Daniel Escobar, msp
A los que mencionando a la Virgen María se les olvida lo que ella es en escencia; sólo se han limitado a verla desde un punto de vista subjetivo, enfermizo y hasta morboso. Y la han separado del Evangelio, en el que se encuentra la verdadera dimensión de su persona dado el papel que ella juega en la Historia de la Salvación y en la vida de todo ser humano. Han olvidado que María es un auténtico modelo de vida cristiana.
MARÍA ES MODELO DE MUJER
A María no se le atribuye en el Evangelio ningún título divino, ni lo dice ella de sí, ni quienes la veneran y respetan como un modelo a seguir se refieren a ella de esa manera. La forma más genuina de definirla es con sus propias palabras:;" porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán dichosa",(Lc 1,48). Esta expresión no es un título, sino la ubicación que ella ocupa ante su Creador y ante los hombres. Ella es privilegiada, escogida, bienaventurada y con ello no deja la mínima secuela de soberbia, ni pretende erigirse como la sustituta de Dios . Más bien refleja el acto de humildad más profundo que un ser humano puede tener ante tan gran predilección de parte del Creador, al proclamar la obra que Él mismo ha realizado en su persona. María es llamada a colaborar con un plan de amor en el que sólo cabe la gratitud.
MARÍA ES MADRE POR AUTONOMASIA
Los Evangelios han dejado claro que María dijo de sí: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Lc 1,38). El honor que le tributamos los cristianos se debe, principalmente a su papel en la historia salvífica: Dios la escogió para ser Madre de Jesús. Ahora, María sigue realizando su servicio, llevando a Dios los ruegos de aquellos que nos hemos hecho sus hijos. La tarea de María es algo que debería realizar todo aquel que ha conocido a Dios: >. En ningún momento ella, por su amor a Dios, puede quedar indiferente al dolor, a la súplica y a los lamentos de aquellos que están unidos a Jesucristo. Y, a su vez, éstos no pueden ser insensibles ante las necesidades de los demás, sino que deben seguir el ejemplo de María.
MARÍA ES MADRE POR EXCELENCIA
La maternidad de María es auténtcamente humana, e incluye necesariamente el plano biológico, pero abarca muchos aspectos. Si le llamamos madre es porque, aun antes de dar a luz, ella llevó en su corazón a Jesús, en quien se esclarece el misterio del hombre; es decir, en quien el ser humano se comprende mejor. Más aún, si la palabra de Jesús pesa sobre todos los creyentes, porqué contradecirlo cuando Jesús mismo dice: "MUJER aquí tienes a tu hijo" (Jn 19,26). Se entiende que el apóstol al que Jesús amaba es una representación de todos los hombres, y por tanto, todos debemos acogerla como nuestra Madre. El reconocer a María como Madre no ofende a Dios ni sustituye a Jesucristo. En las bodas de Caná, María está atenta a las necesidades de los hombres. Es lógico que esta actitud no le reste ningún mérito al Salvador, al contrario. María se compromete a entrar en la historia colaborando con el plan de Dios para salvar al hombre.
MARIA ES MODELO DE HUMILDAD.
El mandato de María > es la mejor expresión que define su papel ante los hombres. Afirma con ello que Cristo es el centro de la vida de cada ser humano; Él es el que lo puede todo, a quien nos debemos acoger. María nos lleva a Jesús. En la Palabra de Dios no encontramos que ella contradiga a su Hijo, al contrario, encamina al hombre a cumplir la Voluntad Divina. Porque en Jesús encontraremos lo que buscamos, pues en Él se colman todas nuestras necesidades. Cristo es el > y María intercede e, incluso, desaparece de escena para que Él crezca y ella disminuya
No hay comentarios.:
Publicar un comentario