El Protoevangelio
Génesis - Siglo V a.C.
El Libro del Gésis es el primer Libro de la Biblia. Debe su nombre a las primeras palabras del libro: "En el comienzo". Génesis significa comienzo, principio.
( Leer historia de Génesis )
Génesis. Cap. 3, versículo 15
"Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar."
Comentario de la Enciclopedia Católica
1. En primer lugar, el texto hebreo emplea el mismo verbo para las dos versiones traducidas "ella te aplastará" y "tú estarás al acecho"; la Septuaginta traduce el verbo en ambos casos por terein, estar al acecho; Aquila, Símaco y los traductores sirios y samaritanos traducen el verbo hebreo por expresiones que significan aplastar, magullar; el Itala traduce el terein utilizado en la Septuaginta con el término latino de "servare" , vigilar; S. Jerónimo (1) sostiene que el verbo hebreo tiene el significado de "aplastar" o "magullar" más que el de "estar al acecho", "vigilar". Sin embargo en su propio trabajo, que se convirtió en la Vulgata latina, el santo emplea el término "aplastar" (conterere) en primer lugar, y "estar al acecho" (insidiari) en segundo. Por tanto el castigo infligido a la serpiente y la venganza de ésta están expresadas con el mismo verbo: pero la herida sufrida por la serpiente es mortal, ya que afecta a la cabeza, mientras que la herida causada por ella no es mortal, ya que es infligida en el talón.
2. El segundo punto de diferencia entre el texto hebreo y nuestra versión se refiere al agente que va a infligir la herida mortal a la serpiente: nuestra versión coincide con el texto actual de la Vulgata en traducir "ella"(ipsa) que se refiere a la mujer, mientras que el texto hebreo traduce hu´ (autos, ipse) que se refiere a la descendencia de la mujer. Según nuestra versión y la traducción de la Vulgata, será la mujer quien obtenga la victoria; según el texto hebreo, ella vencerá a través de su descendencia. Es en este sentido en el que la Bula "Ineffabilis" atribuye la victoria a Nuestra Señora. La versión "ella" (ipsa) no es ni una corrupción intencionada del texto original ni un error accidental, sino que es una versión explicativa que expresa explícitamente el hecho de la participación de Nuestra Señora en la victoria sobre la serpiente, que está contenido de manera implícita en el original hebreo. La fuerza de la tradición cristiana referente a la participación de María en esta victoria puede deducirse del hecho de que S. Jerónimo mantuviera "ella" en su versión a pesar de su familiaridad con el texto original y con la traducción "él" (ipse)en la antigua versión latina.
Dado que es comúnmente admitido que el juicio divino se dirige no tanto contra la serpiente como contra el causante del pecado, la descendencia de la serpiente hace referencia a los seguidores de la serpiente, la "progenie de víboras", la "generación de víboras", aquellos cuyo padre es el Diablo, los hijos del mal, imitando, non nascendo (Agustín) (2). Puede darse la tentación de comprender la descendencia de la mujer en un sentido colectivo análogo, abarcando a todos los nacidos de Dios. Pero descendencia puede no sólo referirse a una persona en particular, sino que generalmente tiene dicho significado, si el contexto lo permite. S. Pablo (Gálatas 3:16) da esta explicación de la palabra "descendencia" tal como aparece en las promesas de los patriarcas: "A Abraham y a su descendencia fueron hechas las promesas. No dice a sus descendencias, como de muchas, sino de una sola: "Y a tu descendencia", que es Cristo". Finalmente la expresión "la mujer" en la frase "Pondré enemistad entre ti y la mujer" es una traducción literal del texto hebreo. La Gramática Hebrea de Gesenius-Kautzsch (3) establece la norma: es un rasgo peculiar del hebreo el uso del artículo para indicar una persona o cosa todavía desconocida o que todavía está por describir con claridad, ya se encuentre presente o tenga que considerarse bajo las condiciones del contexto. Dado que nuestro artículo indefinido cumple este propósito, se podría traducir: "Pondré enemistad entre ti y una mujer". Por tanto la profecía promete una mujer, Nuestra Señora, que será la enemiga de la serpiente en un grado sobresaliente; además, la misma mujer saldrá vencedora sobre el Demonio, al menos a través de su hijo. La rotundidad de la victoria es subrayada por la frase contextual "comerás tierra", que es según Winckler (4) una antigua y común expresión oriental que denota la máxima humillación (5).
NOTAS
[1] Quaest. hebr. in Gen., P.L., XXIII, col. 943
[2] cf. Wis., ii, 25; Matt., iii, 7; xxiii, 33; John, viii, 44; I, John, iii, 8-12.
[3] Hebräische Grammatik, 26th edit., 402
[4] Der alte Orient und die Geschichtsforschung, 30
[5] cf. Jeremias, Das Alte Testament im Lichte des alten Orients, 2nd ed., Leipzig, 1906, 216; Himpel, Messianische Weissagungen im Pentateuch, Tubinger theologische Quartalschrift, 1859; Maas, Christ in Type and Prophecy, I, 199 sqq., New York, 1893; Flunck, Zeitschrift für katholische Theologie, 1904, 641 sqq.; St. Justin, dial. c. Tryph., 100 (P.G., VI, 712); St. Iren., adv. haer., III, 23 (P.G., VII,, 964); St. Cypr., test. c. Jud., II, 9 (P.L., IV, 704); St. Epiph., haer., III, ii, 18 (P.G., XLII, 729).
Isaías - ( 760 a.C. )
Uno de los más importantes Profetas del A.T. Su nombre significa "Dios salva"
( Leer historia de Isaías )
Isaías. Capítulo 7, versículos 1 al 17
1 En tiempos de Ajaz, hijo de Jotam, hijo de Ozías, rey de Judá, Resín, rey de Aram, y Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para atacarla, pero no la pudieron expugnar.
2 Cuando se informó a la casa de David: «Aram está acampado en Efraím», se estremeció su corazón y el corazón de su pueblo, como se estremecen por el viento los árboles del bosque.
3 El Señor dijo a Isaías: «Ve al encuentro de Ajaz, tú y tu hijo Sear Iasub, al extremo del canal del estanque superior, sobre la senda del campo del Tintorero.
4 Tú le dirás: Manténte alerta y no pierdas la calma; no temas, y que tu corazón no se intimide ante esos dos cabos de tizones humeantes, ante el furor de Resín de Aram y del hijo de Remalías.
5 Porque Aram, Efraím y el hijo de Remalías se han confabulado contra ti, diciendo:
6 «Subamos contra Judá, hagamos cundir el pánico, sometámosla y pongamos allí como rey al hijo de Tabel».
7 Pero así habla el Señor: Eso no se realizará, eso no sucederá
8a Porque la cabeza de Aram es Damasco, y la cabeza de Damasco Resín;
9a la cabeza de Efraím es Samaría, y la cabeza de Samaría, el hijo de Remalías.
_8b –Dentro de sesenta y cinco años, Efraím será destrozado, y no será más un pueblo–.
_9b Si ustedes no creen, no subsistirán».
10 Una vez más, el Señor habló a Ajaz en estos términos:
11 «Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas».
12 Pero Ajaz respondió: «No lo pediré ni tentaré al Señor».
13 Isaías dijo: «Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios?
14 Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel.
15 El se alimentará de leche cuajada y miel, cuando ya sepa desechar lo malo y elegir lo bueno.
16 Porque antes de que el niño sepa desechar lo malo y elegir lo bueno, quedará abandonada la tierra de esos dos reyes, ante los cuales estás aterrorizado.
17 El Señor hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días como no lo hubo iguales desde que Efraím se separó de Judá».
Comentario de la Enciclopedia Católica
Los críticos se han empeñado en representar este pasaje como una combinación de sucesos y palabras del profeta escritos por un autor desconocido (6). La credibilidad del contenido no resulta necesariamente afectada por esta teoría, ya que las tradiciones proféticas pueden quedar registradas por cualquier escritor sin perder por ello su credibilidad. Pero incluso Duhm considera la teoría como un intento aparente por parte de los críticos de averiguar hasta dónde están dispuestos a aguantar pacientemente los lectores; opina que es una verdadera desgracia para la crítica en cuanto tal el que haya encontrado un mero compendio en un pasaje que describe tan gráficamente la hora del nacimiento de la fe.
Según II Reyes 16:1-4, y II Paralipómenos 27:1-8, Ajaz, que comenzó su reinado en el 736 a. de J.C., profesaba abiertamente la idolatría, de forma que Dios lo dejó a merced de los reyes de Siria e Israel. Al parecer se había establecido una alianza entre Pecaj, rey de Israel, y Rasín, rey de Damasco, con el propósito de ofrecer resistencia a las agresiones asirias. Ajaz, partidario de los asirios, no se unió a la coalición; los aliados invadieron su territorio, con la intención de sustituir a Ajaz por un gobernante más complaciente, un cierto hijo de Tabeel. Mientras Rasín estaba ocupado en reconquistar la ciudad costera de Elat, Pecaj procedió en solitario contra Judá, "pero no pudieron prevalecer". Una vez Elat hubo caído, Rasín unió sus fuerzas a las de Pecaj; "Siria y Efraím se habían confederado" y "tembló su corazón (de Ajaz) y el corazón del pueblo, como tiemblan los árboles del monte a impulsos del viento". Había que hacer preparativos inmediatos para un asedio prolongado, y Ajaz se encontraba intensamente ocupado en las proximidades de la piscina superior, de la cual recibía la ciudad la mayor parte de su suministro de agua. De ahí que Dios le diga a Isaías: "Sal luego al encuentro de Ajaz ... al cabo del acueducto de la piscina superior". El encargo del profeta es de naturaleza extremadamente consoladora: "Mira bien no te inquietes, no temas nada y ten firme corazón ante esos dos cabos de tizones humeantes". El plan de los enemigos no tendrá éxito: "no aguantará y esto no sucederá". ¿Cuál será el destino concreto de los enemigos?
• Siria no ganará nada, permanecerá como había estado en el pasado: " la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza de Damasco es Rasín."
• Efraím también permanecerá en el futuro inmediato como había estado hasta ese momento: "la cabeza de Efraím es Samaria, y la cabeza de Samaria el hijo de Romelia"; pero al cabo de sesenta y cinco años será destruida, " dentro de sesenta y cinco años Efraím habrá dejado de ser pueblo".
Ajaz había abandonado al Señor por Moloc, y había depositado su confianza en una alianza con Asiria; de ahí la profecía condicional referente a Judá "si no crees, no continuarás". La prueba de fe sigue inmediatamente a continuación: " Pide al Señor, tu Dios, una señal, o de abajo en lo profundo o de arriba en lo alto". Ajaz responde con hipocresía: " no la pediré, no tentaré al Señor", rechazando así declarar su fe en Dios y prefiriendo la política asiria. El rey prefiere Asiria a Dios, y Asiria vendrá sobre él: "Hará venir el Señor sobre ti y sobre tu pueblo, y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron desde que Efraím se separó de Judá con el rey de los asirios". La casa de David había ofendido no sólo a los hombres, sino también a Dios con su incredulidad; por ello, "no continuará", y, por una ironía del castigo divino, será destruida por aquellas mismas gentes a las que prefirió antes que a Dios.
Sin embargo, las promesas mesiánicas hechas a la casa de David no pueden frustrarse: "El Señor mismo os dará una señal. He aquí que una virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y será llamado Emmanuel. Y se alimentará de mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y elegir lo bueno. Pues antes que el niño sepa desechar lo malo y elegir lo bueno, la tierra por la cual temes de esos dos reyes será devastada". Dejando de lado una serie de preguntas relacionadas con la explicación de la profecía, debemos limitarnos aquí a la prueba evidente de que la virgen mencionada por el profeta es María, la Madre de Cristo. La argumentación se basa en las premisas de que la virgen mencionada por el profeta es la madre de Emmanuel, y que Emmanuel es Cristo. La relación de la virgen con Emmanuel está claramente expresada en las palabras inspiradas; las mismas indican, asimismo, la identidad de Emmanuel con Cristo.
La relación de Emmanuel con la señal divina extraordinaria que iba a ser concedida a Ajaz nos predispone a ver en la criatura alguien más que un niño corriente. En 8:8, el profeta le atribuye la propiedad de la tierra de Judá: "Y tendiendo sus brazos cubrirán toda tu tierra, ¡oh Emmanuel!". En 9:6, se dice que el gobierno de la casa de David descansa sobre sus hombros, y se le describe como poseedor de cualidades superiores a las humanas: "nos ha nacido un niño, nos ha sido dado un hijo, que tiene sobre su hombro la soberanía, y que se llamará maravilloso consejero, Dios fuerte, Padre sempiterno, Príncipe de la paz". Finalmente, el profeta llama a Emmanuel "vara del tronco de Jesé", agraciado con "el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de entendimiento y de temor de Dios"; su venida irá seguida de los signos generales de la era mesiánica, y los que queden del pueblo escogido serán de nuevo el pueblo de Dios (11:1-16).
Cualquier oscuridad o ambigüedad que pudiera haber en el texto profético es eliminada por S. Mateo (1:18-25). Después de narrar las dudas de San José y la reafirmación del angel "lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo", el evangelista continúa: "Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que el Señor había anunciado por el profeta, que dice: He aquí que una virgen concebirá y parirá un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel". No es necesario que repitamos la explicación del pasaje dada por comentaristas católicos que responden a las objeciones que se han hecho contra el significado obvio del evangelista. De todo lo anterior se puede deducir que María es mencionada en la profecía de Isaías como madre de Jesucristo; a la luz de la referencia a la profecía hecha por S. Mateo, se puede añadir que ésta predijo también la virginidad de María, intacta en la concepción de Emmanuel (7).
Notas
[6] Lagarde, Guthe, Giesebrecht, Cheyne, Wilke.
[7] cf. Knabenbauer, Comment. in Isaiam, Paris, 1887; Schegg, Der Prophet Isaias, Munchen, 1850; Rohling, Der Prophet Isaia, Munster, 1872; Neteler, Das Bush Isaias, Munster, 1876; Condamin, Le livre d'Isaie, Paris, 1905; Maas, Christ in Type and Prophecy, New York, 1893, I, 333 sqq.; Lagrange, La Vierge et Emmaneul, in Revue biblique, Paris, 1892, pp. 481-497; Lémann, La Vierge et l'Emmanuel, Paris, 1904; St. Ignat., ad Eph., cc. 7, 19, 19; St. Justin, Dial., P.G., VI, 144, 195; St. Iren., adv. haer., IV, xxxiii, 11.
Miqueas - ( 778 a.C. )
Es el sexto de los doce profetas menores. Su nombre significa "que es como Dios"
( Leer historia de Miqueas )
Miqueas. Capítulo 5, versículos 1 al 3
2 Por eso, el Señor los abandonará hasta el momento en que dé a luz la que debe ser madre; entonces el resto de sus hermanos volverá junto a los israelitas.
3 El se mantendrá de pie y los apacentará con la fuerza del Señor, con la majestad del nombre del Señor, su Dios. Ellos habitarán tranquilos, porque él será grande hasta los confines de la tierra.
Comentario de la Enciclopedia Católica
Aunque el profeta (750-660 a. de C., aproximadamente) fue contemporáneo de Isaías, su actividad profética comenzó un poco más tarde y finalizó un poco antes que la de Isaías. No cabe ninguna duda de que los judíos consideraban que las predicciones anteriores se referían al Mesías. Según S. Mateo (2:6), cuando Herodes preguntó a los sumos sacerdotes y escribas dónde iba a nacer el Mesías, le respondieron con las palabras de la profecía, "Y tú Belén, tierra de Judá, ...". Según S. Juan (7:42), el populacho judío reunido en Jerusalén para la celebración de la fiesta formuló la pregunta retórica: "¿No dice la Escritura que del linaje de David y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Mesías?". La paráfrasis caldea de Miqueas 5:2 confirma la misma opinión: "De ti me saldrá el Mesías, que señoreará en Israel". Las mismas palabras de la profecía no admiten prácticamente otra explicación; pues "sus orígenes son del comienzo, desde los días de la eternidad".
Mas, ¿cómo se refiere la profecía a la Virgen María? Nuestra Señora es mencionada con la frase "hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá". Es cierto que "la que ha de parir" se ha referido también a la Iglesia (S. Jerónimo, Teodoreto), o al grupo de gentiles que se unieron a Cristo (Ribera, Mariana), o también a Babilonia (Calmet); pero, por una parte, no hay apenas relación suficiente entre ninguno de estos sucesos y el redentor prometido; por otra parte, el pasaje debería decir " hasta el tiempo en que la que es estéril parirá" si el profeta se hubiera referido a cualquiera de dichos sucesos. Tampoco puede "la que ha de parir" referirse a Sión: Sión es mencionada sin sentido metafórico antes y después de este pasaje, de modo que no se puede esperar que el profeta recurra de repente a un lenguaje figurado. Mas aún, si se explica así la profecía, no tendría un sentido cabal. Las frases contextuales "el señor de Israel", "sus orígenes", que en hebreo implica nacimiento, y "sus hermanos" hacen referencia a un individuo, no a una nación; de ello se deduce que el parto debe referirse a esa misma persona. Se ha mostrado que la persona que gobernará es el Mesías; por ello, "la que ha de parir" debe referirse a la madre de Cristo, Nuestra Señora. Así explicado, todo el pasaje aparece claro: el Mesías ha de nacer en Belén, un pueblo insignificante de Judá; su familia debe estar reducida a la pobreza y la oscuridad antes del momento de su nacimiento; como esto no puede suceder si la teocracia permanece intacta, si la casa de David continúa floreciendo, "por ello los entregará hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá" al Mesías. (8)
Nota
[8] Cf. the principal Catholic commentaries on Micheas; also Maas, "Christ in Type and Prophecy, New York, 1893, I, pp. 271 sqq.
Jeremías - ( 585 a.C. )
Jeremías pertenece al grupo de los Profetas Mayores. El nombre Jeremías significa: "Dios me eleva".
( Leer historia de Jeremías)
Jeremías. Capítulo 31, versículo 22
Comentario de la Enciclopedia Católica
El texto del profeta Jeremías ofrece no pocas dificultades para el intérprete científico; nosotros seguiremos la versión de la Vulgata latina del original hebreo. Pero incluso esta traducción ha sido explicada de muchas formas diferentes: Rosenmuller y muchos intérpretes protestantes conservadores defienden la versión "una mujer protegerá a un hombre", mas tal argumento difícilmente podría inducir a los hombres de Israel a retornar a Dios.
La explicación "una mujer buscará a un hombre" apenas está de acuerdo con el texto; además, tal inversión del orden natural es presentada en Isaías 4:1 como una señal de la más absoluta catástrofe. La versión de Ewald "una mujer se convertirá en un hombre" es muy poco fiel al texto original. Otros comentaristas ven en la mujer un símil de la Sinagoga o de la Iglesia, en el hombre un símil de Dios, de modo que pueden explicar la profecía "Dios morará de nuevo en medio de la Sinagoga (o del pueblo de Israel)" o "la Iglesia protegerá la tierra con sus valientes hombres".
Pero el texto hebreo difícilmente evoca ese significado; además, esa explicación convertiría ese pasaje en una tautología: "Israel retornará a su Dios, ya que Israel amará a su Dios". Algunos autores recientes traducen el original hebreo por: "Dios crea algo nuevo sobre la tierra: la mujer (esposa) retorna al hombre (su marido)". Según la ley antigua (Deuteronomio 24:1-4; Jeremías 3:1), el marido no podía volver a aceptar a su mujer una vez que la había repudiado; pero el Señor introducirá una novedad al permitir a la mujer infiel, o lo que es lo mismo, la nación culpable, volver a la amistad con Dios. Esta explicación se basa en una corrección aventurada del texto; además, no implica necesariamente el significado mesiánico que se espera del pasaje.
Los Padres griegos siguen generalmente la versión de la Septuaginta, "El Señor ha creado salvación en una nueva plantación, los hombres caminarán seguros"; mas S. Atanasio (9) combina la versión de Aquila dos veces "Dios ha creado algo nuevo en la mujer" con la de la Septuaginta, diciendo que la nueva plantación es Jesucristo, y que lo nuevo creado en la mujer es el cuerpo del Señor, concebido en la mujer virgen sin la participación del hombre. También S. Jerónimo (10) entiende el texto profético de la virgen que concibe al Mesías. Esta explicación del pasaje concuerda con el texto y con el contexto. Como la Palabra Encarnada poseyó desde el primer instante de su concepción todas sus perfecciones, exceptuando aquellas relacionadas con su desarrollo corporal, es correcto afirmar que su madre "conseguirá un hombre".
No es necesario señalar que tal condición en una criatura recién concebida es denominada, con razón, "algo nuevo sobre la tierra". El contexto de la profecía describe, después de una breve introducción general (30:1-3), la futura libertad de Israel y la restauración en cuatro estancias: 30:4-11, 12-22; 30:23; 31:14, 15-26; las tres primeras estancias terminan con la esperanza del tiempo mesiánico. La cuarta debería esperarse también que tuviera un final similar.
Además, la profecía de Jeremías, pronunciada alrededor del 589 a. de C. y entendida en el sentido que se acaba de referir, concuerda con las expectativas mesiánicas contemporáneas basadas en Isaías 7:14; 9:6; Miqueas 5:3. Según Jeremías, la madre de Cristo se diferencia de las otras madres en que su Hijo, incluso cuando aún está en su vientre, tiene todas las propiedades que constituyen la verdadera naturaleza humana (11). El Antiguo Tetamento se refiere indirectamente a María en aquellas profecías que predicen la encarnación del Verbo de Dios.
TIPOS Y FIGURAS DE MARIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Para estar seguros del significado de un tipo, este significado debe ser revelado, es decir, debe habernos sido transmitido a través de la Sagrada Escritura o de la tradición. Algunos escritores piadosos han desarrollado por su cuenta numerosas analogías entre ciertos datos del Antiguo Testamento y los datos correspondientes del Nuevo Testamento; sin embargo, por muy ingeniosas que estas correlaciones puedan ser, no demuestran que Dios tuviera de hecho la intención de transmitir en los textos inspirados del Antiguo Testamento las verdades de la correspondencia establecida. Por otra parte, debe tenerse presente que no todas las verdades contenidas ya sea en las Escrituras o en la tradición han sido explícitamente propuestas a los creyentes como verdades de fe por definición expresa de la Iglesia. De acuerdo con el principio "Lex orandi est lex credenti" debemos tratar al menos con reverencia las innumerables sugerencias contenidas en la liturgia y oraciones oficiales de la Iglesia. De esta forma es como debemos considerar muchos de los tratamientos otorgados a Nuestra Señora en la letanía y en el "Ave maris stella". Las Antífonas y Responsos que se encuentran en los Oficios recitados en las varias festividades de Nuestra Señora sugieren un número de tipos referentes a Nuestra Señora que difícilmente hubieran sido mostrados con tanta viveza de otra manera a los ministros de la Iglesia. La tercera antífona de Laudes de la Festividad de la Circuncisión contempla en "el arbusto que arde sin consumirse" (Exodo 3:2) la figura de María en la concepción de su Hijo sin perder su virginidad. La segunda antífona de Laudes del mismo Oficio contempla en el vellón de lana de Gedeón, húmedo por el rocío mientras que la tierra a su alrededor había permanecido seca (Jueces 6:37-38), un tipo de María recibiendo en su vientre al Verbo Encarnado (12). El Oficio de la Bienaventurada Virgen aplica a María muchos de los pasajes referentes a la esposa del Cantar de los Cantares (13) y también los referentes a la sabiduría del Libro de los Proverbios 8:22-31 (14). Un "jardín cerrado, una fuente sellada" mencionado en Cantares 4:12 aplicado a María es sólo un ejemplo concreto de todo lo referido anteriormente (15). Además, Sara, Débora, Judit y Ester son utilizadas como tipos de María; el arca de la Alianza, sobre la que se manifiesta la misma presencia de Dios, es utilizada como la figura de María llevando al Verbo Encarnado en su vientre. Pero es especialmente Eva, la madre de todos los vivientes (Génesis 3:20), la que es considerada como un tipo de María, que es la madre de todos los vivientes en el orden de la gracia (16).
Notas
[9] P.G., XXV, col. 205; XXVI, 12 76
[10] In Jer., P.L., XXIV, 880
[11] cf. Scholz, Kommentar zum Propheten Jeremias, Würzburg, 1880; Knabenbauer, Das Buch Jeremias, des Propheten Klagelieder, und das Buch Baruch, Vienna, 1903; Conamin, Le texte de Jeremie, xxxi, 22, est-il messianique? in Revue biblique, 1897, 393-404; Maas, Christ in Type and Prophecy, New York, 1893, I, 378 sqq..
[12] cf. St. Ambrose, de Spirit. Sanct., I, 8-9, P.L., XVI, 705; St. Jerome, Epist., cviii, 10; P.L., XXII, 886.
[13] cf. Gietmann, In Eccles. et Cant. cant., Paris, 1890, 417 sq.
[14] cf. Bull "Ineffabilis", fourth Lesson of the Office for 10 Dec..
[15] Response of seventh Nocturn in the Office of the Immaculate Conception.
[16] cf. St. Justin, dial. c. Tryph., 100; P.G., VI, 709-711; St. Iren., adv. haer., III, 22; V, 19; P.G., VII, 958, 1175; Tert., de carne Christi, 17; P.L., II, 782; St. Cyril., catech., XII, 15; P.G., XXXIII, 741; St. Jerome, ep. XXII ad Eustoch., 21; P.L., XXII, 408; St. Augustine, de agone Christi, 22; P.L., XL, 303; Terrien, La Mère de Dien et la mère des hommes, Paris, 1902, I, 120-121; II, 117-118; III, pp. 8-13; Newman, Anglican Difficulties, London, 1885, II, pp. 26 sqq.; Lecanu, Histoire de la Sainte Vierge, Paris, 1860, pp. 51-82.
San Bernardo de Claraval - (1090-1153)
Cisterciense, Doctor de la Iglesia. Fue el gran impulsor y propagador de la Orden Cisterciense y el hombre más importante del siglo XII en Europa. Fundador del Monasterio Cisterciense del Claraval y de muchos otros.
( Leer historia de San Bernardo de Claraval )
Sermones de Adviento de San Bernardo de Claraval : SERMO SECUNDUS / SERMON SEGUNDO. DE LECTIONE ISAIAE: DIXIT DOMINUS AD ACHAZ: PETE TIBI SIGNUM, ET DE VIA ADVERSARII. DEL LIBRO DE ISAÍAS: "DIJO EL SEÑOR A ACAZ: PIDE UNA SEÑAL... Y, SOBRE EL CAMINO DEL ENEMIGO".
Audivimus suadentem regi Achaz Isaiam, petere signum a Domino, sive in profundum inferni, sive in excelsum supra. Audivimus, responsionem eius, formam quidem habentem pietatis, sed non virtutem. Propter hoc denique ab eo qui intuetur cor et cui confitetur hominis cogitatio, meruit reprobari. Non petam, inquit, et non tentabo Dominum s. Elatus erat Achaz fastigio solii regalis, astutus humanae sapientiae verbis.
Hemos escuchado a Isaías tratando de persuadir al rey Acaz para pedirle una señal, de parte del Señor, en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo. Escuchamos también su respuesta insincera, bajo capa de piedad. Por este motivo se atrajo la reprobación de aquel que escruta el corazón y descubre las intenciones del hombre. Responde Acaz: No pido ninguna señal; no quiero tentar al Señor. Habíase engreído Acaz en la altura de trono real, y era astutamente hábil en su expresividad.
Audierat igitur Isaias a Domini: Vade: dic vulpi illi, petat sibi signum a Domino in profundum. Habet enim vulpis foveam, sed in infernum quoque si descenderit, adest qui comprehendat sapientes in astutia sua. Itemque: Vade, ait Dominus, dic volucri illi, petat sibi signum in excelsum supra. Habet enim volucris nidum; sed et si in caelum ascenderit, illic est qui, superbis resistens, propria calcat virtute superborum et sublimium colla. Verumtamen dissimulat ille potestatis excelsae, seu incomprehensibilis profunditatis sapientiae quaerere signum; et propterea signum bonitatis domui David Dominus ipse promittit, ut quos nec potestas, nec sapientia terruit, alliciat saltem exhibitio caritatis.
El Señor había inspirado a Isaías: "Marcha y di a ese zorro que pida una señal en lo hondo del abismo". Y es que el zorro tiene madriguera. Y, si baja al abismo, encontrará al que sorprende a los taimados en sus astucias. Dice el Señor: "Vete y di a ese pajarraco que pida una señal en lo alto del cielo". El pájaro tiene su nido. Pero, si sube al cielo, allí está el que se enfrenta a los soberbios y pisa con poder los cuellos de los orgullosos y de los altivos. No le interesa buscar una señal del poder sublime o de la incomprensible profundidad. Por eso, el mismo Señor promete una señal de bondad a la casa de David. Para que, al menos, la manifestación del amor atraiga a quienes ni el poder ni la sabiduría atemoriza.
Potest tamen in eo quod ait: In profundum inferni, etiam caritas ipsa, qua maiorem nemo habuit, ut in infernum quoque pro amicis moriendo descenderet, non immerito designari, ut praecipiatur Achaz vel in excelsum regnantis expavescere maiestatem, vet descendentis ad inferos amplecti caritatem. Molestus est ergo non solum hominibus, sed etiam Deo, quisquis nec maiestatem cogitat in timore, nec caritatem cum amore meditatur. Propter hoc, inquit, dabit Dominus ipse vobis signum, in quo manifeste et maiestas, et caritas innotescat. Ecce virgo concipiet et pariet filium, et vocabitur nomen eius Emmanuel, quod interpretatur Nobiscum Deus.
Entendemos la expresión en lo profundo del abismo como la caridad personificada. En ningún otro fue tan total. Bajó incluso al abismo muriendo por os amigos. Y en este sentido se manda a Acaz que se estremezca ante la majestad del que reina en lo alto o que se abrace a la caridad del que baja al abismo. El que no piensa en la majestad con temor ni medita en la caridad con amor, se vuelve enojoso a los hombres y a Dios. Por eso, él Señor mismo os dará la señal; en ella va a hacer sensible la majestad y a caridad. Ved que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, que se llamará Emmanuel, que significa Dios-con-nosotros.
Noli fugere, Adam, quia nobiscum Deus. Ne timeas, o homo, nec, audito Dei nomine, terrearis, quia nobiscum Deus. Nobiscum carnis similitudine, nobiscum utilitate: propter nos venit, tamquam unus ex nobis similis nobis, passibilis.
No escapes, Adán, que Dios-está-con-nosotros. Nada te mas, hombre; no te espantes ni siquiera oyendo el nombre de Dios, Dios-está-con-nosotros. Con nosotros, en la semejanza de la carne; con nosotros, en la necesidad. Llegó como uno de nosotros, por nosotros, semejante en todo, capaz de sufrir.
Capítulo 2
Denique Butyrum, inquit, et mel comedet. Ac si dicat: Parvulus erit, et vescetur in anfantilibus alimentis. Ut sciat, inquit, reprobare malum et eligere bonum. Etiam hic bonum et malum audis, sicut in arbore vetita, sicut in ligno transgressionis. Sed multo melius a primo Adam secundus iste partitur. Eligens enim bonum, malum reprobat, non sicut ille, qui dilexit maledictionem, et venit ei, et noluit benedictionem, et elongata est ab eo. Nam et in eo quod praemisit: Butyrum et mel comedet, advertere poteris parvuli huius electionem. Tantum adsit eius gratia, ut quod praestat, utcumque sentire digne et accommodate ad intelligentiam proferre concedat.
Por fin, dice: Comerá requesón y miel. Que equivale: Será niño y tomará alimentos de niño. Hasta que aprenda a rechazar el mal y a escoger el bien. Este bien y este mal que oyes hacen referencia al árbol prohibido, el árbol del delito. Comparte con nosotros mucho mejor que el primer Adán. Escoge el bien y rechaza el mal; no como aquel que amó la maldición, y recayó sobre él, y que no quiso la bendición, quedándose lejos de él. En el texto mencionado: Comerá requesón y miel, podrás darte cuenta de la elección que hace este niño. Que su gracia nos acompañe para que eso que hace lo podamos experimentar dignamente de algún modo también nosotros y expresarlo de una manera accesible a todos.
Duo sunt in lacte ovis, videlicet butyrum et caseus. Butyrum pingue et humidum, caseus e contra aridus et durus. Bene ergo parvulus noster eligere novit, qui, butyrum comedens, caseum utique non comedit. Quae est enim ovis centesima, quae erravit et in Psalmo loquitur: Erravi sicut ovis quae periit? Utique genus humanum, quod benignissimus pastor quaerit, aliis sane nonaginta novem ovibus in montibus derelictis. In hac igitur ove duo reperies, naturam dulcem, naturam bonam, et bonam valde, tamquam butyrum, et peccati corruptionem, ut caseum. Vide ergo quam optime puer noster elegit, qui naturam nostram sine ulla peccati corruptione suscepit. Nam de peccatoribus legis: Coagulatum est sicut lac cor eorum, in quibus utique puritatem lactis corruperat fermentum malitiae, coagulum iniquitatis.
Dos cosas pueden hacerse con la leche de oveja: requesón y queso. El requesón es mantecoso y jugoso; el queso, por el contrario, es seco y consistente. Supo escoger bien nuestro niño, pues al comer el requesón rehusó el queso.; Quién es aquella oveja extraviada que hacía el número cien y dice en el salmo: Me extravié como oveja perdida. Es la raza humana. La busca el pastor compasivo, y deja a las otras noventa y nueve en el monte. Dos cosas hallarás en esta oveja: una naturaleza dulce y una naturaleza buena; tan buena, sin duda, como el requesón. Y, junto a ella, la corrupción del pecado, como el queso.¡Qué bien ha elegido nuestro pequeño! Se abrazó a nuestra naturaleza sin el más mínimo contagio de pecado, pues se lee de los pecadores: tienen el corazón espeso como grasa. La levadura de la maldad y el cuajo de la perversidad tan corrompido en estos corazones la pureza de la leche.
Capítulo 3
Sic et apis habet mellis dulcedinem, habet etiam aculei punctionem. Apis vero est, quae pascitur inter lilia, quae florigeram inhabitat patriam angelorum. Unde et ad civitatem Nazareth, quod interpretatur flos, advolavit, et ad suaveolentem perpetuae virginitatis florem advenit: illi insedit, illi adhaesit. Huius apis mel et aculeum non ignorat, qui misericordiam ei et iudicium cum Propheta decantat. Attamen, ad nos veniens, solum mel attulit et non aculeum, id est misericordiam et non iudicium, ita ut, suadentibus quandoque Discipulis, ut civitatem, quae suscipere eum noluit, praeciperet igne consumi, responderit non venisse Filium hominis ut iudicaret, sed ut salvaret mundum.
Hablando de la abeja, pensamos en la dulzura de la miel y en la punzada del aguijón. La abeja se alimenta de azucenas y habita en la patria florida de los ángeles. Por eso voló hacia la ciudad de Nazaret, que significa flor. Y se llegó hasta la perfumada flor de la virginidad perpetua. En ella se posó. Y se quedó adherida. El que enaltece la misericordia y el Juicio, a ejemplo del Profeta, no ignora la miel ni el aguijón de esta abeja. Sin embargo, al venir a nosotros trajo sólo la miel y no el aguijón; es decir, la misericordia sin el juicio. Por eso, en aquella ocasión en que los discípulos intentaron persuadir al Señor a que lloviera fuego y arrasara la ciudad que se había negado a recibirle, se les replicó que el Hijo del hombre no había venido a condenar al hombre, sino a salvarlo.
Non habebat aculeum apis nostra; quodammodo deposuerat illum, quando, tanta indigna patiens, misericordiam exhibebat et non iudicium. Sed nolite sperare in iniquitate, nolite peccare in spe. Habet enim apis nostra quandoque resumere aculeum suum, et acriter nimis infigere illum in medullas hominum peccatorum quoniam Pater non iudicat quemquam, sed Filio dedit omne iudicium. Nunc autem parvulus noster butyrum et mel comedit, quando bonum naturae humanae, divinae misericordiae in semetipso sic univit, ut esset homo verus et peccatum non habens, Deus misericors et iudicium non exhibens.
Nuestra abeja no tiene aguijón. Se ha desprendido de él cuando, entre tantos ultrajes, mostraba la misericordia y no el juicio. Pero no confiéis en la maldad, no abuséis de la confianza. Algún día, nuestra abeja volverá a tomar su aguijón y lo clavará con toda su fuerza en los tuétanos de los pecadores. Porque el Padre no Juzga a nadie, pero ha delegado en el Hijo la potestad de juzgar. Por ahora, nuestro niño se mantiene de requesón y miel desde que unió en sí mismo el bien de la naturaleza humana con e de la divina misericordia, mostrándose hombre verdadero y sin pecado, Dios compasivo y encubridor del juicio.
Capítulo 4
Ex his iam manifestum arbitror, quaenam sit virga de radice Iesse procedens, quis vero flos super quem requiescit Spiritus Sanctus. Quoniam Virgo Dei genitrix virga est, flos Filius eius. Flos utique Virginis Filius, flos candidus et rubicundus, electus ex millibus, flos in quem prospicere desiderant angeli, flos ad cuius odorem reviviscunt mortui, e, sicut ipse testatur, flos campi est, et non horti. Campus enim sine omni humano floret adminiculo, non seminatus ab aliquo, non defossus sarculo, non impinguatus fimo. Sic omnino, sic Virginis alvus floruit, sic inviolata, integra et casta Mariae viscera, tamquam pascuae aeterni viroris florem protulere, cuius pulchritudo non videat corruptionem, cuius gloria in perpetuum non marcescat.
Me parece que con esta expresión queda claro quién es esta vara que brota de la raíz de Jesé y quién es la flor sobre la cual reposa el Espíritu Santo. La Virgen Madre de Dios es la vara; su Hijo, la flor: Flor es el Hijo de la Virgen, flor blanca y sonrosada, elegido entre mil; flor que los ángeles desean contemplar; flor a cuyo perfume reviven los muertos; y, como él mismo testifica, es flor del campo, no de jardín. El campo florece sin intervención humana. Nadie lo siembra, nadie lo cava, nadie lo abona. De la misma manera floreció el seno de la Virgen. Las entrañas de María, sin mancha, íntegras y puras, como prados de eterno verdor, alumbraron esa flor, cuya hermosura no siente la corrupción, ni su gloria se marchita para siempre.
O Virgo, virga sublimis, in quam sublime verticem sanctum erigis! Usque ad sedentem in throno, usque ad Dominum maiestatis. Neque id mirum, quoniam in altum mittis radices humilitatis. O vere caelestis planta, pretiosior cunctis, sanctior universis! O vere lignum vitae e, quod solum fuit dignum portare fructum salutis! Deprehensa est, maligne serpens, versutia tua, nudata est plane falsitas tua. Duo imposueras Creatori: mendacii et invidiae infamaveras eum; sed in utroque convictus es esse mentitus. Siquidem ab initio moritur cui dixeras: Nequaquam morieris, et veritas Domini manet in aeternum. Sed et nunc responde, si potes, quam et arborem, cuius arboris fructum invidere potuit, qui ne hanc quidem virgam, electam et fructum sublimem negavit? etenim qui proprio Filio non pepercit, quomodo non omnia simul cum illo donavit?
¡Oh Virgen, vara sublime!, en tu ápice enarbolas al santo. Hasta el que está sentado en el trono, hasta el Señor de majestad. Nada extraño, porque las raíces de la humildad se hunden en lo profundo.¡oh planta auténticamente celeste, más preciosa que cualquier otra, superior a todas en santidad!¡Arbol de vida, el único capaz de traer el fruto de salvación! Se han descubierto, serpiente astuta, tus artimañas; tus engaños están a la vista de todos. Dos cosas habías achacado al Creador, una doble infamia de mentira y de envidia. En ambos casos has tenido que reconocerte mentirosa, pues desde el comienzo muere aquel a quien dijiste: No moriréis en absoluto; la verdad del Señor dura por siempre. Y ahora contesta, si puedes: ¿qué frutos de árbol podría provocar la envidia en Dios, que ni siquiera negó al hombre esta vara elegida y su fruto sublime? El que no escatimó a su propio Hijo, ¿cómo es posible que con él no nos regale todo.
Capítulo 5
Sed iam advertistis, ni fallor, quoniam Virgo regia ipsa est via, per quam Salvator advenit, procedens ex ipsius utero, tamquam sponsus de thalamo suo. Tenentes ergo viam, quam priore, si meministis, coepimus vestigare sermone, studeamus et nos, dilectissimi, ad ipsum, per eam ascendere, qui per ipsam ad nos descendit, per eam venire in gratiam ipsius, qui per eam in nostram miseriam venit.
Ya habéis caído en la cuenta, si no me equivoco, que la Virgen es el camino real que recorre el Salvador hasta nosotros. Sale de su seno, como el esposo de su alcoba. Ya conocemos el camino que, como recordáis, empezamos a buscar en el sermón anterior. Ahora tratemos, queridísimos, de seguir la misma ruta ascendente hasta llegar a aquel que por María descendió hasta nosotros. Lleguemos por la Virgen a la gracia de aquel que por la Virgen vino a nuestra miseria.
Per te accessum habeamus ad Filium, o benedicta inventrix gratiae, genitrix vitae, mater salutis, ut per te suscipiat nos qui per te datus est nobis. Excuset apud ipsum integritas tua culpam nostrae corruptionis, et humilitas Deo grata nostrae veniam impetret vanitati. Copiosa caritas tua nostrorum cooperiat multitudinem peccatorum, et fecunditas gloriosa fecunditatem nobis conferat meritorum. Domina nostra, mediatrix nostra, advocata nostra, tuo Filio nos reconcilia, tuo Filio nos commenda, tuo nos Filio repraesenta. Fac, o benedicta, per gratiam quam invenisti, per praerogativam quam meruisti, per misericordiam quam peperisti, ut qui, mediante te, fieri dignatus est particeps infirmitatis et miseriae nostrae, te quoque intercedente participes faciat nos gloriae et beatitudinis suae, Christus Iesus, Filius tuus, Dominus noster, qui est super omnia Deus benedictus in saecula.
Llévanos a tu Hijo, dichosa y agraciada, madre de la vida y madre de la salvación. Por ti nos acoja el que por ti se entregó a nosotros. Tu integridad excuse en tu presencia la culpa de nuestra corrupción. Y que tu humildad, tan agradable a Dios, obtenga el perdón de nuestra vanidad. Que tu incalculable caridad sepulte el número incontable de nuestros pecados y que tu fecundidad gloriosa nos otorgue la fecundidad de las buenas obras. Señora mediadora y abogada nuestra, reconcílianos con tu Hijo. Recomiéndanos y preséntanos a tu Hijo. Por la gracia que recibiste, por el privilegio que mereciste y la misericordia que alumbraste, consíguenos que aquel que por ti se dignó participar de nuestra debilidad y miseria, comparta con nosotros, por tu intercesión, su gloria y felicidad. Cristo Jesús, Señor nuestro, que es bendito sobre todas las cosas y por siempre.
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