"Que nadie con simulada humildad o culto de ángeles os niegue el promedio de la victoria metiéndose en cosas que no ha visto, presumiendo vanamente a la luz de su inteligencia carnal y particularmente no adhiriéndose a la cabeza por la que todo el cuerpo sustentado y ligados por las articulaciones y coyunturas aumenta el crecimiento de Dios. "
(Epístola a los Colosenses 2, 18-19)
El propósito del artículo no es la discusión de un artículo de fe (la existencia de los ángeles) sino la defensa de la fe cristiana frente a teorías angelológicas gnósticas (New Age) con base en el sentido crítico y la trazabilidad fundamental.
Un planteamiento común actual sobre ángeles, es el de personas que desestimando el testimonio de la Sagrada Escritura, proponen ideas basadas en apreciaciones personales sin fundamento. Es entonces posible y común encontrar todo tipo de ideas y atribuciones bizarras acerca de los seres celestiales que no poseen bases más allá de la especulación. Desafortunadamente, la percepción moderna se aleja de la espiritualidad que busca a Dios como finalidad y se transforma en un interés de una vivencia espiritual egocéntrica.
Las Sagradas Escrituras y la Sagrada Tradición de la Iglesia, presentan a los ángeles directamente relacionada a Dios, y como parte activa de la "Comunión de los Santos" en una relación en donde solo Dios a voluntad, es quien otorga a los hombres los bienes corporales y espirituales. Los deberes de los ángeles son revelados en muchos lugares de la escritura. Estos son:
1. ser servidores y ejecutores de la voluntad de Dios (Génesis 19,1-25)
2. ser mensajeros de Dios (Hechos 10,3),
3. labor destacada de cuidado y auxilio a los hombres siempre ceñidos a la voluntad de Dios (Números 20,16).
4. Estar constantemente en la presencia de Dios (Mateo 18,10), atentos a sus órdenes, orando a favor de los hombres, adorándole , vigilando, cantando y alabándole y pregonando sus perfecciones (Apocalipsis 8,3).
5. Se les reconoce como intercesores (Génesis 28,12), guardianes, protectores y ministros de la justicia divina.
Presenta también la escritura la figura de los Arcángeles (Judas 9 donde el prefijo αρχ=arc indica supremacia) de los que solo se conoce en la escritura por nombre a Miguel (Judas 9), a Gabriel (Daniel 9,21 / San Lucas 1, 19-26) y a Rafael (Tobías 5, 4). Estos tambien encargados por Dios de labores específicas y de intervención grandiosa en la vida de los hombres. Además de los mencionados, la biblia presenta en el libro de Tobías 12,15 la figura de 7 ángeles principales lo que indicaría la existencia de otros 4, cuyos nombres no están dentro del canon bíblico pero se encontrarían en la literatura rabínica, siendo útiles como referencia comparativa para descartar aquellos dados por las disciplinas New Age. Estos serian Uriel, Baraquiel, Jehudiel y Saeltiel.
Ya hemos revisado lo que la Biblia enseña de los ángeles, y no hay otro punto de referencia que revele su existencia y naturaleza. Con ella podemos darnos cuenta que los ángeles NO ESTÁN sujetos a conjuración, ni para satisfacer los anhelos de los hombres, presupuestos comunes de movimiento Nueva Era. Las teorías angelológicas modernas resultan de un mero uso de la razón sobre temas de índole espiritual imposibles de defenderse de un modo pragmático y puntual. Si bien el pragmatismo extremo no hace bien a las explicaciones de tipo espiritual, sí puede aportar elementos a la objetividad que debe tenerse frente a la trazabilidad y el fundamento de las corrientes filosóficas, y las angelológicas modernas carecen absolutamente de esto.
En la actualidad muchas corrientes adoctrinan, y dictan todo tipo de cursos y conferencias sobre conocimiento de particularidades de los ángeles y arcángeles, en contra del entendimiento original acerca de los mismos. Cada conferencista presenta sus propios agregados personales según su intención y tendencia hablando de presuntos "maestros místicos" o "sabidurías antiquísimas". El asunto preocupante es que estas enseñanzas, además de falsas y "a la carte", en ningún caso formulan ideas reales de moral o valor espiritual universal ni de la vida comunitaria, pilares fundamentales del plan de Dios y la religión misma.
Las más comunes atribuciones atribuidas a los seres celestiales , por parte de los movimientos New Age son:
- La asignación arbitraria de "angeles" a la vida de una persona.
- Nombres desconocidos de ángeles y aleatoriamente asignados.
- Colores angélicos, elementos y terrenos de influencia.
- Áreas específicas de acción y particularidades varias (horas, días, meses, años de influencia).
- Envíos y asignación de tareas varias (obediencia a la voluntad del hombre).
- Alternativas de contacto por conjuración o disposición de un ambiente propicio.
- Otras.
Este tipo de planteamientos, resultan defendidos con fuerza y anulación el sentido crítico por parte de los practicantes de estas doctrinas, y lo mas grave, con un verdadero desinterés por el entendimiento de la verdad. Tristemente, el entendimiento de los asuntos de tipo espiritual, ha sido entregados al escrutinio popular, con lo que solo se ha logrado el relativismo en la fe y es que resulta para muchos tentador el conocimiento práctico de asuntos de índole metafísico y que no presupone una entrega y un camino espiritual. Resulta igualmente provocativo el pensar que Dios, en su providencia, no está para ser servido sino para ser servidor y que no es finalidad sino medio, y pretenden empoderar al hombre de un conocimiento y un poder que no le son propios librándolo de sus deberes morales.
Los promotores de estas disciplinas han agregado además elementos varios de prejuicio asegurando que estos conocimientos han sido deliberadamente "escondidos", en el ánimo de certificarse a si mismos como los promotores de la verdadera revelación.
La aceptación de estas prácticas esta vigorizada por nuevos adeptos en la farándula y en los medios de comunicación, en los que testimonian un "mejoramiento espiritual" e "iluminación", siendo simples mutaciones de la personalidad o condicionamientos mentales, que usualmente duran solo hasta que se va perdiendo el interés, y la salida de otra teoría que la reemplaza. En casos más graves, se puede observar en la persona conductas sectarias y disolución familiar asociada a la practica de dichas doctrinas.
De modo que si bien hay derecho y libertad de creencias, quien se encuentra en una objetiva búsqueda de la verdad, si debe considerar las razones en las que fundamenta sus creencias. Es deber del mundo católico, orientar al respecto y reconociendo la eficacia y verdad del evangelio, en el plano espiritual, en el plano social y en la búsqueda del bienestar común que ahora se encuentra en proceso de olvido, con el agravante adicional que se está configurando un pecado grave de Idolatría, reemplazando a Dios por doctrinas de hombres.
Los ángeles existen, pero los ángeles de la nueva era son invenciones de personas.
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