Algunos conjugan la oración con terapias energéticas Reiki, corporales y
antiaging y recurren a técnicas como la hidrología, la aromaterapia, la reflexología, la acupuntura...
Según ha informado a las diócesis
católicas españolas la Conferencia Episcopal Española (CEE), en
diciembre pasado tuvo conocimiento de una carta de la Congregación para
la Doctrina de la Fe, (CDF) dirigida a los presidentes de las
Conferencias Episcopales de todo el mundo. Este importante dicasterio de
la Santa Sede emitió la misiva preocupado por la presencia de la nueva
religiosidad en centros católicos.
En la carta de la CDF, que lleva la firma de su prefecto, el cardenal
William Levada, se lee que “algunos centros de espiritualidad dirigidos
por miembros de la Iglesia católica han integrado en sus programas
sesiones donde se juntan ciertas técnicas de oración con terapias
alternativas. Tales terapias se inscriben en el marco más vasto de las
denominadas curaciones ‘espirituales’ o de ‘Wellness’ [bienestar]”.
La preocupación de la Santa Sede proviene de su recepción de “noticias
que demuestran que algunos contenidos de tales programas propuestos
incluso por sacerdotes o personas consagradas no son conformes con la
doctrina de la Iglesia”.
Por eso el cardenal Levada solicita a los presidentes de las
Conferencias Episcopales que recuerden a los obispos de sus países
respectivos “la necesidad de vigilar que los programas propuestos en los
centros de espiritualidad bajo la responsabilidad de la Iglesia,
incluidos los que están dirigidos por los Institutos de vida consagrada y
Sociedades de vida apostólica, sean conformes con los principios de la
fe católica”.
Como documento de referencia, la CDF señala a uno de su autoría, la
Carta sobre algunos aspectos de la meditación cristiana, Orationis
formas (15 de octubre de 1989, publicada en Acta Apostolicae Sedis 82
[1990] 362-379), a la que califica como “siempre actual”. De hecho,
Levada adjunta a su carta una copia del documento. Y dice que la CDF
“permanece siempre abierta a recibir las observaciones y noticias que
los Señores Obispos deseen hacer a propósito de esta problemática”.
Efecto en España
El secretario de la CEE, Juan Antonio Martínez Camino, se dirigió
a los obispos españoles hace unos meses para informarles de que se leyó
la carta del cardenal Levada y se trató este tema en la 352 reunión del
Comité Ejecutivo de la CEE, celebrada en diciembre. Y, por tanto, se
les envía a los prelados la carta del prefecto de la CDF y el documento Orationis formas.
Algunas diócesis españolas ya se han hecho eco de esta misiva, como la
de Burgos. El vicario general de este arzobispado, Pedro Sáez, escribió
el pasado mes de febrero a las comunidades de religiosos y religiosas
con Casas de Espiritualidad abiertas al público, señalando la
preocupación de la Santa Sede. Como afirma Sáez, “todos somos
conscientes de la confusión doctrinal que nos acecha y de lo que,
consecuentemente, se hace dentro de la Iglesia que no hace más que
provocar división, malestar y no pocas veces escándalo”. Por eso pide
tenerlo en cuenta “para estar siempre en sintonía con el sentir de la
Iglesia”.
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