Un poco de historia
Las tradiciones y costumbres son una
manera de hacer presente lo que ocurrió,
o lo que
se acostumbraba hacer, en tiempos pasados. Son los hechos u
obras que se
transmiten de una generación a otra de
forma oral o escrita. La palabra tradición viene
del latín
traditio que viene del verbo tradere, que significa entregar. Se
podría decir que
tradición es lo que nuestros antepasados nos
han entregado.
En el caso de la Navidad, lo más importante
de las tradiciones y costumbres no es
sólo su aspecto
exterior, sino su significado interior. Se debe conocer por qué
y
para qué se llevan a cabo las tradiciones y
costumbres para así poder vivirlas mejor.
Existen muchas tradiciones y
costumbres que se celebran en el tiempo de Adviento y
de la Navidad.
A continuación, presentaremos una de ellas con
una pequeña explicación acerca de su significado y origen:
Las
Posadas
Origen de la tradición:
Las posadas son fiestas que tienen
como fin, preparar la Navidad. Comienzan el día 16 y
terminan
el día 24 de Diciembre.
Su origen se remonta
a los tiempos de la conquista, cuando los españoles llegaron
a México, los
aztecas creían que durante el solsticio de
invierno, el dios Quetzalcóatl (el sol viejo) bajaba a visitarlos.
Cuarenta días antes de la fiesta, compraban los mercaderes a
un esclavo en buenas condiciones y
lo vestían con los
ropajes del mismo dios Quetzalcóatl. Antes de vestirlo, lo purificaban
lavándolo.
Salían con él a la ciudad y él iba
cantando y bailando para ser reconocido como un dios.
Las
mujeres y los niños le ofrecían ofrendas. En la noche,
lo enjaulaban y lo alimentaban muy bien.
Nueve días antes
de la fiesta, venían ante él dos "ancianos muy venerables
del templo" y
se humillaban ante él. Durante la ceremonia,
le decían: "Señor, sabrás que de aquí a nueve días
se
te acabará este trabajo de bailar y cantar porque
entonces has de morir". Él debía responder:
"Que sea muy
en hora buena". Llegado el día de la fiesta, a
media noche, después de honrarlo
con música e incienso, lo
tomaban los sacrificadores y le sacaban el corazón para ofrecérselo
a la luna. Ese día en los templos se hacían
grandes ceremonias, dirigidas por los sacerdotes, que i
ncluían ritos y
bailables sagrados, representando la llegada de Quetzalcóatl, así como ofrendas
y
sacrificios humanos en honor a él.
Durante el mes de
diciembre, no sólo festejaban a Quetzalcóatl, sino que también celebraban
las fiestas en honor a Huitzilopochtli. Estas fiestas duraban veinte
días, iniciaban el 6 de diciembre
y terminaban el 26
del mismo mes, eran fiestas solemnes que estaban precedidas por
4 días de
ayuno y en las que se coronaba
al dios Huitzilopochtli poniendo banderas en los árboles frutales.
Esto
es a lo que llamaban el "levantamiento de banderas". En
el gran templo ponían el estandarte
del dios y le
rendían culto.
El pueblo se congregaba en los patios de los
templos, iluminados por enormes fogatas para esperar
la llegada del
solsticio de invierno. El 24 de diciembre por la noche
y al día siguiente, 25 de diciembre,
había fiestas en
todas las casas. Se ofrecía a los invitados una rica
comida y unas estatuas pequeñas
de pasta llamada "tzoatl".
Los
misioneros españoles que llegaron a México a finales del siglo
XVI, aprovecharon estas costumbres
religiosas para inculcar en los indígenas
el espíritu evangélico y dieron a las fiestas aztecas un
sentido
cristianos, lo que serviría como preparación para recibir a
Jesús en su corazón el día de Navidad.
En 1587 el
superior del convento de San Agustín de Acolman, Fray Diego
de Soria, obtuvo del
Papa Sixto V, un permiso que
autorizaba en la nueva España la celebración de unas Misas
llamadas
"de aguinaldos" del 16 al 24 de diciembre. En
estas Misas, se intercalaban pasajes y escenas de la Navidad.
Para hacerlas más atractivas y amenas, se les agregaron luces
de bengala, cohetes y villancicos y
posteriormente, la piñata.
En
San Agustín de Acolman, con los misioneros agustinos, fue donde
tuvieron origen las posadas.
Los misioneros convocaban al pueblo al atrio
de las iglesias y conventos y ahí rezaban una novena,
que se iniciaba con el rezo del Santo Rosario, acompañada
de cantos y representaciones basadas en
el Evangelio, como recordatorio
de la espera del Niño y del peregrinar de José
y María de
Nazaret a Belén para empadronarse. Las posadas
se llevaban a cabo los nueve días previos a la
Navidad,
simbolizando los nueve meses de espera de María. Al
terminar, los monjes repartían a los asistentes fruta
y dulces
como signo de las gracias que recibían aquellos que aceptaban
la doctrina de Jesús.
Las posadas, con el tiempo, se comenzaron
a llevar a cabo en barrios y en casas, pasando
a la
vida familiar. Estas comienzan con el rezo del
Rosario y el canto de las letanías. Durante el canto,
los asistentes forman dos filas que terminan con 2 niños
que llevan unas imágenes de la Santísima
Virgen y de
San José: los peregrinos que iban a Belén. Al terminar
las letanías se dividen en dos
grupos: uno entra a
la casa y otro pide posada imitando a San José
y la Santísima Virgen cuando
llegaron a Belén. Los peregrinos
reciben acogida por parte del grupo que se encuentra en
el interior.
Luego sigue la fiesta con el canto de
villancicos y se termina rompiendo las piñatas y distribuyendo
los
"aguinaldos".
Significado de la tradición:
Las posadas son un medio para preparar
con alegría y oración nuestro corazón para la venida de
Jesucristo
, y para recordar y vivir los momentos que pasaron
José y María antes del Nacimiento de Jesús.
Algo que no
debes olvidar
Debemos vivir las tradiciones y costumbres navideñas con el
significado interior y no sólo el exterior
para preparar nuestro
corazón para el nacimiento de Jesús.
Cuida tu fe
Algunas personas
te podrán decir que estas costumbres y tradiciones las ha
inventado la gente
para divertirse y los comercios para vender.
Recuerda que hay mucho significado detrás de cada una
y
trata de vivir estas tradiciones con el sentido profundo que
tienen. Así, el 24 de diciembre no solo
será un
festejo más, sino que habrás preparado tu corazón con un
verdadero amor a Dios y a tu prójimo.
“VERSOS
PARA PEDIR POSADA”
|
Peregrinos
(fuera)
|
Anfitriones
(dentro)
|
En
nombre del cielo pedimos posada, pues no puede andar mi
esposa amada.
No
seas inhumano tennos caridad, el Dios de los cielos te lo
premiará.
Venimos
rendidos desde Nazareth Yo soy carpintero de nombre
José.
Posada
te pide amado casero, por sólo una noche la reina del
cielo.
Mi
esposa es María es reina del cielo, y madre va ser del
Divino Verbo.
Dios
pague señores vuestra caridad, y que os colme el cielo de
felicidad
|
Aquí
no es mesón sigan adelante yo no debo abrir no sea algún
tunante.
Ya
se pueden ir y no molestar, porque si me enfado os voy a
apalear.
No
me importa el nombre, déjenme dormir, pues que yo les
digo que no hemos de abrir.
Pues
si es una reina quien lo solicita ¿cómo es que de
noche anda tan solita?
¿Eres
tú José? ¿Tu esposa es María? Entren, peregrinos, no
los conocía.
¡Dichosa
la casa que alberga este día a la virgen pura, la
hermosa María!
|
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