “mal de ojo”.
Es una superstición que dice que puede in uir una persona en la vida del otro con el hecho
de verlo y desear un mal.
Se recomienda ciertos ritos y objetos para evitarlo, a los niños pequeños se les ata un listón
rojo o se les intenta proteger con amuletos, talismanes y ciertas imágenes religiosas,
hierbas, semillas e incluso herraduras. Muchas de estas cosas las usan los adultos puesto
que nadie, a rman quienes tienen esta creencia, nadie esta exento de padecer el mal de
ojo.

 
 
Mentalidad mágica
Esta superstición se inscribe en cierta mentalidad mágica que subyace en la cultura
mexicana, latinoamericana no solo por el elemento indígena sino también el europeo. A
todo esto hay que agregarle la creciente proliferación de prácticas supersticiosas que
proceden de la nueva era. Esta mentalidad mágica se mani esta en que se le llegan a
otorgar o atribuir cierto poder a ciertas personas (brujos, animales, plantas y objetos). Lo
que contradice la enseñanza bíblica que presenta claramente al ser humano como al ser
de la creación pues ha sido creado a imagen y semejanza de Dios.
Imagen de Buda
Muchas personas creen que brotar el vientre de la imagen de Buda les traerá prosperidad
económica o éxito en los negocios. Iguales propiedades se les atribuyen a otras imágenes
como la de San Martín Caballero, la herradura y vegetales como la sábila.
Conviene aclarar que Buda no es un personaje que haya formado parte de la Iglesia
Católica, nunca ha sido canonizado por algún Papa y nunca ha sido propuesto como
modelo de vida, ni como intercesor de los eles católicos.
Adivinación
Intenta descubrir conocimientos ocultos y penetrar en los acontecimientos del presente,
pasado y futuro. Este contacto sobrenatural se busca mediante un médium psíquico, es
decir, a través de una persona que supuestamente tiene la capacidad especial para
comunicarse con los espíritus o que tiene supuestos poderes. La búsqueda de talismanes
es una de las mayores atracciones de los pobres clientes de estas personas que se sienten
golpeados por la suerte adversa, desventura, incomprensión, falta de amor, pobreza; y
pagan muy gustosos el precio muy elevado de estos “médiums” que deberían de librarlos
de todas sus desdichas. Por el contrario llevan en el pecho una carga negativa tal que
puede dañarlos no solo a ellos, sino también a los miembros de su familia. Para preparar
todos estos objetos, como para la mayor parte de las operaciones de magia, se hace
amplio uso del incienso. Es un incienso ofrecido a Satanás en clara contra posición del
incienso que se ofrece a Dios en el culto litúrgico.
Especialmente en nuestros campos hay gente muy religiosa que recurre a los santeros
para resolver sus di cultades más diversas desde las enfermedades hasta el mal de ojo,
desde la búsqueda de un trabajo hasta la búsqueda de un marido.
La adivinación siempre ha estado ligada a la magia: querer conocer nuestro futuro por
caminos torcidos. Baste pensar en el tan extendido uso de leer las cartas, o sea predecir el
futuro por los tarots que son el medio de adivinación prevalentemente usado por magos
y adivinos. El ingenuo, porque se le ha revelado con exactitud su pasado, sale de ahí con
angustia y desesperanza o vanas esperanzas. A menudo con respecto a parientes o
amigos, y sobre todo con una cierta forma de dependencia de quien le ha leído las cartas,
que lo acompañara de ahora en adelante. Todo esto podrá causarle estados de miedo,
rabia, incertidumbre; sentirá el deseo de recurrir a practicas raras o de proveerse de
talismanes que le neutralicen aquel enemigo interior que el mismo se ha conseguido y
3 que le causa enfermedades, infortunios…

 El Catecismo de la Iglesia Católica dice: Dios puede revelar el
porvenir a sus profetas o a otros santos, sin embargo, la actitud
cristiana consiste en entregarse con con anza en las manos de
la providencia en lo que se re ere al futuro y abandonar toda
curiosidad mal sana al respecto. Sin embargo, la imprevisión
pude constituir una falta de irresponsabilidad (N. 2115). Todas
las formas de adivinación debe rechazarse: el recurso a Satanás
o a los demonios la evocación a los muertos y otras practicas
que equivocadamente se supone que develan el porvenir (Cfr.
Dt. 18, 10; Jr 29, 8). La consulta de Horóscopos y otras formas de
la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de
suertes, los fenómenos de “visión”, el recurso a los médiums,
encierran una voluntad del poder sobre el tiempo, la historia, y
nalmente los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la
protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y respeto, mezclados
con el temor amoroso, que
debemos solamente a Dios (2116).
Año Nuevo ¿En dónde comienza
la superstición?
La realidad se pierde por lo que la
víspera del año nuevo esta llena de
supersticiones que tienen que ver
con los buenos augurios para el
futuro, así que se llevan a cabo una serie de rituales en la noche del 31 de diciembre y los
más populares son:
Sacar las maletas a la puerta de la casa (dar la vuelta a la manzana), le traerá muchos
viajes.
Sentarse y volverse a parar con cada una de las doce campanadas: trae consigo
matrimonio.
Recibir el año nuevo, con dinero dentro de los zapatos, le dará prosperidad económica.
Para tener mucha ropa nueva: usted debe usar la ropa interior al revés la noche del 31.
Utilizar ropa interior roja: le hará encontrar el amor de su vida.
Utilizar ropa interior amarilla: le traerá mucha felicidad y alegrías. (Mucho mejor si los
calzones son regalados)
Comer doce uvas: a la vez que pide un deseo, hará que todos se le cumplan.
Comer una cucharadita de lentejas: traerá prosperidad para todo el año entrante.
Se recomienda servir de postre una torta que posea tres monedas en su interior. A
quienes les toquen al servir los trozos, tendrán asegurada la abundancia.
Poner un anillo de oro en la copa de champaña con la que se hará el brindis: te
asegurarás que no falte el dinero.
Encender velas de colores: las azules traen la paz; las amarillas, abundancia; las rojas,
pasión; las verdes, salud; las blancas, claridad, y las naranjas, inteligencia.
Repartir espigas de trigo: símbolo de la abundancia. Lo ideal es repartirlas entre todos
los asistentes (que todos tengan en las manos la medianoche) y también esparcirlas por
la casa.

 Conclusión
Satanás es nuestro peor enemigo y seguirá siéndolo hasta el nal de los tiempos, porque
usa su inteligencia y sus poderes para obstaculizar los planes de Dios que quiere la
salvación de todos nosotros. Nuestra fuerza es la Cruz de Cristo, su Sangre, sus llagas, la
obediencia a sus palabras y a su institución que es la Iglesia.
Te proponemos que este n de año puedas celebrarlo con tu familia de una manera
especial.
No a la superstición y sí a la oración.
Oración al terminar el año.
¡Gracias Señor, por todo lo que en este año me diste!
¡Gracias por los días de sol y los nublados tristes!
¡Gracias por las noches tranquilas y por las inquietas horas obscuras!
¡Gracias por la salud y la enfermedad!
¡Por las penas y las alegrías!
¡Gracias por lo que me prestaste y después me pediste!
¡Gracias Señor por la sonrisa amable y por la mano amiga, por el amor y todo lo hermoso
y dulce!
¡Por las ores y las estrellas y la existencia de los niños y las almas buenas!
¡Gracias por la soledad, por el trabajo, por las di cultades y las lágrimas y por todo lo que
me acercó a ti más íntimamente!
¡Gracias por tu presencia en la Sagrario y la gracia de tus Sacramentos!
¡Gracias por haberme dejado vivir un año más! Amén.
Oración para iniciar el año.
Señor Dios, dueño del tiempo y de la eternidad. Tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y
el futuro.
Al empezar un año mas, detengo mi vida ante el nuevo calendario, aun sin estrenar, y te
presento estos días que solo Tu sabes si llegare a vivirlos.
Hoy te pido para mi y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la
sabiduría.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad, llevando a todas partes un corazón lleno
de compresión y paz.
Cierra tus oídos a toda falsedad; mis labios o palabras mentirosas, egoístas, mordaces o
hirientes.
Abre, en cambio, mi ser a todo lo que es bueno. Que mi espíritu se llene solo de
bendiciones y las derrame a mi paso.
Cólmame de bondad y de alegría para que cuantos conviven conmigo o se acerquen a
mi, encuentren en mi vida un poquito de Ti. Dame un año feliz, y enséñame a repartir
felicidad. Amén.



 CONCLUSION
Yo, como católica creo firmemente en la existencia de los ángeles. Creo que
es bueno orarles para que nos ayuden. Jesús mismo fue servido por ellos en
el desierto (Mt 4,11) y en su agonía (Lc 22,43). Lo que la Iglesia advierte es
que no hagamos demasiada especulación en cuanto a ellos. Basta por
ejemplo con que nuestro ángel de la guarda nos haga recordar la
Providencia de Dios que nos cuida aun mucho más que a las aves del cielo
(Mt 6,26). Y, por supuesto jamás puede el cristiano creer, y aun menos
practicar el esoterismo.
Dios creo a los ángeles para hacer su voluntad. Quizá no actúan en manera
tan espectacular como en la Biblia pero siguen haciendo su voluntad. Dios
nos quiere proteger por medio de nuestro ángel de la guarda y nos de ende
del mal por la oración a San Miguel Arcángel. Le damos gracias por habernos
dado estos hermanos espirituales para ayudarnos a llegar con ellos al cielo y,
así gozar eternamente en la presencia del Padre.
Bibliografía
La “santa muerte”, el mal de ojo y otras supersticiones,
P. Jorge Luis ZARAZÚA CAMPA FMAP, Ed.
Apóstoles de la Palabra, México D.F, 2011.
Narraciones de un exorcista, P. Gabrielle Amorth,
Ed. San Pablo, Bogotá Colombia, 2008.

 COMENTARIOS Y TESTIMONIOS

www.contranewage.blogspot.com

Transcribimos parte de un articulo de nuestros hermanos de antisupersticion, acerca de todo esto contra lo que nosotros peleamos.

"Este apostolado nació de la imperiosa necesidad de hacer un contrapeso ante tantas creencias que en estos tiempos se presentan por todos lados,

creencias como el tarot, horóscopos, adivinación, y todas las relacionadas con la Nueva Era o Era de Acuario, creencias que quieren poner al hombre en lugar de Dios y a Dios hacerlo una simple energía en lugar de un padre amoroso.

Muchas de estas creencias son hábilmente disfrazadas para que parezca que son religiosas, cuantas veces hemos visto en películas que los psíquicos tienen tal o cual imagen o que cuando asistes a ellas o ellos te dicen que reces aves marías o padre nuestros confundiéndonos y esto sigue siendo pecado.


Todas estas creencias van en contra de la religión católica por violar éstas el primer mandamiento de Dios, hay muchas citas bíblicas sobre ello, además en el catecismo están contenidas en los artículos 2110 al 2122.


Una cita bíblica que explica esto perfectamente es:


Levítico 20:27

El hombre o la mujer que consulten espíritus de muertos o se entreguen a la adivinación, han de morir; serán apedreados, y su sangre caerá sobre ellos.

Por el lado de la ciencia están los llamados Charlatanes que utilizan entre sus métodos trucos de magia, sugestión y miedo, aquí daremos algunas

investigaciones para que puedas estar mejor preparado contra estos tipos.

En la pagina principal fuente de esta parte del artículo, www.antisuperstición.com.mx podrás encontrar los principios básicos sobre las supersticiones y en su blog las nuevas investigaciones que se realicen y las ultimas noticias sobre el tema.


El primer mandamiento


Yo, el Señor, soy tu Dios, que te ha sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre. No habrá para ti otros dioses delante de mí. No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto (Ex 20, 2-5).

Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, sólo a él darás culto (Mt 4,10). 

Estimados amigos, estamos en un mundo en donde Nuestro Señor Jesucristo, está siendo olvidado y su gente de buen corazón siendo llevada por el mal camino, les doy un ejemplo: En yahoo el grupo católico mas grande tiene 861 miembros, el grupo de nueva era de Metafísica tiene 1329 miembros, el de magia wicca tiene 1905 miembros, en gnosticismo el mayor grupo tiene 2752 miembros, hasta un grupo de invocación de demonios tiene 337 miembros...(todos estos datos están en yahoo México por si los quieren revisar)


Por todo esto les pido de nueva cuenta que ayuden a sus hermanos mas pequeños y débiles, pueden como ya dije mostrar lo que se ha investigado aquí, tomen lo que deseen y no duden en consultar."






Oración de fin y principio de año



Oración de fin y principio de año
Autor:


Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad,
tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias
por todo aquello que recibí de TI.

Gracias por la vida y el amor, por las flores,
el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto
fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que
pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos
y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé,
las amistades nuevas y los antiguos amores,
los más cercanos a mí y los que estén más lejos,
los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar,
con los que compartí la vida, el trabajo,
el dolor y la alegría.

Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón,
perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado,
por la palabra inútil y el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho,
y perdón por vivir sin entusiasmo.

También por la oración que poco a poco fui aplazando
y que hasta ahora vengo a presentarte.
Por todos mis olvidos, descuidos y silencios
nuevamente te pido perdón.

En los próximos días iniciaremos un nuevo año
y detengo mi vida ante el nuevo calendario
aún sin estrenar y te presento estos días
que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.

Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría,
la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.

Quiero vivir cada día con optimismo y bondad
llevando a todas partes un corazón lleno
de comprensión y paz.

Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios
a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.

Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno
que mi espíritu se llene sólo de bendiciones
y las derrame a mi paso.

Cólmame de bondad y de alegría para que,
cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí
encuentren en mi vida un poquito de TI.

Danos un año feliz y enséñanos
a repartir felicidad. 
Amén


Oración por la noche de fin de año
Autor:

En estos últimos momentos del año que hoy termina,
heme aquí, Señor, en el silencio y en recogimiento
para decirte GRACIAS,
para solicitarte: AYUDA,
para implorarte: PERDÓN.
GRACIAS,
Señor por la paz, por la alegría,
por la unión que los hombres, mis hermanos, me han brindado,
por esos ojos que con ternura y comprensión me miraron.
Por esa mano oportuna que me levanté,
por esos labios cuyas palabras y sonrisa me alentaron,
por esos oídos que me escucharon,
por ese corazón que amistad, cariño y amor me dieron.
Gracias, Señor por el éxito que me estimuló,
por la salud que me sostuvo,
por la comodidad y diversión que me descansaron.
Gracias, señor... me cuesta decírtelo...
por la enfermedad, por el fracaso, por la desilusión,
por el insulto, por el engaño, por la injusticia,
por la soledad, por el fallecimiento del ser querido.
Tu lo sabes, Señor, cuán difícil fue aceptarlo;
quizá estuve al punto de la desesperación,
pero ahora me doy cuenta
que todo esto me acercó más a Ti.
¡Tú sabes lo que hiciste!
Gracias, Señor, sobre todo por la fe
que me has dado en Ti y en los hombres.
Por esa fe que se tambaleó
pero que Tú nunca dejaste de fortalecer
cuando tantas veces encorvado bajo el peso del desánimo
me hizo caminar en el sendero de la verdad
a pesar de la obscuridad.

AYUDA
Te he venido también a implorar
para el año que muy pronto va a comenzar.
Lo que el futuro me deparará, lo desconozco Señor.
Vivir en la incertidumbre, en la duda,
no me gusta, me molesta, me hace sufrir.
Pero sé que Tú siempre me ayudarás.
Yo te puedo dar la espalda. Soy libre.
Tú nunca me la darás. Eres fiel.
Yo sé que me tenderás la mano.
Tu sabes que yo no siempre la tomaré.
Por eso, hoy te pido que me ayudes a ayudarte,
que llenes mi vida de esperanza y generosidad.
No abandones la obra de tus manos. Señor.

PERDÓN
No podría retirarme sin pronunciar
esa palabra que tantas veces,
te debí de haber dicho,
pero que por negligencia y orgullo he callado,
perdón, Señor, por mis negligencias,
descuidos y olvidos, por mi orgullo y vanidad,
por mi necedad y capricho,
por mi silencio y mi excesiva locuacidad.
Perdón, Señor, por prejuzgar a mis hermanos,
por mi falta de alegría y entusiasmo,
por mi falta de fe y confianza en Ti,
por mi cobardía y mi temor en mi compromiso.
Perdón, porque me han perdonado
y no he sabido perdonar.
Perdón por mi hipocresía y mi doblez,
por esa apariencia que con tanto esmero cuido
pero que en el fondo no es más que engaño a mi mismo.
Perdón por esos labios que no sonrieron,
por esa palabra que callé,
por esa mano que no tendí,
por esa mirada que desvié,
por esos oídos que no presté,
por esa verdad que omití,
por ese corazón que no amó
... por ese Yo que se prefirió.

Señor, no te he dicho todo.
Llena con tu amor mi silencio y cobardía.
GRACIAS por todos los que no te dan gracias.
AYUDA a todos los que imploran tu ayuda.
PERDÓN por todos los que no imploran perdón.
Me has escuchado... ahora, Señor, te escucho...
Amen.



Oración por el año que termina
Autor:


Gracias Señor, por todo cuanto me diste en el año que termina.

Gracias por los días de sol y los nublados tristes;
por las tardes tranquilas y las noches oscuras.

Gracias por la salud y la enfermedad
por las penas y las alegrías.

Gracias por todo cuanto me prestaste
y luego me pediste.

Gracias Señor por la sonrisa amable y por la mano amiga,
por el amor y por todo lo hermoso y por todo lo dulce.
Por las flores y las estrellas por la existencia de los niños
y de las almas buenas.

Gracias por la soledad, por el trabajo por las inquietudes,
las dificultades y las lágrimas.
Por todo lo que me acercó a Tí...

Gracias por haberme conservado la vida y por haberme dado
techo, abrigo y sustento...

Que me traerá el año que empieza?
Lo que Tú quieras Señor.

Pero te pido FE para mirarte en todo, esperanza
para no desfallecer y caridad para amarte cada día más
y para hacerte amar de los que me rodean.

Dame paciencia y humildad, desprendimiento y generosidad.

Dame Señor, lo que Tú sabes que me conviene
y yo no se pedir.

Que tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos
y la mente activas y que me halle siempre dispuesto
a hacer tu Santa Voluntad.

Derrama Señor, tus gracias sobre todos los que amo
y concede Tu paz al mundo entero...

Amén.



lunes, 22 de diciembre de 2014

Oraciones de Nochebuena y Navidad




Que tal hermanos!! Les publicamos estas oraciones que deben ser rezadas la nochebuena y Navidad para darle Su amor y felicitación al Niñito Dios, no olvidemos que el centro de nuestra celebración es El que vino al mundo para darnos la salvación, por puro amor.
Oración de la familia ante el Nacimiento en la Nochebuena (Antes de las 12)
Lector 1:
Querido Padre, Dios del cielo y de la tierra:
En esta noche santa te queremos dar gracias por tanto amor. Gracias por nuestra familia y por nuestro hogar. Gracias por las personas que trabajan con nosotros.
Bendícenos en este día tan especial en el que esperamos el nacimiento de tu Hijo. Ayúdanos a preparar nuestros corazones para recibir al Niño Jesús con amor, con alegría y esperanza. Estamos aquí reunidos para adorarlo y darle gracias por venir a nuestro mundo a llenar nuestras vidas.
Hoy al contemplar el pesebre recordamos especialmente a las familias que no tienen techo, alimento y comodidad. Te pedimos por ellas para que la Virgen y San José les ayuden a encontrar un cálido hogar.
Lector 2:
Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús nazca también en nuestros corazones para que podamos regalarle a otros el amor que Tu nos muestras día a día. Ayúdanos a reflejar con nuestra vida tu abundante misericordia.
Que junto con tus Ángeles y Arcángeles vivamos siempre alabándote y glorificándote.
(En este momento alguien de la familia pone al Niño Jesús en el pesebre o si ya esta allí se coloca un pequeño cirio o velita delante de El).
Lector 3:
Santísima Virgen Maria, gracias por aceptar ser la Madre de Jesús y Madre nuestra, gracias por tu amor y protección. Sabemos que dia a dia intercedes por nosotros y por nuestras intenciones, gracias Madre.
Querido San José, gracias por ser padre y protector del Niño Jesús, te pedimos que ruegues a Dios por nosotros para que seamos una familia unida en el amor y podamos ser ejemplo de paz y reconciliación para los demás.
Amén
Rezar: 1 Padre Nuestro, 1 Ave Maria, 1 Gloria
Fuente:Aciprensa/Navidad en Jesus

Oraciones para Navidad

Oracion por el Nacimiento de Jesús

Dios Todopoderoso, que derramáis hoy sobre nosotros la nueva luz de vuestro Verbo encarnado, haced que la fe de este misterio se infunda también en nuestros corazones.
Señor y Dios nuestro, haced del mismo modo, te lo rogarnos, que celebrando con alegría la Natividad de nuestro Señor Jesucristo, merezcamos, por una vida digna de El, gozar de su presencia.
Así sea.

NIÑO JESÚS
2. ORACIONES DE NAVIDAD

 PREGÓN DE NAVIDAD

Os anunciamos, hermanos y hermanas, una buena noticia, / una gran alegría para todo el pueblo. / Escuchadla con corazón gozoso: / Habían pasado miles y miles de años / desde que, al principio, Dios creó el cielo y la tierra / e hizo al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza. / Miles y miles de años habían transcurrido / desde que cesó el diluvio / y el Altísimo hizo resplandecer el arco iris, / signo de alianza y de paz. / En el año 752 de la fundación de Roma; / en el año 42 del imperio de Octavio Augusto, / mientras sobre toda la tierra reinaba la paz, / en la sexta edad del mundo, / hace años, / en Belén de Judá, pueblo humilde de Israel, / ocupado entonces por los romanos, / en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada, / de Santa María la Virgen, esposa de José, / de la casa y familia de David, / nació Jesús, llamado Mesías y Cristo, / que es el Salvador que el pueblo esperaba. / Alegraos, hermanos. / Esta es la buena noticia del ángel: / "Os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor".
[Escena de la natividad. Fotografía en tarjeta postal de principios del siglo XX]
La fiesta de la Natividad renueva para nosotros los comienzos sagrados de la vida de Jesús, nacido de la Virgen María; y, al adorar el nacimiento de nuestro Salvador, se nos invita a celebrar también nuestro propio nacimiento como cristianos (San León Magno, Sermón 6, sobre la Natividad, 2-3)

ORACIÓN AL NACIMIENTO DE JESÚS

En el humilde pesebre es en donde Jesús aparece más grande y más glorioso.
Dios acababa de dar a la tierra un Salvador y en los brazos de Maria en éxtasis, los Ángeles adoran al Verbo encarnado. ¡Que lección para nuestra fe! El tiempo no disminuye la profundidad del misterio; los siglos pasan por delante de este pesebre bendito, el cual nos conserva y nos transmite el recuerdo del nacimiento de Jesucristo, sublime y encantadora prueba del amor de Dios hacia nosotros! Si vosotros no podéis olvidar vuestra madre, vuestra familia, vuestra patria, cristianos no olvidéis al que ha nacido para salvarnos.
Oración. Dios Todo Poderoso, que derramáis hoy sobre nosotros la nueva luz de vuestro Verbo encarnado, haced que la fe de este misterio se infunda también en nuestros corazones. Señor y Dios nuestro, haced del mismo modo, te lo rogarnos, que celebrando con alegría la Natividad de N. S. Jesucristo, merezcamos, por una vida digna de El, gozar de su presencia. Así sea.
[Angelitos en la nieve. Fotografía en tarjeta postal de principios del siglo XX]
Al nacer el Señor, los ángeles cantan llenos de gozo: Gloria a Dios en el cielo, y proclaman: y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor (...). ¿Cómo, pues, no habría de alegrarse la pequeñez humana ante esta obra inenarrable de la misericordia divina, cuando incluso los coros sublimes de los ángeles encontraban en ella un gozo tan intenso? (San León Magno, Sermón 1, en la Natividad Señor).

ORACIÓN AL NIÑO DE BELÉN
DE JUAN XXIII

Dulce Niño de Belén, haz que penetremos con toda el alma en este profundo misterio de la Navidad. Pon en el corazón de los hombres esa paz que buscan, a veces con tanta violencia, y que tú sólo puedes dar. Ayúdales a conocerse mejor y a vivir fraternalmente como hijos del mismo Padre.
Descúbreles también tu hermosura, tu santidad y tu pureza. Despierta en su corazón el amor y la gratitud a tu infinita bondad. Únelos en tu caridad. Y danos a todos tu celeste paz. Amén. 

Oración de Bendición Cena de Navidad

Bendice, Señor, nuestra mesa. Bendice la fraternidad y la armonía que hay entre nosotros.
Danos alegría, paz, salud, pan… durante toda nuestra vida.
Danos fuerza y ternura para ser hombres y mujeres justos donde haya buenos días y muchas noches-buenas, como ésta y la que celebraremos con nuestras familias el 24 de diciembre.
Queremos decirte una vez más, Señor, que creemos en ti desde nuestro corazón de niños, creemos en ti desde nuestra fe de adultos.
Actúa en medio de nosotros, hombres y mujeresen la Historia, para hacerla tu Reino; para que vivamos reconciliados en la bondad, el amor, la sensibilidad, la justicia… Signos reales de que nuestro corazón será el pesebre donde Tú vas a nacer una vez más.
Amén