- "Porque siempre me vence, porque nunca ha sido tocada por la más pequeña sombra de pecado"
Este es el motivo por el que el diablo le tiene tanto miedo a la Santísima Virgen. Ella no puede ser tocada por el pecado. María está asociada desde el principio a la lucha y la victoria sobre el diablo (Gén 3, 15): "Pondré enemistad entre tí y la mujer, entre tu linaje y el suyo, ella pisoteará tu cabeza mientras tú acechas su calcañar". Y nuevamente nos es presentada María en la lucha contra Satanás en el capítulo 12 del Apocalipsis: "Un gran signo apareció en el cielo; una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz. Y apareció otro signo en el cielo; un gran dragón rojo..." El Génesis y el Apocalipsis. El primero y el último libro.
Por tanto, María está asociada a la acción de Cristo, que ha venido al mundo con el objetivo preciso de destruír el reino de Satanás e instaurar el reino de Dios. Desde su concepción, el Plan de Dios es mariano. La Iglesia no diviniza a María, sino que destaca su relación privilegiada con la Santísima Trinidad, la honra así como María fué honrada por la Trinidad.
Es significativo el hecho de que en la Biblia la Trinidad aparezca por primera vez en toda su claridad precisamente en el momento en que Jesús es concebido en María: Dios Padre envía al arcángel Gabriel, el Hijo que se encarna en María, por obra del Espíritu Santo. Desde ese momento en adelante María está consagrada por completo a Jesús, en total colaboración con Él, asociada a Su misión. Por eso, la rivalidad entre María con el demonio es incesante y acompaña nuestra lucha personal. Por eso, María es nuestro escudo.
La misión de María se comprende plenamente al pie de la cruz. "Jesús entonces, viendo a Su Madre y al lado de ella al discípulo que El tanto quería, dijo a Su Madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo" Luego dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre". Y desde aquella hora, el discípulo acogió a María en su casa"(Jn 19,26). Jesús nos confía a María, como Él mismo fué confiado a ella por el Padre.María, es un gran don de Dios. En los mensajes dados por María en sus apariciones verdaderas, siempre aparece el contenido de lo que puede considerarse, a saber, sus últimas palabras referidas por los evangelios, dirigidas a los servidores en las bodas de Caná. "Haced lo que El os diga" (Jn 2,5). El centro de los mensajes es la palabra de Jesús y el culto en los santuarios siempre está centrado en Jesús Eucarístico.A través de Nuestra Señora se nos muestra el camino, se corre en nuestra ayuda, se pone en guardia a la humanidad contra la tontería de sus propios errores, se atestigua la infinta misericordia divina, se invita al hombre a convertirse para acogerse totalmente a ella, que es intermediaria universal de gracia. Cad gracia pasa a través de ella, que nos protege a todos.Por tro lado, tampoco la misión terrena de Jesús ha terminado. Él mismo lo ha prometido, se lee en el Evangelio: "No os dejaré huérfanos. Permaneceré con vosotros hasta el fin del mundo".
Basta pensar en la Eucaristía para comprenderlo. El sufrimiento de Jesús se renueva diariamente. En el momento en que se ofreció a sí mismo, sufrió viviendo en primera persona todas las cupas y todos los pecados hasta del último hombre. Cada vez que alguien muere en pecado mortal se desperdicia una parte de la Sangre de Jesús. Sobre esto, San Pablo era preciso: "Completo en mi carne lo que le falta a la Pasión de Cristo" ¿Qué le faltaba? La cooperación mia, la nuestra. Nuestra contribución sirve. "El que quiera ser mi discípulo niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame".
En la constante lucha contra el demonio, maría no pierde la ocasión para hacernos entender que ella está de nuestra parte y que basta acogerse a su intercesión para salir siempre victoriosos.
En muchos mensajes de Medjugorje pone en guardia contra las argucias de Satanás. Indica el camino de la oración e incluso nos señala palabras. Nada más ni nada menos de lo acontecido en la historia de la salvación, en la que el pueblo de Dios, acogiendo las enseñanzas de Su Señor, logra triunfar sobre sus enemigos y en caso contrario es derrotado. Y ciertamente no se puede considerar casual que en los lugares de las apariciones sucedan tantas conversiones, que tantos quieran retomar el sacramento de la penitencia, muchísimas liberaciones del demonio y sanaciones. La misión dada pr Cristo a los apóstoles, que se perpetúa en María, anunciad el Evangelio, perdonad los pecados, sanad a los enfermos, expulsad los demonios.
Es muy especial la historia de Catalina Labouré, que logra mantener el secreto sobre su realidad de vidente frente a todos los que la conocen. Habla de la visión solo con su director espiritual y este la refiere al Obispo, porque ella inisite en acuñar la medalla encargada por la Sma Virgen. El Obispo acepta. Ctalina sigue viviendo en el mismo convento, donde todas sus cohermanas llevan la medallita milagrosa, pero ninguna de ellas está al corriente del hecho de que la Virgen se le apareció precisamente a ella.
A la luz de estas visiones, se invita a los hombres a orar con intensidad, a encomendarse a fin de que estas cosas (guerras, catastrofes, autodstruccion) no sucedan. Una invitación que se repite en todas las apariciones y que está en el centro, por ejemplo, de gran parte de lo mensajes de Mejugorje, donde la Virgen se preció por primera vez diez años antes de la guerra civil de YUGOSLAVIA. Invitando explícitamente a orar por la paz.
En el plan pedagógico de las apariciones marianas está Fátima, al comienzo de un siglo terrible, a las puertas de la I guerra mundial, lo importante, es que la Virgen no solo revela guerras y catástrofes, sino que enseña a evitarlas. En especial invita a cada fiel a consagrarse al Corazón Inmaculado de María, al mismo tiempo que pide que sea consagrada también Rusia a fin de que no difunda su pecado en el mundo. Esto último, que de hecho nunca tuvo lugar oficialmente, incluso para no poner en peligro el diálogo ecuménico. Y las consecuencias, si las queremos identificar como tales, se han visto en el curso del siglo en todo el mundo, en términos de contaminaciones ideológicas, de difusión del ateísmo, de guerras, de profanaciones, de violencias, de exterminio de pueblos enteros, etc. Consecuencias cuyos frutos perversos siguen mostrándose en plena evidencia.
La Virgen de Fátima había sido muy precisa en cuanto a Rusia. Si se hace la consagración y se escuchan mis palabras, habrá paz, si no, vendrá otra guerra peor que la actual. Si no se hace la consagración, Rusia difundirá por el mundo sus errores. Al final, mi corazón Inmaculado triunfará. Rusia se convertirá. Se dará al mundo un período de paz. Tres cosas que según muchos observadores tdavía no se han dado. Una tesis avalada por las apariciones posteriores a Sor Lucía, una de los tres videntes de Fátima. En una de estas la Virgen explicó que como no fueron suficientes sus palabras y sus profecías para convencer a las personas y no habiéndose hecho lo que ella había pedido explícitamente: "Dios me manda a mí misma como último recurso para el mundo".... (Ver apariciones de la Salette publicadas en este mismo blog).
Fuente: Mas fuertes que el mal, Padre Gabrielle Amorth, Roberto Ítalo Zanini, 2011.
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