"Para el hombre hay dos fuentes de conocimiento: una natural y otra sobrenatural. Ambas vienen de Dios creador y no existe nunca contradicción entre ellas. El conocimiento natural mira a lo que es visible, sensible, demostrable. Todo lo que el hombre logra conocer a través del uso de su propia razón, por tanto, a través de la ciencia, la técnica, la exploración, la medicina, etc. En cambio,m el conocimiento sobrenatural es una directa consecuencia de la revelación divina.
Todos los pueblos en todos los tiempos y lugares, tienen la idea del mal, de espíritus del mal a los que hay que hacer favorables con ritos, sacrificios, a menudo incluso humanos. Sólo la Revelación nos aclara que el mal, los espíritus del mal son los demonios, eso es, ángeles que se rebelaron contra Dios, su creador. Seres muy inteligentes, con grandes poderes. Por la Revelación sabemos que el alma es inmortal, que existen el paraíso, el purgatorio y el infierno, que habrá un juicio particular y un juicio universal... Verdades que conocemos porque Dios nos las ha revelado. De ellas nunca tendremos un conocimiento científico. Si se cree en la Revelación, se creen estas verdades.
Por la creación todo viene de Dios. Luego, llega la rebelión de Lucifer y de sus ángeles. Por tanto, el hombre tentado acepta la propuesta del diablo y provoca la herida de la culpa original, a causa de la que se nos dificulta hacer el bien y para hacer el mal basta sólo resbalarse. Todas las demás religiones dan diversas explicaciones, no el judaísmo, que está fundado en la Revelación aunque no reconozca en Jesús al Mesías anunciado por Dios en todo el Antiguo Testamento comenzando por el Génesis.
Todas las vicisitudes de Israel son la historia de la lucha entre la fidelidad a Dios y la rebelión contra Dios. El mal siempre ha existido, pero las explicaciones que se dan de él son todas humanas y parciales en comparación con lo que explica la Revelación, aunque Dios es padre de todos y aunque en todas las grandes religiones existen semillas de verdad. Por consiguiente, en las religiones no cristianas y no reveladas, las defensas contra el mal son menores. En sus mbientes el mal actúa fuertemente. En todo el mundo no cristiano, la acción de Satanás es incluso más fuerte, sin embargo, los pertenecientes a esas religiones no se dan cuenta, no comprenden hasta el fondo las astucias del demonio. La realidad es que los demonios buscan arrojarnos a todos al infierno.
Ahora bien, en cuanto a las nuevas religiones, el que cree en la Revelación no puede dejar de saber que todas son invenciones humanas. Generalmente demoníacas, aunque no hay duda que para el diablo es muy fácil ponernos la zancadilla. La NUEVA ERA es el non plus ultra del conglomerdo de TODOS los errores posibles e imaginables. Dante diría que no puede estar en pie "por la contradicción que no admite". Así, mucha gente cree en la reencarnación porque no tiene ni la menor idea del sentido de la resurrección de Cristo. Es un piadoso deseo humano. Piensa que en algunos casos en esto hay un aspecto positivo. Aunque esrróneamente, el que cree en la reencarnación tiene un deseo de inmortalidad del alma, comprende que no todo puede terminar en un breve recorrido terreno. Todas las religiones orientales se basan en la reencarnación. Sai Baba por poner un ejemplo, predijo su reencarnación futura y gracias a la creencia en la reencarnación atrae muchas personas. Son muchos los que van de occidente a verle con la esperanza de probar una espiritualidad que les satisfaga. Gracias a las donaciones de estas personas, Sai Baba tienen un discreto poder económico y alcanza a hacer "obras buenas" en el mundo, que pueden valorizar su carisma. Sin embargo, el cristiano no puede olvidar como dice San Pablo (Ef 4,15) que debemos "vivir la verdad en la caridad", tendiendo a través de ella hacia Cristo, a fin de no ser ya "como niños movidos por las olas y llevados de un lado para otro por todo viento de doctrina, según el engño de los hombres, con aquella astucia que tiende a arrastrar hacia el error". Verdad en la caridad, como subraya Benedicto XVI en la homónima encíclica CARITAS IN VERITATE porque, explica: "Sólo en la Verdad la caridad brilla y puede ser vivida auténticamente. La verdad es la luz que da sentido y valor a la caridad"; de lo contrario, "el amor se vuelve un cascarón vacío que hay que llenar arbitrariamente...una palabra abusada y distorsionada hasta llegar a significar lo contrario".
Incluso muchs personas que han estado donde Sai Baba han venido a mí (padre Amorth) para convencerme de la bondad de sus acciones. Para reforzar el contenido, me han contado que habla bien de todos, incluso de Jesús y la Virgen. El problema es que él se considera un dios. Y a mi modo de ver, en estos casos es el diablo quien actúa. Se dan todos los elementos para poder afirmarlo. Muchos de estos santones fabrican polvos que deberían curar toda enfermedad. Los ofrecen a sus seguidores, que luego a menudo vienen a pedirme ayuda a mí, y a otros exorcistas a causa de los muchos problemas generados por esas pociones. Y de mi experiencia resulta que siempre hay una gran dificultad para liberarlos. Una de esas personas tenía una verdadera posesión demoníaca. Otras tenían solo influencias de carácter maléfico. He tenido muchos casos de personas uqe buscaban fáciles experiencias místicas en lugares y ambientes exóticos, pero que han terminado encontrándose con el diablo. Uno se pregunta como puede meterse la cabeza en las insidias de las experiencias místicas propuestas pir gurús, santones y magos de toda clase. Pero hay que preguntarse también cómo nosotros, los católicos, ya no somos capaces de proponer un testimonio fuerte, que represente una real alternativa. Y no solo en Occidente. Los datos son alarmantes, por ejemplo, también en América Latina, donde se cuenta que cada año millones de católicos abandonan la Iglesia para entrar en una secta. A menudo son de inspiración cristiana, aunque proponen un Jesucristo distante del de los evangelios, otras vece son nuevas religiones en sentido estricto, como la Cienciología, o sectas que se remiten a las tradiciones del vudú, de la santería, etc. En Occidente se abandona el cristianismo para seguir vagas filosofías sincretistas, el Islam, las religiones orientales, o a gurús de toda clase. Ahora bien, para el que no tiene religión o para el que nace en esas culturas es algo comprensible. El drama es cuando quien conoce a Cristo, UNICO MAESTRO, lo abandona por seguir otras creencias.
Todo esto evidencia una carencia en la propuesta de fe y una pavorosa ignorancia religiosa. ¿Porqué buscar en otra parte respuestas a preguntas que se pueden encontrar fácilmente en Cristo? ¿Porqué la propuesta común que viene de nuestras parroquias es la de un cristianismo infantil? No hay que mendigar a otras religiones para aprender a desarrollar mejor nuestra propia interioridad. Y no puede decirse cristiano el que sigue prácticas de la Nueva Era, o los consejos de gurús que promueven las doctrinas orientales (como el yoga) porque la única compatibilidad posible es la dictada por el engaño diabólico.
El capítulo 4 de la primera carta de San Juan nos sirve de ayuda: "No os fiéis de todos los que dicen que hablan en nombre de Dios; comprobadlo antes. En esto distinguiréis si son de Dios: el que confiesa que Jesús es el mesías hecho hombre es de Dios, y el que no confiesa a Jesús no es de Dios, sino del anticristo, del cual habéis oído que está para venir, y ya está en este mundo...."
EXTRACTO DEL LIBRO "MAS FUERTES QUE EL MAL", Pbro Gabrielle Amorth, Roberto Italo Zanini, Ed San Pablo, Madrid, 2011.
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