En esta ocasión abordaremos el llamado Rock Satánico, aquel que sus protagonistas, creadores e impulsores, no dejan duda que sus vidas en cierta forma, la han consagrado al señor de las tinieblas.
Para entender por qué el rock fue precisamente el estandarte de un culto satánico, vayamos al origen del mismo. Los géneros musicales que sustentan, o dieron pie al rock and roll, son el blues y el country. El primero, vino de África –de donde es también la magia negra- y evolucionó en Estados Unidos por los esclavos; el canto era para mitigar su opresión y era una especie de rebeldía hacia sus amos.
Mucho tiempo después, cuando la esclavitud fue abolida en Norteamérica, los negritos tenían como herencia principal el blues. Sobre el country, bueno, su origen no fue tan drástico como el primero, pero igual no eran bien visto por las clases sociales altas, porque era principalmente para granjeros pobres de inferior nivel cultural.
Al fusionar estas dos corrientes, - proceso que no se dio de la noche a la mañana y que no se le atribuye a uno sólo cantante o grupo- nace el Rock and roll, siendo su principal representante Bill Haley y Elvis Presley. Los cantantes de la época como Frank Sinatra al sentir que el Rock les estaba afectando seriamente su mercado, hicieron declaraciones exageradas para desprestigiarlo: “ es la forma de expresión más brutal, fea, viciosa, depravada, sucia; la música de todos los delincuentes de la Tierra ”.
Sin embargo esto no afectó en lo más mínimo, el Rock había llegado para quedarse, y con mayor fuerza gracias a un grupo que lo mejoró en todos los sentidos, Los Beatles. Y es aquí donde nace el rock satánico, sin que yo esté diciendo que John, Paul, Ringo y George, fueran satánicos. ¿ Cómo está eso ?
Cuando comenzó el fenómeno de los mensajes subliminales, el cuarteto de Liverpool es de los primeros en hallarles uno en su disco Blanco, en la canción Revolution 9 –esto lo vimos en el número anterior-. Según los sacerdotes, y uno que otro puritano, en dicho tema se escucha la frase “ Hombre muerto excítame ”, afirmando que tal hombre muerto es nuestro señor Jesucristo pero, ¿ no a caso Jesús resucitó ? ¿ De dónde sacaron que el hombre muerto era Jesús, igual y se refieren a otro...no? En fin.
Lo que sí es cierto, y esto sí deja mucho en qué pensar, es por qué en la portada del Sargento pimienta y el club de los corazones rotos de 1967 ( Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band ) aparece Aleister Crowley, junto a otras personalidades. Crowley fue un famoso practicante de magia negra, que acuñó la frase “ Haz lo que quieras, ésa es la ley suprema ”. En vida se le llegó a considerar el anticristo y él, a su vez, se nombraba la bestia, firmando con el 666.
El hecho es, que los Beatles fueron la inspiración para otros grupos y cantantes para expresarse sin tapujos; si a John Lennon no lo habían asesinado por decir que eran más grandes que Jesucristo, o Paul McCartney no había perdido admiradoras al confesar que fumaba marihuana, pues qué podía esperar alguien que insinuara –ojo, insinuara solamente- que era simpatizante de Satanás.
Fue el caso de los Rolling Stones, que en 1967 sacaron el disco Satanic Majestic Requiest ( Sus satánicas majestades ) LP donde viene el tema Symphaty for the Devil ( Simpatía por el Diablo), algo que alarmó profundamente a los hombres de fe, pues era más que obvio que el satan-rock había comenzado.
Y es que a pesar de que este disco hubiera salido con otro título, las amistades de Mick Jagger dejaban mucho que desear. Por ejemplo, él era novio de Marianne Faithfull, considerada bruja y autora de libros esotéricos, y amigo de Kenneth Anger, mano derecha de Crowley.
Pero los que sí se volaron la barda, e hicieron ver a los Stones como una banda de anticuados, fueron sus paisanos los Led Zeppelín; debutando en 1969. Conjunto liderado por el guitarrista Jimi Page –ex Yardbird- y el cantante Robert Plant.
Todos los excesos que puedas imaginarte en el mundo del rock, ellos las protagonizaban a diario; las letras de sus canciones -llenas de misterio, magia, rebeldía, sexo- los colocaron en el gusto del público; ganándose de inmediato a miles de seguidores. Grupos como los Stones y los Beatles, habían perdido fuerza y la amenaza que antes representaban, era mínima. Inclusive un año después el cuarteto de Liverpool se desintegró.
Led Zeppelin en comparación a otras bandas que logran un éxito inmediato y después desaparecen, supo mantenerse y, a lo largo de una década, publicó verdaderas joyas discográficas. Una de sus canciones más populares, Starway to heaven fue ligada de inmediato al satanismo pues, decían los detractores del grupo, incluía mensajes ocultos escuchados solamente al tocarlo en sentido contrario.
Pero, lo verdaderamente escalofriante del grupo, no está en la letra de sus canciones, sino en los actos de Robert Plant y Jimi Page. El rubio vocalista siempre mostró admiración por Robert Johnson, el guitarrista de blues que vendió su alma al Diablo por convertirse en el mejor de su época. Plant, tal vez inspirado en este personaje hizo lo mismo, pero enfocando el favor al canto y la composición; de él es la letra “Escalera al cielo”.
Sobre Jimi Page no queda duda, era de los Zeppelin más avanzados en cuestiones esotéricas. De Page fue la idea de que en el cuarto disco del grupo, no apareciera nada alusivo a ellos, ni el nombre de la banda, sólo cuatro símbolos –obviamente satánicos- que representaban a cada uno.
Robert Plant usó una pluma de ave encerrada en un círculo, que significa pacto demoníaco, el círculo protege el compromiso; John Bonham escogió tres círculos que representan la trinidad esotérica: aire, tierra y fuego; John Paul Jones uso un trébol que simboliza la trinidad satánica y, Jimi Page, diseñó el suyo que puede leerse como Zoso, el cual es un hechizo de la música
.Así se la gastaban estos chicos, por último, y para confirmar su gusto por lo oculto, Page compró el castillo de Aleister Crowley, donde misteriosamente murió el baterista del grupo en 1980.
Sin embargo, sería la banda inglesa de heavy metal Black Sabbath una de las que más explotaría la imaginería de tipo Satánico y ocultista en sus letras, en el diseño de sus álbumes y en su actitud. Sobre la banda pesaba la leyenda en torno a la portada de su homónimo primer álbum, en el cual aparecía una misteriosa figura femenina de la cual se afirmaba que no estaba presente al momento de ser tomada la fotografía. Así mismo, en la portada de su disco "Sabbath Bloody Sabbath" entre otros símbolos aparece el "666". Este tipo de estética continuaría durante toda la carrera del grupo, y discos posteriores como "Heaven and Hell", incluían portadas sugerentes y provocativas.
Una supuesta maldición pesaba sobre el grupo, motivo por el cual portaban en todo momento unas voluminosas cruces metálicas, fabricadas por el padre del vocalista del grupo, Ozzy Osbourne, las cuales les acompañaron durante su carrera;[2]el vocalista sería bautizado posteriormente por la comunidad fanática como el “Príncipe de las Tinieblas”.
De igual manera, el disco Hotel California, deThe Eagles mostraba en su portada un edificio, que en su momento fue identificado como la sede de la Iglesia de Satán de Anton La Vey, iniciador del satanismo.
Otra banda que se sirvió de la temática satánica dentro de la historia del rock fue la banda de heavy metal, Iron Maiden, la cual encabezaría la conocida nueva ola del heavy metal Británico, conocida como NWOBHM, con el disco titulado "The Number of the Beast" en (1982), el cual incluía el tema del mismo título, un corte que se convertiría en su canción más emblemática, y que hacía referencia a la famosa marca de la bestia. Un año más tarde, el grupo de hard rock y glam metal, Motley Crüe se serviría también delpentagrama invertido (un símbolo tradicionalmente satánico), en la portada de su álbum de 1983 "Shout at the Devil" ("Grítale al diablo").
Existen muchos grupos mas que incluyen temas satanicos en mensajes subliminales, Carlos Santana es uno de ellos, Shakira otra, por supuesto no olvidamos a Marilyn Manson, Lady Gaga, Katy Perry entre otros muchos que incluso han confesado vender su alma al maligno a cambio de fama y poder.
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