La corona sin ninguna vela encendida.
Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable
colocar una imagen de la Virgen al lado de la corona, con
un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la llama
para encender la primera vela de la corona.
TODOS: En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MONITOR: Nuestro auxilio es el
nombre del Señor.
TODOS: Que hizo el cielo la tierra.
MONITOR: Comenzamos un nuevo
año litúrgico con el tiempo de Adviento, tiempo
de preparación y espera. Encender, semana tras semana,
los cuatro cirios de esta corona debe ser un reflejo de nuestra
gradual preparación para recibir al Señor Jesús
en la Navidad. Las luces de las velas nos recuerdan que Él
es la Luz del mundo que ha venido a disipar las tinieblas.
El color verde de la corona simboliza la vida y la esperanza
que Él nos ha venido a traer.
LECTOR: Lectura tomada del libro
del profeta Isaías: "Levántate, brilla,
Jerusalén; que llega tu luz y la gloria del Señor
amanece sobre ti. Pues mira como la oscuridad cubre la tierra,
y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece el Señor
y su gloria sobre ti aparece".
MONITOR: Quien dirige la oración,
con las manos juntas, dice:
Nos recogemos unos instantes
en silencio, e inclinando nuestras cabezas, vamos a pedir
que el Señor bendiga esta corona de Adviento.
Oremos.
La tierra, Señor, se alegra
en estos días,
y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor Jesús,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas,
de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida,
tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque y la ha adornado con luces.
Ahora, pues, que vamos a empezar
el tiempo de preparación
para la venida de tu Hijo,
te pedimos, Señor,
que, mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona, con nuevas luces,
a nosotros nos ilumines
con el esplendor de Aquel que,
por ser la Luz del mundo,
iluminará todas las oscuridades.
Te lo pedimos por Él mismo
que vive y reina por los siglos de los siglos.
y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor Jesús,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas,
de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida,
tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque y la ha adornado con luces.
Ahora, pues, que vamos a empezar
el tiempo de preparación
para la venida de tu Hijo,
te pedimos, Señor,
que, mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona, con nuevas luces,
a nosotros nos ilumines
con el esplendor de Aquel que,
por ser la Luz del mundo,
iluminará todas las oscuridades.
Te lo pedimos por Él mismo
que vive y reina por los siglos de los siglos.
TODOS: Amén.
MONITOR: Vamos a encender ahora
la primera vela de nuestra corona mientras cantamos la primera estrofa de:
HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto apropiado)
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